BMW nos ha llevado a Aldea del Obispo -Salamanca- para presentarnos y probar el nuevo roadster de la firma alemana. Es la tercera generación del BMW Z4 y, sin duda, se ha hecho mayor. Ha crecido y lo ha hecho en todos los aspectos. En dimensiones, imagen, equipamiento y tecnología. Tiene un diseño limpio pero con aspecto de poderío.
Precios
Z4 sDrive20i - 48.900 €
Z4 sDrive30i - 56.300 €
Z4 M40i - 70.750 €
Más agresivo
En el frontal destaca un parachoques con grandes tomas de aire, un parrilla de nueva apariencia amplia y baja con diseño de malla y unos nuevos faros LED de serie con la luz, por primera vez, en vertical. Detrás de los pasos de rueda -que albergan llantas de 17” de serie y 18” en opción- una apertura de aire marca la línea lateral antes de llegar a la zaga, en la que las ópticas en forma de L, el alerón integrado en la tapa del maletero y el difusor con los tubos de escape en los laterales, le dan una apariencia muy deportiva.
El nuevo Z4 ofrece nueve colores para la carrocería, dos para la capota blanda -antes era de techo duro- que se abre y cierra en 10” hasta 50 km/h- y un acabado Sport, M Sport y BMW M Performance. En cuanto a motorizaciones está disponible con dos motores de cuatro cilindros en línea dos litros, de 179 cv para el sDrive 20i y 258 cv para el sDrive 30i y un seis cilindros en línea de 340 cv para el M40i. En los tres casos, los propulsores van asociados, únicamente, a una caja de cambios automática Steptronic de 8 velocidades.
Interior mejorado
El interior del nuevo roadster de BMW comparte la deportividad que deben tener este tipo de coches, con el confort y la calidad. Los asientos deportivos con reposacabezas integrales son específicos de este modelo y ofrecen un buen confort y buena sujeción. Puede disponer de la interfaz 7.0 ya visto en los últimos modelos de la marca, las pantallas digitales de 10,2” y los sistemas de conectividad de última generación.
El cuadro de instrumentos deja espacio un extracto del mapa de navegación y varia según el modo de conducción escogido. El menú principal de la pantalla de control permite configurar hasta diez páginas, cada una de las cuales muestra de dos a cuatro zonas. Opcionalmente, puede contar con el sistema de sonido surround Harman Kardon.
Más detalles
Toda la información de la pantalla multimedia se puede manejar desde la propia pantalla, desde el volante, con el mando iDrive y, algunas, por control de voz. La consola central está bastante “limpia”, con un núcleo en el que se concentra la palanca de cambios, los botones de los modos de conducción, el botón de arranque, el de abrir y cerrar la capota y el mando del iDrive. En la parte delantera hay un hueco con un conector USB y un espacio para la carga inalámbrica del móvil. Ahora, el interior da sensación de mayor comodidad gracias a detalles que hacen más fácil la vida a bordo, como un espacio de almacenamiento detrás de los asientos con una red de retención, posavasos bajo la tapa del apoyabrazos central y el espacio en las puertas.
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El coche es más grande y se ha conseguido una capacidad del maletero de 281 litros -con la capota abierta o cerrada-, un aumento de más del 50% en comparación con el anterior. De serie, el tapizado es en cuero Vernasca con posibilidad de escoger varios colores con las costuras de contraste. Como es habitual, se puede personalizar con un sinfín de combinaciones.
El acabado M Sport y el modelo BMW M Performance incorporan un volante M de cuero, pedales M y reposapiés M para el conductor. Es la primera vez que se ofrece una versión M Performance en el Z4 y es el máximo exponente del roadster alemán. Con sus 340 cv, acelera de 0 a 100 km/h en 4,5” y dispone del diferencial deportivo M, frenos específicos, llantas de 18” y la suspensión adaptativa de serie. El diferencial deportivo M está disponible en opción para el 30i pero no para el 20i.
