Nuevo maquillaje para el Mini 2021

Mini vuelve a realizar un facelift a la tercera generación de los Mini 3 puertas, 5 puertas y Cabrio, un modelo que resiste desde 2013. Os hablamos del restyling en este enlace y hoy venimos a contaros nuestra percepción de los cambios en el apartado estético y de equipamiento. Siguen siendo los mismos propulsores pero mejoran sus emisiones y consumo en un 3% y 5% más en función de la versión. También se dota de mayor presencia tecnológica a las versiones de acceso One y Cooper, con un precio de partida de 22.300 euros para la configuración de 102 CV y cambio manual.

Las diferencias respecto al modelo anterior son mínimas pero visibles. Nos os voy a engañar, cuando entré por la puerta de la sala en la que lucían el Mini John Cooper Works anterior y el nuevo, no fui capaz de identificarlos a primera vista. En esta configuración específica, la más cachonda y gamberra de Mini, la evolución se deja notar menos. Sin embargo, cuando te muestran ambas evoluciones en acabados One, Cooper o Cooper S la transformación es palpable sin llegar a ser destacable.

Han pasado tres años desde el último facelift de Mini y esta nueva hornada no presenta cambios mecánicos o que impliquen mejoras dinámicas, es tan solo maquillaje exterior de cara a mantenerse en onda. Una tendencia que respeta la herencia, como no podía ser de otro modo, que tanto caracteriza a uno de los coches más icónicos e históricos del parque automovilístico. Una leyenda que se ha actualizado con la era de la electrificación, un camino que Mini se ha tomado muy en serio.

Tanto que antes de pasar a explicaros los cambios principales de la nueva gama Mini, haremos un repaso de los planes de futuro de la firma británica del Grupo BMW. En 2023 se espera la llegada del primer Mini Countryman 100% eléctrico, el modelo que marcará la transición definitiva hacia este estilo de propulsión cero emisiones. En 2025 se desarrollará el último motor de combustión de la marca y para 2027 esperan que el 50% de sus ventas sean de unidades electrificadas. Todo ello debería llevarles a cumplir la siguiente promesa: para 2030 Mini será una marca únicamente eléctrica.

Puede sonar rotundo pero si algo tiene Mini es un recorrido coherente y lógico a lo largo de su intermitente vida. Desde el lanzamiento del primer Mini a finales de los 50, este compañero de aventuras se ha adaptado a una sociedad cambiante y en constante evolución, mientras estuviera a la venta. El salto cualitativo y estético que supuso la llegada de la generación F en 2013, que sustituyó a los R, ha conseguido mantenerse hasta el día de hoy.

Crear un icono implica mantener una batalla constante entre lo clásico y la actualidad. Sin embargo, el nuevo Mini puede compaginar ambas a la perfección. De hecho, mantiene hasta las mismas cotas para todas sus variantes: 3 puertas, 5 puertas y Cabrio. No ha cambiado absolutamente nada, tampoco debajo del capó.

Los nuevos Mini se comercializarán con los motores que ya montaban los anteriores. Eso sí, tal como comenta la firma, han sido optimizados para reducir entre un 3% y un 5% su consumo y las emisiones finales. De esta forma superan la normativa Euro 6D. Estamos hablando del bloque gasolina 1,5 litros tricilíndrico para las versiones One y Cooper, con potencias de 102 y 136 CV respectivamente. Ambas se combinan con el cambio manual de 6 velocidades pero, de forma opcional, el Cooper puede contar con la transmisión automática de doble embrague y siete marchas.

Los otros dos propulsores son los 2.0 de cuatro cilindros. En el caso del Cooper S rinde 178 CV y 280 Nm de par, convirtiéndose en la variante más divertida previo al JCW pese a perder 14 CV respecto al anterior. En esta caso también podemos optar por el cambio automático de siete velocidades pero, de serie, llega con el manual. En este caso, el Mini Cooper S (manual) acelera de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos y alcanza los 235 km/h. El consumo combinado homologado (WLTP) es de 6,2 l/100 km.

