Vuelve el roadster italiano
El diseño del 124 Spider es realmente atractivo, con unas líneas maestras que respetan el savoir faire del modelo original de 1966. Sin duda, ha sido un trabajo difícil para los diseñadores de FIAT lograr un resultado tan atractivo, sobre todo cuando se toma la base otro modelo icónico como es el Mazda MX-5.
El primer 124 Spider fue obra del diseñador holandés Tom Tjaarda, el mismo que dio forma al De Tomaso Pantera. Se mire desde el ángulo que se mire el nuevo modelo recupera parte de la esencia de aquel roadster biplaza que logró gran éxito comercial en Estados Unidos.
El habitáculo de dos plazas ofrece un estilo agradable, a la vez que destila calidad por los cuatro costados. La tapicería de piel en color camel le sienta de cine, merece la pena destacar también las inserciones con esa misma piel tanto en el salpicadero como en los paneles de las puertas.
El gran pero del interior lo encuentro en el asiento, demasiado justo para mi metro ochenta de estatura. Con la posición más retrasada de la base el respaldo ya no se puede inclinar apenas. A todo ello la columna de dirección sólo es regulable en altura y no en profundidad. De acuerdo que la posición al volante no es la más ergonómica del mundo pero tampoco es la peor. Cuando llevas un rato te acostumbras y tampoco se va tan mal, la verdad.
Su capota de lona es posiblemente una de las mejores del mercado, tiene unas dimensiones ultra-compactas, un peso muy ligero y además puedes abrirla y cerrarla con una facilidad pasmosa en apenas 3 segundos mientras estás al volante. Apenas dos rápidos movimientos son necesarios para desbloquearla y plegarla o bien desplegarla.
Circulando a cierta velocidad ofrece un buen nivel de aislamiento acústico y térmico. Los puntos de unión con las ventanillas laterales están muy bien logrados con lo que se logran unos ajustes brillantes para un descapotable de este segmento.
En el túnel central hay un hueco perfecto para el móvil y junto a él dos tomas USB. Bajo el apoyabrazos central se esconden dos portalatas y en la pared posterior, justo entre ambos asientos hay un gran hueco con cerradura de lo más útil.
Posiblemente lo peor del habitáculo del 124 Spider es su navegador, un elemento heredado del Mazda MX-5 que no va demasiado bien. Sus indicaciones son algo imprecisas y tiende a recalcular rutas alternativas de forma absurda, cuando con un aviso de “Por favor, de la vuelta cuando sea posible” sería más que suficiente. Google Maps funciona de cine en nuestro Smarphone, ¿para qué más?
El maletero con 140 litros es más que suficiente para cargar con el equipaje de una pareja. Tiene una buena profundidad y una anchura considerable. Opcionalmente se ofrece una baca porta-maletas para instalar sobre la tapa del maletero, una solución muy años sesenta que no le sienta nada mal al 124 Spider.
Lo conducimos alrededor del Lago de Garda
Si bien la mañana empezó con una suave llovizna, a los pocos kilómetros, apenas llegando al Lago di Garda el cielo se despejó y cesó la lluvia. En ese momento aprovechamos para abrir la capota de lona manual, única opción disponible.
El habitáculo se encuentra bastante bien aislado, incluso cuando circulamos sin capota y con las ventanillas bajadas. En una conducción deportiva y a un ritmo algo más elevado con subir las ventanillas basta. En mi caso particular el hecho de no poder retrasar, ni bajar más el asiento hacía que tanto al volante como en el asiento del copiloto notara con cierta intensidad el viento en mi cabeza.
A nivel dinámico es una auténtica delicia, un coche de verdad, de aquellos que hacen disfrutar al volante sea cual sea el trayecto en el que lo conducimos. Su parentesco con el Mazda MX-5 también sale a relucir en este apartado y eso es un punto muy a su favor.
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No importa si vamos de paseo disfrutando de las vistas al Lago di Garda o dándolo todo en un revirado tramo de montaña, en ambos terrenos ofrece un placer de conducción de los que cuesta encontrar en un coche moderno.
