Renault, Nissan y Mitsubishi refundan su Alianza global

Renault, Nissan y Mitsubishi, tres empresas que trabajan conjuntamente en la llamada Alianza, han presentado hoy una nueva estrategia para los próximos años que debe permitirles ahorrar hasta un 40% de los gastos de desarrollo. Esta estrategia pasa por compartir plataformas y desarrollos tecnológicos, reducir el número de modelos y establecer prioridades para que cada uno de los grupos lidere el desarrollo tecnológico en ámbitos concretos y se responsabilice de determinados mercados.

Esta nueva estrategia se sustenta en reforzar la estadarización, desde las plataformas a los vehículos completos, desarrollar productos en base a una fórmula de "vehículo líder" y "vehículos seguidores" de manera que el líder lo desarrollará una de las tres compañías y el resto adaptarán el producto en función de sus necesidades, y la agrupación de la fabricación de vehículos sobre la misma plataforma de marcas diferentes. Con ello, la Alianza prevé reducir drásticamente el número de plataformas empleadas (y también el número de modelos, aunque en menor proporción) y estar presente en todos los segmentos del mercado en todos los mercados mundiales. El ahorro derivado de esta política se sumará al ya existente en apartados como las compras conjuntas.

La Alianza ha asignado a cada marca regiones de referencia en las que la marca elegida liderará la estrategia del Grupo. Eso no significa que se deje cada mercado a una marca sino que la que sea líder en ese mercado será la que lo trabaje con mayor intensidad y preste apoyo a las otras dos si están presentes en el mismo. Así, Nissan se encargará de China, América del Norte y Japón, Renault se ocupará de Europa, Rusia, América del Sur y Sudáfrica y Mitsubishi se responsabilizará de los mercados del Sureste de Asia y de Oceanía. El único mercado compartido, en este caso por Renault y Nissan, es el de la India.

La racionalización de la estrategia pasa por casos concretos como, por ejemplo, la eliminación de tres de las cuatro plataformas empleadas actualmente en América del Sur, donde el Sandero y el Logan, que allí se venden bajo marca Renault, tienen una plataforma diferente del Captur, que también se comercializa (la generación precedente europea) mientras que Nissan vende el Micra anterior, con otra plataforma distinta y el SUV Kikcs, con una cuarta base. La idea es que los sustitutos de esos modelos se desarrollen todos sobre una nueva plataforma, la CMF-B, apta para carrocerías berlina y SUV y ya estrenada en los nuevos Renault Clio y Captur europeos y que el Nissan Juke también utiliza. De este modo, todos estos modelos se producirían para toda la región en solo dos fábricas, una para las berlinas y otra para los SUV.

La Alianza ha decidido asimismo que cada fabricante desarrolle tecnologías concretas y el resto las aprovechen para no duplicar esfuerzos. Así, Nissan liderará las tecnologías de conducción autónoma, Renault se encargará de la conectividad Android mientras que Nissan se ocupará de la conectividad en China, la marca francesa será también la responsable de la estructura electrónica de las plataformas (el llamado bus que agrupa todos los sistemas electrónicos de navegación y ayudas a la conducción) y Mitsubishi liderará el desarrollo de las versiones híbridas enchufables de los segmentos C y D.

Por lo que respecta a las plataformas globales, la Alianza prevé reducirlas a cuatro para los modelos de gran volumen (quedan fuera modelos de nicho como el Nissan GT-R o el Patrol 4x4, por ejemplo). Así, Nissan se encargará de la plataforma de Kei Cars para el mercado japonés que compartirá con Mitsubishi, Renault se ocupará de las plataformas CMF A y CMF B para los modelos urbanos y polivalentes y Nissan desarrollará las futuras plataformas para modelos C y D (CMF C/D) así como la CMF EV para vehículos eléctricos del Grupo. Finalmente, en el apartado de motores, Renault se ocupará de los gasolina y diésel de baja cilindrada, Nissan de los motores para Kei Cars y de los grandes de gasolina, Mitsubishi de los citados PHEV (híbridos enchufables) y en el apartado de eléctricos, Renault liderará el desarrollo de motores para los segmentos A y B y Nissan para los segmentos C y D.

Así, y yendo a una aplicación práctica, Nissan iniciará el desarrollo de un nuevo SUV de segmento C para 2025 (que sustituirá a la próxima generación del Qashqai, ya en su fase final de desarrollo) sobre una nueva plataforma CMF C/D desarrollada por la propia marca japonesa. Sobre esta base, se construirán modelos SUV para todo el mundo, entre ellos los sustitutos de los Nissan Qashqai, Renault Kadjar y Mitsubishi ASX europeos que estén a la venta entonces. Esos coches montarán motores de gasolina y diésel desarrollados por Renault, eléctricos desarrollados por Nissan o PHEV desarrollados por Mitsubishi y se fabricarán todos en la misma planta.

Al ahorro del 40% en los gastos de desarrollo se sumará una racionalización productiva todavía por definir pero que afectará a la capacidad de producción de la Alianza en cada región del mundo (mañana Nissan hará públicos sus planes en Europa que podrían pasar por el cierre de la planta de Bareclona). Además, la idea de los tres fabricantes es pasar de 100 a 80 modelos en todo el mundo (manteniendo o ampliando incluso el porcentaje de cobertura de mercado) y llegar a 2025 con la mitad de sus modelos ya desarrollados bajo la nueva fórmula de "vehículo líder y vehículos seguidores".