Hace solo una década, imaginar un vehículo que pudiera actualizarse solo, leer el tráfico a través de sensores invisibles o incluso comunicarse con su conductor mediante inteligencia artificial, parecía algo descabellado. Pero eso es ya una realidad y, por eso, en este artículo es el momento de hablar de tecnologías de los coches actuales que hace 10 años parecían ciencia ficción.
La industria del automóvil, históricamente ligada al acero, la gasolina y la mecánica tradicional, ha sido testigo de la transformación digital a una velocidad de vértigo. Desde la conducción semiautónoma hasta los motores eléctricos de más de 1.000 CV, el coche se ha convertido en una sofisticada máquina tecnológica que ha cambiado incluso nuestro concepto de movilidad.
Conducción semiautónoma
La conducción autónoma era, en 2015, una promesa lejana, acotada a los laboratorios de Silicon Valley o a prototipos que se exhibían en ferias tecnológicas. Hoy, marcas como Tesla, Mercedes-Benz, BMW o Volvo ofrecen sistemas de conducción semiautónoma de nivel 2 e incluso 3 en algunos casos, permitiendo al coche acelerar, frenar, girar y mantener la distancia con otros vehículos sin intervención del conductor en determinadas situaciones.
No se trata (aún) de coches completamente autónomos, pero sí de una asistencia avanzada que reduce la fatiga y aumenta la seguridad. En trayectos largos por autopista, estos sistemas ya actúan como un copiloto digital y el futuro apunta a una transición progresiva hacia la autonomía total, pero el presente ya ha dado un paso firme que hace una década parecía impensable.
Actualizaciones OTA
Antes, cualquier mejora en el software del coche requería una visita al taller. Hoy, gracias a las actualizaciones over-the-air (OTA), muchos vehículos pueden recibir nuevas funciones, correcciones o mejoras de rendimiento de forma remota, igual que tu smartphone. Esta capacidad ha cambiado por completo la relación entre fabricante y usuario.
Tesla fue pionera, pero ya no está sola: Ford, Volkswagen, Jeep y muchas otras marcas han implementado esta tecnología. Un coche actual puede recibir una mejora en la gestión de su batería, una nueva interfaz multimedia o incluso nuevas funciones de conducción sin que el conductor tenga que mover un dedo. El vehículo evoluciona, literalmente, mientras lo dejas en el garaje.
Realidad aumentada en el parabrisas
El Head-Up Display tradicional ya era una ayuda útil que, además, se empezó a utilizar en 1988 heredado de la aviación, pero los últimos avances han llevado este concepto mucho más allá. Ahora, algunos vehículos proyectan información contextual directamente sobre el parabrisas usando realidad aumentada, alineando las indicaciones de navegación con el entorno real de la carretera, como si de un videojuego se tratara.
Esto mejora la seguridad y la experiencia de conducción al reducir la necesidad de apartar la vista de la carretera. Muchísimos modelos, como el Mercedes EQS, ofrecen ya esta función, que hace diez años solo se insinuaba en concept cars. La tecnología permite, además, mostrar alertas de peligros, límites de velocidad y señales de tráfico en tiempo real.
Motores eléctricos de más de 1.000 CV
En 2015, los coches eléctricos eran sinónimo de eficiencia y movilidad urbana, no de prestaciones. Hoy, gracias a la evolución de las baterías y la gestión electrónica, hay eléctricos capaces de superar con holgura los 1.000 CV de potencia.
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Estos modelos no solo aceleran más rápido que la mayoría de los superdeportivos tradicionales, siendo perfectamente coches familiares, sino que lo hacen con una respuesta instantánea que redefine la experiencia de conducción.
Asistentes virtuales con inteligencia artificial
Hablar con el coche ya no es cosa de KITT ni de películas ochenteras. Los asistentes virtuales han evolucionado desde simples comandos por voz hasta convertirse en verdaderos sistemas de inteligencia artificial que entienden el lenguaje natural, aprenden de ti y pueden controlar múltiples funciones del vehículo.
Son numerosas las marcas de coches que integran asistentes que pueden ajustar el clima, buscar destinos, cambiar la música o responder a preguntas complejas. En algunos casos, el sistema incluso anticipa tus necesidades según la hora del día o tus rutas habituales. La interacción entre el hombre y la máquina ha alcanzado un nuevo nivel, sin duda.
Sensores y cámaras
La llegada del radar, el LIDAR, las cámaras de 360 grados y la inteligencia artificial ha cambiado para siempre la percepción del entorno por parte del vehículo. Hoy, muchos coches tienen una visión más precisa y completa que cualquier conductor humano, detectando peatones, ciclistas, vehículos y obstáculos incluso fuera del campo visual del conductor.
Esto no solo mejora la seguridad activa, también permite maniobras más precisas, aparcamientos autónomos y una respuesta más rápida ante situaciones de riesgo. La tecnología de visión artificial se ha convertido en una parte esencial del coche actual como si fuera un sexto sentido digital.
Llaves digitales y acceso biométrico
Muchos coches actuales pueden abrirse y arrancarse usando el smartphone, un smartwatch o incluso ya se experimenta con la biometría. Estas tecnologías, que parecían futuristas hace unos años, ya se han implementado en modelos de marcas como Hyundai o BYD.
El acceso biométrico no solo aporta comodidad, sino también seguridad, ya que impide que el coche se utilice sin la validación del usuario. Además, permite crear perfiles personalizados para distintos conductores, ajustando automáticamente asiento, climatización, luces y más.
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Mucha tonteria , vehiculo alta gama tirado en la cuneta fallo del acceso con llave. Un vehiculo actual no llega a l'ós pròxims 10 anyos. Un vehiculo de hace 20. L'ós supera. Buscando un Mercedes clase E Diesel del 2005 al 2010 con lo mimimo estras y tonteries.