Opel se encuentra en una fase de notable actividad. Más allá de su reciente adquisición por parte del Grupo PSA, que le obligará a replantear toda su estrategia de producto (los proyectos que ya están en marcha continuarán su curso pero los nuevos se adaptaran a las plataformas y mecánicas comunes), la marca alemana prevé un 2017 agitado con nada menos que siete novedades de producto. Tres de ellas tienen que ver con la gama Insignia ya que a la berlina de cinco puertas que hemos probado ya en Alemania y que Opel llama Grand Sport, se sumarán el Sports Tourer y su versión “aventurera”, el Country Tourer sobre la base del anterior.
La otra ofensiva tiene que ver con los modelos X ya que al actual Mokka X (aquí nuestra videoprueba de este modelo) se añadirán el Crossland X, ya visto en Ginebra y en Madrid recientemente y que es un vehículo crossover, a medio camino entre un monovolumen y un SUV que sustituye al Meriva, y el Grandland X, un SUV de segmento C. Estos dos últimos modelos se han desarrollado ya sobre plataformas PSA en virtud de los acuerdos firmados hace unos años entre ambos constructores y si el Crossland X compartirá base, motores y línea de producción en Zaragoza con el futuro Citroën C3 Aircross, avanzado en Ginebra bajo forma de concept car, el Grandland X será la versión Opel del exitoso Peugeot 3008 pero con un aspecto 100% Opel y, por lo tanto, sin ningún parecido físico con el modelo francés.
Dicho todo esto, vamos con el Insignia Grand Sport. La marca mantiene la apuesta por las grandes berlinas, un segmento que, entre los constructores generalistas, decrece en Europa bajo la presión de los SUV y de las berlinas de marcas premium. Tal vez por este motivo, Opel ha insistido mucho en explicar que el nuevo Insignia, que apunta a los rivales tradicionales del segmento (Volkswagen Passat, Ford Mondeo, Renault Talisman, Kia Optima, Mazda6 entre otros), ha recibido un tratamiento más premium dotándole de tecnología más avanzada y de una calidad percibida superior.
La idea de Opel es que, además de competir con los modelos citados, el Insignia ataque la parte baja del segmento premium. La marca confía en que, en una categoría de coches en la que los principales clientes son empresas, un modelo que pueda equiparse como un premium pero ofrecido a un precio más económico, pueda hacerse un hueco superior al actual. La marca elimina en esta generación la variante de cuatro puertas que tenía el Insignia anterior pero que, en determinados mercados, sólo suponía un 10% de las ventas. La firma alemana calcula que en Europa venderá más o menos la mitad de Insignia con la carrocería Grand Sport (la que más se venderá en España) y la otra mitad con la carrocería Sports Tourer familiar.
Más deportivo y orientado a la conducción
Los responsables de Opel nos explicaron que el desarrollo del nuevo modelo se ha basado en tres parámetros: crear el coche con más tecnología del segmento, orientarlo al conductor para que sea un coche que apetezca conducir y dotarlo de un diseño más deportivo que el de la generación anterior.
Esto último parece obvio. La marca ha hecho un coche más largo, con una línea muy cupé que recuerda a coches como el Audi A5 Sportback pero más habitable que el anterior. Construido sobre la plataforma Epsilon 2, que optimiza el espacio interior y rebaja notablemente el peso (hasta 175 kilos en el 5 puertas y hasta 200, en función del motor en el Sports Tourer, de manera que los pesos de la gama oscilan entre 1.441 y 1.683 kilos), el Insignia propone una posición de conducción más baja (3 cm) para compensar la reducción de altura del coche (2,9 cm) pero manteniendo el mismo espacio para la cabeza, que incluso se incrementa en casi un centímetro en las plazas traseras. La cota de anchura, también superior, permite aumentar en unos 3 cm el ancho interior tanto a nivel de las caderas como de los hombros mientras que el espacio para las rodillas de los pasajeros traseros se incrementa en 2,5 cm gracias al aumento de la distancia entre ejes.
Para rematar con las dimensiones, la berlina mide 4,89 metros de largo por 4,98 del familiar. La anchura es de 1,86 metros en ambos y la altura es de 1,45 en la berlina y de 1,50 en el Sports Tourer que ofrece más espacio al techo en las plazas traseras. La batalla de 2,83 metros es común a ambos y la capacidad del maletero es de 490 litros en la berlina, que ha perdido espacio respecto al modelo anterior, y de 560 litros en el break que sí se sitúa en la media del segmento. Con los asientos abatidos, la berlina alcanza los 1.450 litros y el familiar los 1.665.
La nueva plataforma supone asimismo una cierta ventaja en términos de rigidez ya que es un 9% más rígida que antes pese al uso de materiales más ligeros y otra ventaja añadida es el menor peso de los motores, todos de cuatro cilindros y con cilindradas no superiores a los dos litros.