El facelift también afecta a la versión John Cooper Works 2.0 de 231 CV, que luce algunos detalles estéticos específicos que os contaré a continuación. Esta variante cañera ha perdido algo de ‘chispa’ sonora pero sigue teniendo su punto y ofrece la caja automática por convertidor de par de 8 marchas. Firma la aceleración 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y la velocidad máxima se corta a los 246 km/h, con un consumo homologado de 6,6 l/100 km. Todo lo contrario es la variante eléctrica Cooper SE, que también mantiene los 184 CV de potencia y la autonomía de 230 km/h al no tocar la batería de 32,6 kWh.

Si nos fijamos en las fotos del evento de presentación las diferencias son pocas. Se trataba de dos unidades John Cooper Works, con sus propias especificaciones y detalles exclusivos. En otras versiones vemos una parrilla más ancha, que se extiende hacia abajo y llega al labio inferior.

Esta calandra siempre irá enmarcada con una tira en piano black y vemos que la franja sobre la que se fija la matrícula comparte el mismo color que la carrocería. El paragolpes también ha sido rediseñado y vemos como los antiniebla son sustituidos por unas entradas de aire que, junto a otros detalles, mejoran la aerodinámica del nuevo Mini.

También son nuevos los tonos Rooftop Grey, Island Blue y Zesty Yellow, con el toque especial del techo degradado para los clientes que opten por el azul y quieran un paso más en su personalización al ser un proceso que nunca deja la misma mezcla exacta. También son de estreno 5 nuevos modelos de llantas de aleación, que llegan hasta las 18 pulgadas y de las que destacan las del diseño fresado.

La vista lateral es casi idéntica, exceptuando las llantas, pero la zaga también presenta cambios. Empezando por el nuevo difusor, de tamaño considerable y configuración deportiva para los modelos John Cooper Works. La colocación del escape doble en el centro recuerda al Mini GP que tantos suspiros desata. Esto no se repite en un One, pero sí la colocación de la luz antiniebla justo en el centro.

En cuanto pasamos al interior, los cambios son mínimos pero en los detalles clave. El volante, por ejemplo, estrena un diseño de tres radios con botonería en piano black que, pese a no ser táctil, sí genera esa sensación visual. En el radio del centro, algo más grueso, se dejará espacio para las variantes especiales como el JCW o Cooper SE.

La pantalla central crece en tamaño, hasta las 8,8 pulgadas frente a las 6,5 del modelo de 2018. Además, han mejorado su interfaz para que sea más intuitiva y el usuario pueda distribuir las funcionalidades a su gusto, como harías con las apps de tu teléfono móvil. La compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto es una de las mejoras de los acabados ONE y Cooper, junto con la pantalla y el Paquete Connected Media.

Los grupos ópticos con tecnología LED llegan de serie y el ajuste de altura del acompañante también pasa a ser norma para la gama Mini. En las versiones Cooper S, SE y JCW se introduce el piano black en los interiores, un material muy elegante, pero que no destaca por su pulcritud.

La diferencia de precio de un Mini ONE actual, porque ya están a la venta, frente al anterior es de 850 euros. Teniendo en cuenta los cambios estéticos y las mejoras de equipamiento, el coste diferencial se iría a 1.500 euros. En cambio, el Cooper S actual es entre 400 y 950 euros más económico para este facelift. La tabla de precio se quedaría del siguiente modo:

Mini 3 puertas

• Mini One 22.300 euros

• Mini Cooper 24.600 euros

• Mini Cooper S 29.500 euros

• Mini Cooper SE 34.200 euros

• Mini JCW 35.900 euros

Mini 5 puertas

• Mini One 23.100 euros

• Mini Cooper 25.400 euros

• Mini Cooper S 30.300 euros

Mini Cabrio

• Mini One 26.300 euros

• Mini Cooper 28.600 euros

• Mini Cooper S 33.500 euros

• Mini JCW 42.700 euros