Ventas julio: las familias compran 23.000 coches menos

La estabilización en los ritmos de producción y el empuje del canal de empresas ha permitido que las ventas en julio cierren con un crecimiento del 10,7% con respecto al mismo mes del año pasado. Se cumplen así siete meses de aumento continuado. En total se han matriculado 81.205 turismos y todoterrenos, según publican las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam).

En el acumulado del año, se alcanzan las 586.626 unidades, mejorando un 22% el año anterior, pero todavía un 27% inferior que 2019, muy por debajo de las cifras previas a la pandemia.

Con excepción del canal del rent a car que reduce sus ventas en un 0,5%, el resto mejoran con datos muy similares. El canal de empresas matricula 31.330 unidades con un crecimiento del 13,2% mientras que el particular vende 31.035 coches, un 12,1%.

A pesar de estas cifras de julio, las familias compran hoy 23.000 coches menos al mes que en julio de 2019. Desde 2019 la demanda ha sufrido un importante descenso del 39%.

Toyota repite liderazgo en el ranking por marcas con 7.334 matriculaciones. Es la sexta ocasión que ocupa el primer puesto en lo que va de año. En julio le sigue Kia, con 6.452 unidades, Volkswagen con 6.150, Seat (5.333), Hyundai (4.876), Renault (4.654), Peugeot (4.442), Dacia (4.001), Mercedes-Benz (3.794) y Audi (3.766).

Por modelos, el más demandado vuelve a ser el Dacia Sandero (2.334) y ya es la quinta vez que presume de este honor en este 2023. El top 10 lo completan el Kia Sportage (1.879), Peugeot 2008 (1.834), Toyota Corolla (1.766), Seat Arona (1.706), MG ZS (1.659), Volkswagen T-Roc (1.647), Hyundai Tucson (1.583), Toyota C-HR (1.501) y el Renault Clio (1.475).

Por segmentos descienden los urbanos (-12,6%), los monovolúmenes pequeños (-51%), los SUV pequeños (-5,5%) y los todoterrenos (-27,4%). Los que más crecen son los deportivos (118%), los SUV premium (51,1%) y los SUV grandes (43,2%).

Por tipo de propulsión, las energías alternativas siguen ganando terreno y ya suponen el 45,7% del total de las matriculaciones de julio, frente al 42,4% de los gasolina y del 11,9% de los diésel. Las ventas de coches eléctricos crecen un 63,65% y con 3.404 matriculaciones suponen el 4,19% de cuota. Los híbridos enchufables representan el 6,38% de cuota con 5.180 unidades, un 42,70% más que el mismo mes de 2022. Las emisiones medias de CO2 fue de 119,3 gr/km, un 2,55% menos

“Seguimos creciendo a buen ritmo, aunque julio solía ser también uno de los meses en los que se superaban tradicionalmente las 100.000 unidades vendidas y nos hemos quedado muy lejos. Lo prioritario para el nuevo Gobierno que llegue es tomar medidas para recuperar un mercado que ha de estar, como mínimo por encima del millón de unidades, paso previo para llegar a los 1,2 millones de turismos y los 1,5 millones de vehículos al año. Sin ese nivel de ventas no se produce la necesaria renovación del parque, ni se aumentan las ventas de vehículos de bajas y cero emisiones, algo necesario para cumplir con las exigentes restricciones impuestas con el fit for 55”, explica Félix García, director de comunicación y marketing de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).

“Lo más relevante es que el mercado siga sumando crecimientos y que no dé muestras de debilidad. De cara al segundo semestre del año, nuestra previsión es que estos crecimientos en las ventas de vehículos se mantengan porque parece que el contexto económico y de consumo nos van a favorecer. Pero para ello también es muy importante que nos acompañe el contexto político y es esencial que se forme cuanto antes un gobierno estable, que dé certidumbre a los compradores", afirma Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto, patronal de los concesionarios.

Por su parte, desde la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), su directora de comunicación Tania Puche dice que “la incertidumbre política aumenta el riesgo de que la economía se ralentice, en un contexto que ya de por sí contiene el consumo de empresas y hogares, sobre todo, como consecuencia de la subida de tipos de interés derivada del endurecimiento de las políticas monetarias. De ahí la necesidad de alcanzar un Gobierno estable cuanto antes que contribuya a proyectar un horizonte de tranquilidad a los consumidores”.