Una gama con seis propulsores
Ya que hablamos de motores vamos con la gama. Las versiones de gasolina son tres. Las dos primeras derivan de un mismo bloque de nueva factura que tiene una cilindrada de 1,5 litros y es novedad en la gama Opel. Se venderá en una versión de 140 CV con caja de cambios manual de seis marchas y en otra de 165 CV en la que podrá elegirse entre la misma caja manual o una automática con el mismo número de relaciones. La segunda versión es un 2.0 Turbo, ya conocido, que alcanza los 260 CV y sólo estará disponible, como tope de gama y a la espera de una hipotética versión OPC, con caja de cambios automática de ocho marchas (otra novedad en la gama) y tracción a las cuatro ruedas.
En el campo diésel, habrá un motor 1.6 ya conocido en el Astra y en el Zafira con dos niveles de potencia: 110 y 136 CV, el primero sólo con caja manual y el segundo con manual o automática de seis marchas. Como tope de gama en el apartado diésel se ofrecerá un 2.0 de 170 CV con tres opciones, manual de seis marchas con tracción delantera o integral o automático de ocho sólo con tracción delantera.
El sistema de tracción integral merece comentario aparte ya que es completamente nuevo y, además, sorprende al prescindir del diferencial trasero. Hasta ahora, este tipo de esquemas de transmisión tenían un embrague de láminas en el eje trasero (el sistema llamado Haldex por el nombre de la marca que lo inventó) que desviaba par al eje trasero cuando el delantero no podía asumir todo el que llegaba del motor, normalmente por el estado deslizante de la carretera.
El sistema de Opel, parecido al que se utiliza, con un planteamiento similar, en el Ford Focus RS, prescinde del embrague central acoplado al diferencial trasero y sitúa dos embragues de discos múltiples, uno en cada semi-eje trasero. La centralita del coche decide en cada momento si hace falta o no enviar par al eje trasero pero no sólo en base a la posibilidad de que las ruedas delanteras patinen sino para ayudar al coche a trazar las curvas mediante un sistema que imita la llamada vectorización del par.
En realidad, lo que hace el sistema es analizar cada curva a tomar en base a la inclinación de la carrocería, la velocidad del coche, el régimen de giro del motor y el ángulo de giro del volante. Con ello decide si hace falta enviar par al eje trasero pero, sobre todo, en qué proporción hacerlo y cómo repartirlo entre las dos ruedas traseras priorizando siempre la rueda exterior que es la que está más apoyada. De esta manera, el coche toma la curva de la mejor manera posible, tiene un comportamiento parecido al de un tracción trasera (puede desviarse hasta el 65% del par a las ruedas posteriores) y gira con mayor agilidad y sin apenas subviraje. El resultado es muy parecido al de cualquier sistema de vectorización del par pero sin que este se consiga a base de frenar la rueda interior para que el diferencial envíe más par a la exterior sino enviando directamente más par a la rueda con mejor tracción. En otras palabras, que en lugar de usar el freno selectivo, se usa la potencia selectiva.
Además de este sistema, propio de las versiones 4x4, el Insignia puede equipar el sistema Flexride que adapta el comportamiento del coche al tipo de conducción practicada. Además del modo normal, que se activa por defecto y que varía la respuesta de la amortiguación en función de la conducción, existe un modo Tour, para una conducción tranquila y confortable, y un modo Sport para una conducción más deportiva.
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Estos dos modos afectan además de al control de la amortiguación a la asistencia de la dirección, al control de crucero adaptativo, a la respuesta al acelerador, a la caja de cambios (en las versiones automáticas), al sistema de tracción integral y al sonido que emite la mecánica. Los modos Tour y Sport se accionan mediante una tecla en la consola central pero, además, el conductor, mediante la pantalla central, puede personalizar a su gusto cada uno de los elementos citados.
Como es habitual en los Opel que equipan este tipo de sistemas (el Astra anterior, por ejemplo ya que el actual prescinde de él), la diferencia entre los modos Tour y Sport es más que notable y mientras que el primero ofrece un elevado confort en autopista, con un bajo nivel sonoro –sobre todo en los gasolina-, el segundo permite una conducción decidida con una dirección muy precisa y un control absoluto de los movimientos de caja gracias a una amortiguación claramente más firme.
En nuestra toma de contacto en Alemania pude conducir una versión 2.0 Diesel manual con este sistema Flexride y una unidad 1.5 de gasolina de 165 CV también con cambio manual pero sin él. Las primeras impresiones son que el Insignia es un coche más ágil y con mejor comportamiento dinámico, lleve o no el Flexride.