Nuevas medidas
Comparado con su predecesor, el nuevo BMW Z4 ha crecido 85 milímetros de longitud, hasta los 4.32 metros, mide 1.86 m de ancho -74 milímetros más que su antecesor- y 13 milímetros más de alto, con lo que ahora mide 1.30 m. Tiene una batalla 2.47 m. -se ha reducido en 26 milímetros y se han aumentado las vías hasta 1.60 m en la parte delantera, -98 mm. más- y 1.61 en la parte trasera -57 mm. más-
Se ha trabajado en el chasis y ahora incorpora suspensiones de nuevo diseño, un eje trasero de cinco brazos, el centro de gravedad más bajo, un reparto de pesos de 50/50 y un peso total de 1.480 kg. El conductor va sentado en el centro del coche y eso hace mejorar las sensaciones. La unidad que pudimos probar -con acabado M Sport- montaba el motor 30i de 258 CV a 6.500 rpm, con un par máximo de 400 Nm entre 1.550 y 4.400 rpm. Con este motor, el Z4 es capaz de acelerar de 0 - 100 km/h en 5,4” y de alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.
Buenas sensaciones
La batalla mas corta, la revisión de la suspensión y algunos elementos del chasis, hacen que el nuevo roadster de la firma alemana sea más eficaz y ágil que su predecesor a la hora de disfrutarlo en zonas viradas. El tacto del volante es fantástico y el de la dirección electrónica variable, también. La entrada a los virajes es precisa, muy rápida, y mantiene la trayectoria de un modo muy neutro. Es verdad que tampoco hemos tenido oportunidad de “buscarle las cosquillas” al máximo, pero rodando a buen ritmo por carreteras viradas, al sensación es buena.
Se nota más aplomado que la versión anterior y, aunque ha mejorado en general, sigue dando la sensación de desacuerdo entre el tren posterior y el anterior, cuando el asfalto está bacheado. Respecto al motor y el cambio pocas pegas. Empieza a empujar a 1.700/1.800 rpm, sin estridencias, pero constantemente hasta alcanzar las 6.500 rpm, momento en el que entrará la siguiente marcha de manera automática, aunque vayamos en manual. Solo en modo Sport y en manual respeta la decisión del conductor. De serie dispone de conducción a vela en modo Eco Pro, levas de cambio en el volante y Launch Control. De los consumos hablamos cuando hagamos la prueba.
Más ayudas
El nuevo Z4 dispone de serie de aviso de colisión y peatones con función de frenado en ciudad y sistema de aviso de abandono del carril. Como equipamiento opcional podemos tener control de crucero activo con función stop&go, reconocimiento de señales de tráfico, información de distancia, sistema de aviso de cambio de carril, prevención de colisión trasera y alerta de tráfico cruzado, control activo de distancia de estacionamiento, cámara de visión trasera, asistente de estacionamiento con guía automatizada longitudinal y lateral asistente de marcha atrás y, por primera vez en el roadster, el BMW Head-Up display.
A cielo abierto
Con la capota cerrada la sonoridad es bastante buena, no se oye en exceso el aire, aunque algún “ruidillo” de vez en cuando en algún bache nos rompe la calma. Pero en general nos ha parecido bien aislado. Ahora abrimos la capota de lona y a disfrutar de conducir un auténtico dos plazas a cielo abierto. Es un placer viajar descapotados con el nuevo Z4. Es suave, no excesivamente duro en el modo confort y la protección al viento -con el deflector trasero opcional entre los protectores antivuelco- bastante buena a velocidades legales. Un gustazo.
BMW vendió 200.000 unidades de su predecesor y no sabemos qué ocurrirá en este sentido con el nuevo Z4, pero lo que es seguro es que por imagen, tecnología, calidad y comportamiento dinámico, no debería tener ningún problema para superarlo.
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