La comarca de La Limia
Seguimos como el mes pasado, en Galicia, en esta ocasión por la provincia de Orense, donde realizaremos una ruta algo menos complicada que la pasada aunque también con cierto grado de dificultad. Como en la anterior, la nueva Isuzu D-Max nos siguió demostrando las bonanzas de su pequeño motor y el buen comportamiento de su cambio automático.
La comarca de la Limia se encuentra en el centro de la provincia de Orense, ocupando en gran parte una amplia depresión tectónica en la que estuvo la laguna de Antela, desecada a partir del año 1958.
Esta región cuenta con 350 explotaciones de ganado vacuno, 319 de ovejas y cabras, 91 de aves de corral, 71 de cerdos y 9 de conejos, además, el cultivo de grano y patatas con denominación de origen, predominan en la mayor parte de la tierra de labradío.
Siendo la única provincia gallega de interior, es decir que no posee costa, su cocina es más labriega que marinera, como pudimos comprobar durante nuestra estancia.
Por esta comarca, repleta de frondosos espacios e infinidad de pistas con las que tomar contacto con una verde e infinita naturaleza, transcurrirá nuestra ruta de hoy, si bien esta empezará un poco más al norte, en el municipio de Baños de Molgas, perteneciente a la comarca de Allariz-Maceda y que como su nombre toponímico bien indica, destaca fundamentalmente por sus aguas termales y su balneario.
El origen romano de este queda avalado por los numerosos objetos que se han ido encontrando durante las excavaciones realizadas para la mejora del manantial. El balneario está en funcionamiento desde el año 1873, fecha en la que se construyó el edificio a orillas del río Arnoia, con fachada de piedra, restaurada en 2005.
Entre las aguas que ofrece las hay radiactivas, bicarbonatadas, sódicas, silicatadas y oligometálicas. Emanan a una temperatura de 49 °C. y sus indicaciones terapéuticas son tan variadas como el tratamiento del reuma, traumatología, artritis, asma, bronquitis crónica, sinusitis y faringitis, litiasis, hiperuricemias, trastornos del sistema nervioso, dolencias de la piel o estrés.
Desde luego, si una de las cosas que buscan estas rutas que os ofrecemos es desestresar, comenzarla o terminarla con un buen tratamiento termal puede ser una guinda de lujo.
Antes de salir de Baños, merece la pena contemplar algunos de sus otros monumentos y atractivos, como el puente romano, posiblemente del siglo d.C; la Capilla de Santa Eufemia de Ambía o el cercano Parque Natural de Arnoia.
Por estrechas carreteras de curvas saldremos de Baños para dirigirnos al cercano Santuario de Os Milagres do Medo. Hasta Principios del siglo XVIII, a María se la conoce como Nosa Señora do Medo, luego el pueblo la Bautiza como Nosa Señora de los Milagres.
El libro segundo de la cofradía data del 1731, año en el que se hace necesario levantar el templo, concluyéndose las obras 37 años más tarde en 1768. En el año 1869 llegan los padres Paúles que rigen el santuario desde entonces. El 16 de diciembre de 1963 el Papa Pablo VI firmó la Bula de la Coronación que se llevo a cabo el 6 de septiembre de 1963 después de ser nombrada, con toda solemnidad, “Alcaldesa” de la ciudad de Ourense.
La iglesia fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1982 y además de la Romería de los Milagros, que tiene lugar el 8 de septiembre, en el exterior del santuario se celebra una fiesta pagana, con muestras típicas de la gastronomía local, chamarileros y actuaciones musicales.
Seguimos por carreteras estrechas y casi desiertas hasta que pasado Peñadiz cogemos pistas. En principio estas son anchas, fáciles, pero los frondosos bosques que nos rodean nos hacen sentirnos totalmente inmersos en la naturaleza.
Pronto llegaremos a la estación de tren de Alberguería-Prado, situada entre la parroquias de Alberguería y Prado, estación que desde el cierre de la línea Puebla de Sanabria-Ourense en los recortes del sector ferroviario producidos por el Gobierno en junio de 2013, no tiene servicios ferroviarios.
Por contra, bien cerca de allí, podemos ver las obras de los túneles de Prado, pertenecientes a la retrasada Línea de Alta Velocidad Olmedo-Zamora-Orense-Santiago de Compostela, denominada en ocasiones línea de alta velocidad a Galicia y que el año que viene debería estar en servicio, algo que no sucederá hasta el 2020 si no hay nuevos retrasos.
Seguimos nuestro camino, en esta ocasión hacia un curioso lugar, con curiosa historia, la Aldea de Couso-Galán.
Cuando el riojano José María Galán se acercó a beber a la fuente de esta aldea un día de caza por estos montes sólo vio la sombra de un pueblo desaparecido, techumbres hundidas y muros desvencijados. Corría el año 2000 y junto a su mujer, decidieron cambiar de vida para siempre y hacer realidad un sueño.
El primer paso fue comprar todas las antiguas casas de esta aldea, que llevaba abandonada más de quince años. Localizar a los antiguos propietarios que estaban muchos fuera de Galicia e iniciar el proyecto. Después de un delicado y duro trabajo de restauración, respetando al máximo las antiguas estructuras, inauguraron en junio del 2008 lo que hoy es un complejo hotelero dedicado íntegramente al turismo rural.