Más ágil en carretera
El menor peso y, sobre todo, el menor peso en el morro se notan mucho y la suspensión es mucho más equilibrada que antes en que estaba, a mi juicio, excesivamente orientada al confort, al menos en las versiones sin Flexride. El coche tiene un muy buen guiado y facilita el paso por curva con un eje delantero incisivo y mucho aplomo, sobre todo en curva rápida. En autopista, destaca el buen hacer de la suspensión incluso a velocidad elevada (en domingo, en una autobahn libre de tráfico y sin limitación resulta fácil comprobarlo) y el coche se nota muy confortable y muy estable.
La respuesta del motor diésel es la que ya conocemos. Parece que tenga menos caballos de los que anuncia pero es relativamente elástico y tiene un consumo más bajo que el del modelo anterior gracias a la reducción del peso. Opel anuncia consumos de entre 4 y 5,2 litros para los diésel y de entre 5,7 y 6,1 para el 1.5 de gasolina en función de la caja y la potencia. El 2.0 Turbo automático de 260 CV 4x4 homologa 8,6 litros.
El que me gustó mucho fue el nuevo motor de gasolina. Mueve el coche con facilidad, es muy elástico, con una buena respuesta a cualquier régimen pero especialmente entre 3.000 y 5.000 vueltas, que es donde más cómodo está. La verdad es que para los que hagan pocos kilómetros, es muy recomendable. Su consumo no es dispatarado, suena mucho menos que el diésel (casi no se le escucha) y es muy agradable de conducir.
Una gama amplia
Opel no ha anunciado todavía ni los precios ni los equipamientos para España (en cuanto los tengamos actualizaremos este artículo) pero ha explicado algunos de los elementos que, de serie u opcionalmente, estarán disponibles en la gama. El primero es el sistema de iluminación Intelilux con proyectores de LED adaptativos que ajustan el haz de luz a la velocidad, al tipo de carretera y al tráfico, ya sea en sentido contrario o en el propio sentido. Durante la prueba, llegamos al hotel de Frankfurt de noche y os puedo asegurar que si ya me gustó este sistema en el Astra, en el Insignia es todavía mejor, con una iluminación profunda cuando hace falta y ancha cuando es debido y que no deslumbra al resto de usuarios. Una opción fantástica y muy recomendable.
También está muy bien el head up display (de los buenos, con proyección directa sobre el cristal y no sobre una lámina de metacrilato) que permite configurar los datos que aparecen en el mismo. Opel ofrece también los asientos AGR, muy cómodos y con regulación en longitud de la banqueta, el acceso y arranque sin llave, el cargador inalámbrico para teléfonos móviles, instrumentación digital y un equipo de sonido premium firmado por Bose.
Además, en el apartado de ayudas a la conducción, dispone de cámaras de 360 grados, con una definición mejorable, un sistema de navegación que no es de los más intuitivos pero que tiene múltiples opciones y, a nivel de asistencia a la conducción, identificador de señales de tráfico, aviso de posible colisión, detector de vehículos en movimiento marcha atrás, aviso de ángulo muerto y sistema de mantenimiento de carril que mueve el volante para mantener el coche en el carril por el que circula pero sin avisar al conductor de ninguna manera. También está disponible el control de crucero adaptativo con sistema de frenada y arranque en atascos.
Finalmente, los clientes del Insignia dispondrán gratuitamente el primer año (y de pago en los posteriores) del acceso al sistema On Star que permite comunicar un accidente (propio o ajeno), que llama al usuario en caso de detectar una activación de los airbags y envía servicios de asistencia si éste no contesta y, ahora además, acceso a una central de servicios donde pedir un hotel o reservar una plaza de aparcamiento. El usuario, una vez reservado el servicio, recibe directamente la dirección del mismo en el navegador. El sistema On Star permite asimismo conectar vía wifi hasta siete dispositivos.
A imagen de otras marcas generalistas y de las premium, Opel estrenará en el Insignia un programa de personalización llamado Exclusive que permitirá equipar el coche con algunos elementos de diseño añadidos distintos de la línea deportiva OPC Line disponible en opción. Las propuestas de Opel Exclusive incluyen tapicerías de cuero de alta calidad, inserciones interiores de otros materiales a los habituales y más colores de carrocería con sobreprecio. Finalmente, el cliente podrá elegir el color que quiera para su coche. Así, tal cual. Opel se lo pintara, pagando un extra, por supuesto, en cualquier color que se le ocurra al cliente.
La marca ha anunciado la venta del Insignia en España en el mes de mayo y la del familiar en verano sin especificar una fecha concreta. También después del verano estará operativo el programa Exclusive, que, de momento, no se aplicará a otros modelos de Opel.
Hola a todos Es evidente que Opel va encontrando su camino hacia las berlinas premium....solo tienen que corregir los errores y hacer los deberes,pero aún falta....espero que lo consigan