El Opel Ampera-e, unánimemente reconocido como uno de los mejores -si no el mejor- modelo 100% eléctrico actualmente a la venta en Europa no llegará, con casi toda seguridad, al mercado español. Así lo indicó en la reciente final a seis del premio Autobest, el jefe de comunicación de producto de Opel en Europa Jean-Philippe Kempf. La compra de Opel por parte de PSA es el motivo del cambio de planes del fabricante alemán.
Opel, adquirida este mismo año por el Grupo PSA era, hasta entonces, la filial europea de la compañía estadounidense General Motors. Opel tiene actualmente una gama compuesta por cuatro tipos de modelos: los de desarrollo propio, ya sean para la comercialización exclusiva en Europa (Adam y Zafira) o para el conjunto de General Motors (Astra e Insignia), los desarrollados por otras empresas de General Motors y adaptados al mercado europeo (Mokka X), los de nuevo desarrollo empleando plataformas PSA fruto del acuerdo entre ambos grupos anterior a la compra de Opel (Grandland X y Crossland X) y el Ampera-e, un vehículo 100% eléctrico desarrollado por General Motors en Estados Unidos, donde se vende con el nombre de Chevrolet Bolt. Opel vende este modelo en mercados con fuerte demanda de coches eléctricos como Noruega, Dinamarca, Holanda y Alemania y pretendía comercializarlo, en diferentes fases, en todo el continente.
La venta de Opel a PSA, sin embargo, ha cambiado los planes de la marca. Pese a que Opel prevé en su nuevo plan de viabilidad PACE! (lo detallamos en este enlace) especializarse en los modelos híbridos y eléctricos (ha anunciado ya el lanzamiento de un Grandland X híbrido enchufable para este año 2018) para convertirse en una de las primeras marcas que complete la transformación total a la movilidad eléctrica, el Ampera-e no figura entre sus prioridades.
El problema es que este coche, considerado uno de los mejores eléctricos actuales (en este enlace Juan Carlos Grande os cuenta en video cómo es y cómo funciona), es un desarrollo tecnológico de General Motors que no desea conceder ninguna ventaja en este campo a una marca que ahora es una rival directa. Opel, por su parte, tampoco gana nada vendiendo un coche con una tecnología que ya no es propia y que no podrá desarrollar por su cuenta en el futuro inmediato.
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Para acabar de complicar el panorama, el Bolt es un éxito de ventas en Estados Unidos y General Motors prefiere abastecer su mercado doméstico antes que enviar coches a Europa donde, tras la deserción de Chevrolet a finales de 2015 y la venta de Opel, ya no tiene intereses comerciales. Por este motivo, y en parte para enfriar el posible interés de Opel, General Motors ha incrementado en 5.000 euros por unidad del precio del Ampera-e que Opel ha debido trasladar a sus clientes, incluidos aquellos que tenían el coche reservado. Este hecho ha llevado a numerosos compradores, sobre todo en Noruega, a anular sus pedidos.
Jean-Philippe Kempf, director de comunicación de producto de Opel, con el que pude hablar un largo rato en Vairano (Italia) con motivo de la prueba de los seis coches finalistas en el premio Autobest 2018 (el Grandland X es uno de ellos), me confirmó que Opel atenderá todos sus compromisos de clientes en Europa y mantendrá a la venta el coche en mercados altamente receptivos a los eléctricos por un tiempo indeterminado pero que, en las actuales circunstancias, sería absurdo lanzar el coche en nuevos mercados que, además, no tienen un segmento de coches eléctricos desarrollado. Así pues, blanco y en botella: las posibilidades de ver al Ampera-e en los concesionarios españoles se ha desvanecido casi definitivamente.
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