La combinación de cambio manual de 6 relaciones, tracción trasera y motor turbo de 140 CV hacen que sea un juguete para pasarlo en grande. La agilidad que muestra en los cambios de apoyo y la suavidad con la que su suspensión filtra las irregularidades del firme hacen que se muestre noble en todo momento.
La capacidad de tracción de sus neumáticos traseros es más que suficiente para los 240 Nm a 2.250 rpm que rinde su motor MultiAir de 1,4 litros sobrealimentado. Donde realmente brilla este propulsor es en la entrega a bajas revoluciones. Empuja con gran decisión y una vez alcanza las 5.000 rpm parece que pierda rendimiento.
El cambio de seis velocidades tiene la palanca en una posición buena, lástima que el tacto de la misma no sea tan perfecto como el del Mazda MX-5. La palanca vibra en exceso y en frío cuesta bastante pasar de tercera a segunda, una vez coge temperatura ya va algo más fino.
Los frenos con discos de 280 mm están a la altura del conjunto. Con una respuesta más que correcta para las prestaciones del vehículo. Tanto la potencia de deceleración como la capacidad de dosificarla contribuyen a dar lugar a esta excitante experiencia de conducción que ofrece el 124 Spider.
En resumidas cuentas
Si tuviese que escoger entre un Mazda MX-5 y un FIAT 124 Spider tendría un gran dilema, pues ambos me encantan. Tanto por su atractivo diseño como por la brillante experiencia de conducción los dos que ofrecen. Cada uno a su manera pero ambos con grandes rasgos en común, no en vano, se producen en la misma planta de Japón, uno junto al otro.
FIAT España ha comunicado que el precio en España del 124 Spider es de 25.990 euros. 1.000 euros más que el precio de tarifa del Mazda MX-5 con motor 1.5 de 131 CV. No obstante, actualmente el Miata tiene una promoción y todavía es mucho más barato que el italiano con 23.000 euros.
El diseño exterior del 124 Spider está muy logrado y puede llegar a ser algo más sexy incluso que el del japonés. Además, la calidad de acabados del interior del italiano está por delante de su primo-hermano del país del sol naciente.
El quid de la cuestión reside básicamente en el motor. El motor 1.4 MultiAir del FIAT empuja con gran contundencia en la parte baja del cuenta-vueltas, por el contrario, arriba el 1.5 Skyactiv del Mazda ofrece unas 2.000 últimas revoluciones para enmarcar.
El MultiAir del 124 Spider me ha gustado mucho pero quizás me sigue agradando todavía más la vivacidad y la musicalidad del 1.5 atmosférico del japonés. Sin embargo, si tuviera que decantarme por el diseño debo decir que me gusta más el del FIAT.
El spot que FIAT usa en Estados Unidos para el 124 Spider es de lo más cachondo. Sus protagonistas son los mismos del anuncio del 500X que vimos en la televisión española, ahora con un desenlace diferente. Un 10 para la agencia de marketing.
Tengo un Fiat 124 Spider lusso, he leído comentarios de toda clase, creo que hacer una crítica con una prueba de uno minutos o horas, no son suficientes para valorarlo. Solo puedo decir, cosas buenas después de casi dos años con el. Lo primero es que es bonito a rabiar y eso lo corrobora, son las cabezas que se vuelven para mirarlo cuando vas por la calle. Segundo, que es un buen coche relación calidad precio. Si es cierto que es conveniente llevar las revisiones y todos los cambios de aceite y filtros, etc, al día. Anda muy bien, responde desde las primeras revoluciones. No es para conductores inexpertos como se ha comentado, ya que su dirección es firme, pero no te puedes despistar para evitarte un susto, es un coche deportivo, con un motor suficiente. Solo tengo halagos. Tengo 68 años y cada vez que lo conduzco, me hace sentirme más joven. No se le puede pedir más por el precio calidad que tiene. Parece ser que si nos salimos de las marcas elitistas, ya los demás vehículos no tienen importancia, si nos dejamos de complejos absurdos, nos podemos encontrar con vehículos como el Fiat 124 Spider de nueva generación, que nos pueden dar muchas satisfacciones, a buen precio. Creo que es un coche que de aquí a unos años, se valorará mucho más de lo que se hace ahora. Javier