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El complejo situado en plena montaña alejado de cualquier población y marcado por el nacimiento del río Limia, que cruza toda la aldea, inspira tranquilidad y paz, y puede ser otro maravilloso lugar para alargar esta ruta un día más, gracias a sus 20 Habitaciones, Restaurante, Cafetería y el impresionante entorno que lo rodea.
Después de Couso Galán seguimos por pistas muy estrechas, bonitas, llenas de vegetación. Atravesamos las viejas casas de Freixo, nos encontramos con una pista maderera de auténtico fes-fes y a través de caminos trialeros llegamos a ver, en un primer momento, en la lejanía, la Torre de Pena, una de las Torres de Limia y otro de los "porqués" de la ruta de hoy.
A Limia es una de las dos grandes llanuras gallegas, una zona fácil de conquistar para él en otros tiempos, enemigo portugués. Por eso fueron erguidos en ella cuatro castillos que, sobre todo, eran enormes torres y una pequeña muralla a su alrededor. De uno de ellos solo quedan unos pobres restos (torre de Celme), otro son airosas y elegantes ruinas (la de Sandiás) y los dos restantes deben ser calificados de excelentes (Pena y Porqueira). Estas cuatro fortificaciones que protegían la Laguna de Antela, en la antigüedad estaban unidas por pasadizos.
La torre de Pena era la torre de homenaje del castillo de A Pena da Portela, del que solo se conserva la fábrica exterior de la torre en buen estado y algunos trozos de una muralla exterior de mampostería y planta oblonga con adaptación perfecta a las curvas de nivel.
En cuanto a su origen algunos autores lo sitúan en el siglo XII mientras que otros a mediados del XIV y levantada por Ruy Pérez de Viedma.
De la casa de Monterrey, por herencia y guerras pasó a la casa de Lemos. La torre fue rehabilitada pero sólo se puede ver desde el exterior.
La Torre de Sandias hoy es una torre resquebrajada y abierta en canal de la que prácticamente sólo se conservan sus muros de más de cuatro metros de grosor. En 1368 fue asaltada por el duque de Lancaster; los irmandiños también entraron y prendieron fuego en el castillo.
La fortaleza de A Porquería es la única cuyo interior se puede visitar en la actualidad, y de la antigua fortaleza que fue residencia de García I sólo queda esta torre sólida y austera de silleria de granito y muros con la puerta románica en lo alto de la escalinata y unos ventanucos. Se levanta en el centro de una plataforma correspondiente a una fortificación mucho más compleja de la que solo queda una muralla arrasada.
Finalmente, y tras disfrutar de las estupendas vistas que nos brindan las torres, dirigimos nuestros pasos hacia la capital de la Comarca de La Limia, Xinzo de Limia.
No es Xinzo una localidad que destaque por la cantidad o calidad de su patrimonio monumental, del que hay que hacer especial mención a su Iglesia Vieja, del que hay indicios de que existe desde el siglo VIII, como se vio en las excavaciones hechas dentro y fuera del templo en el año 1997 en las que aparecía el ábside de una capilla.
En 1595 se dice que “la iglesia era pequeña, baja y mal construida”. “La gente no cabía en ella”, aunque en esa fecha Xinzo de Limia no tendría más que unas cien familias. En el mismo año 1595 el Visitador manda que se derribe y que se haga una mayor y más ancha y que “tenga un buen atrio”. Por lo que hay que comprar varias casas y también la “cárcel”, que en aquella fecha estaba vacía.
Como la Iglesia Nueva, está bajo la advocación de la mártir Santa Mariña, cuya fiesta se celebra el día 18 de julio; y San Sebastián, que se celebra cada 20 de enero.
Y es que si hablamos de fiestas, aquí Xinzo si que tiene cosas que contar. La más importante del municipio es el Entroido (Carnaval). Está considerada Fiesta de Interés Turístico Nacional y se trata del ciclo de carnaval más largo de toda España, pues se extiende durante 5 domingos (fareleiro, oleiro, corredoiro, entroido y piñata), iniciándose el tercer domingo anterior del Domingo de Carnaval.
La otra, es la Festa do Esquecemento (fiesta del olvido), que se celebra cada año a finales de agosto y es una recreación histórica que rememora la leyenda del río Limia, que decía tener las mismas propiedades de borrar la memoria que el legendario Lete.
La comida típica del entroido en las comarcas del interior es contundente: la androlla, el botelo, el cocido o el caldo son la piedra angular para los entroideiros (también el resto del año), platos a los que podemos añadir el lacón con grelos, el cabrito, el cordero o, ya en los postres, las indispensables "filloas", especie de tortilla fina que se hace de caldo limpio y colado (si es de cocido, mejor) o de leche; y las "orellas".
Y para beber, nada mejor que el licor café. Este licor es originario de la provincia de Orense, así que podremos encontrar auténticas delicias en casi cualquier bar. El secreto del licor café está en el equilibrio entre el aguardiente base (que debe sentirse en el retrogusto), y el azúcar y el café, que deben proporcionar el sabor dulzón y la textura un poco viscosa que hacen de esta bebida un placer para la boca.
Tras unos 90 Km. de ruta, hemos pasado por preciosos paisajes de exuberante vegetación, recorrido pistas para todo tipo de gustos, conocido un poco más de historia de esta comarca y, finalmente, y como en toda buena ruta que se precie, disfrutado de la excelente gastronomía que esta región de España ofrece... poco más se puede pedir.