Skoda es una marca de automóviles muy comprometida con la sponsorización de pruebas ciclistas, como demuestra su participación en la Vuelta a España con una flota de Skoda Superb o más recientemente, la colaboración que establece con una de las pruebas de BTT de mayor renombre en nuestro país, la Orbea-Monegros.
Coincidiendo con la celebración de este multitudinario evento de mountain bike, Skoda nos propuso trasladarnos con un Skoda Kodiaq desde Barcelona hasta Sariñena (Huesca) para hacer una ruta off-road por parte del recorrido de la prueba, en pleno desierto de Los Monegros.
La versión del Kodiaq escogida fue una 1.4 TSI con 150 CV y cambio DSG, con tracción 4x4. Es la versión intermedia dentro de la gama de gasolina, que tiene por debajo la versión 1.4 TSI con 125 CV y por encima la 2.0 TSI con 180 CV.
Ya había tenido ocasión de conducir el Kodiaq con motor diésel de 190 CV, durante la presentación internacional en Mallorca, y quedó pendiente tomar contacto con la versión de gasolina. Si el diésel ya destaca por su buen nivel de confort y refinamiento mecánico, esta versión de gasolina hace gala de una calidad de rodadura todavía superior. Skoda ha optado por instalar un motor de relativa baja cilindrada, 1.395 cc., con turbo, cárter de aluminio fundido, muy ligero y de baja fricción. Se une a un cambio de 6 marchas automático DSG, de doble embrague, ya conocido de otros modelos del grupo Volkswagen. La asociación motor-cambio es excelente, ya que tanto el propulsor como la transmisión tienen la dulzura y la suavidad de funcionamiento como uno de sus puntos fuertes.
No obstante, el consumo de este motor es alto, sobre todo en comparación con el que ofrece el motor diésel de la misma potencia. Oficialmente, el consumo extraurbano es de 5,4 l/100 km., pero en la realidad la cifra fácilmente se sitúa en los 8l/100km. en carretera. Eso es lo que registró en los cerca de 500 kilómetros de ida y vuelta, principalmente por autovía, que separan Barcelona de Sariñena.
Debéis tener en cuenta que se trata de una versión con tracción integral y, por lo tanto, mayor peso (algo más de tonelada y media en seco) y más elementos mecánicos que arrastrar. Y eso no juega a favor del consumo de combustible.
Adaptable
El Kodiaq puede equipar un selector de modo de conducción que permite al conductor ajustar la gestión del motor y el cambio y la dirección asistida en función de varios programas: Eco, Confort, Normal, Sport y Off Road. En modo Eco se suaviza la respuesta del motor, se limita la intensidad del aire acondicionado o se desconecta el tren de rodaje cuando el conductor deja de dar al acelerador y en velocidades en torno a 20 km/h. , todo con el objetivo de reducir el consumo de combustible. En modo Sport todo lo contrario: se agiliza la gestión del cambio, la respuesta del motor y se endurece ligeramente la dirección, para facilitar una conducción deportiva.
El selector de modos de conducción es una buena opción para optimizar el buen comportamiento dinámico del Kodiaq en carretera. No es un SUV deportivo, ni mucho menos, pero viajar en modo Confort, por ejemplo, puede marcar la diferencia cuando se trata de hacer muchos kilómetros.
Para sacar el mejor partido al chasis, también se puede optar por instalar el DCC o Control Dinámico Adaptativo de Chasis, que actúa sobre la dureza de la suspensión en coordinación con cada uno de los programas. Así, en modo Sport se endurece el tarado de los amortiguadores, algo que interesa cuando queremos practicar una conducción más dinámica. En este Skoda también encuentro útil este “gadget” para dar más rigidez a la amortiguación cuando vamos con el coche cargado de bultos o personas. Y es que cargado a tope, el Kodiaq se percibe algo mórbido y su carrocería balancea bastante, algo que podemos minimizar con este ajuste.
Pistas desérticas
La prueba dinámica organizada por Skoda en Huesca tenía como objetivo dar a conocer el comportamiento de este SUV en pistas de tierra. Por norma general, cuando un SUV es cómodo en carretera, también lo es en la montaña. La suavidad de las suspensiones juega a favor cuando se trata de absorber irregularidades del terreno. Y así es. Este es un todocamino con buenas aptitudes para rodar por pistas forestales sin dificultades, y lo hace con un buen nivel de confort. No rebota en exceso, y se percibe aplomado y de fácil guiado.
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Su altura libre (18,7 centímetros) no es la de un todoterreno, pero es superior a la de un turismo. Es un SUV para circular por pistas, pero en buen estado, y en ese escenario es un todocamino muy válido. Su tracción integral a base de un embrague multidisco con control electrónico varía constantemente el par motriz entre los dos ejes para garantizar una buena motricidad en superficies deslizantes, como puede ser una pista llena de gravilla. Es un sistema muy utilizado en todocaminos, imperceptible durante la conducción, que trabaja de forma automática para estabilizar el coche y garantizar su avance.
En una ruta como la organizada por Skoda en Sariñena, con pistas llanas, sin demasiados rotos y con perfecta visibilidad, es perfectamente factible rodar por con el programa Normal activado, como si circulásemos por carretera. Pero si por cualquier circunstancia la pista se complicase o simplemente, si quisiéramos conducir con un mayor nivel de seguridad, la activación del programa off-road es una buena alternativa.
En modo off-road se ajusta el chasis, la gestión del motor y los frenos para una mayor efectividad fuera de la carretera. La suspensión se vuelve más elástica para “copiar” mejor el terreno; el sistema antibloqueo ASR funciona parcialmente para permitir un cierto deslizamiento de las ruedas, algo que puede interesar cuando queremos salir de una situación complicada en un terreno deslizante; el bloqueo electrónico del diferencial (EDL) funciona más rápido; y se activa el Asistente de descenso en pendientes, una ayuda a la conducción útil para controlar el coche en un fuerte desnivel sin preocuparnos de modelar el freno, ya que el coche lo hace por sí solo.
En las pistas de Los Monegros no hubo grandes descensos donde poner a prueba esta electrónica, pero sí largas pistas en las que comprobé la buena estabilidad del coche, el buen nivel de confort y supuestamente, la buena robustez de todo el conjunto.
Datos en pantalla
Durante la conducción en campo y con el modo off-road activado, la pantalla del sistema de información y entretenimiento muestra datos de la conducción como el rumbo, la altura respecto al nivel del mar, el ángulo de giro de la dirección, la temperatura del líquido refrigerante y la temperatura del aceite, entre otros.
También puede resultar útil el sistema de cámaras de visión de área, que muestran en la pantalla la imagen de todo el entorno del coche, incluyendo la vista cenital de 180º. Así podemos ver, sin bajar del vehículo, un posible obstáculo antes de golpearlo, o observar de un vistazo las características del terreno que vamos a pisar.
En definitiva, bajo una apariencia SUV y unas cualidades como vehículo familiar casi cercanas a las de un monovolumen, cabe sumar en el Kodiaq unas buenas aptitudes como todocamino, por la propia preparación de su chasis y por el equipamiento que ofrece.
El trabajo del equipo de Jozef Kaban, jefe de diseño de Skoda, refleja claramente este carácter versátil del coche, que sin ser ni pretender ser un todoterreno, sí que permite hacer una sencilla excursión off-road y salir bien parado. Esta aptitud sólo es atribuible a las versiones con tracción integral que, como la probada, se destinan a los acabados superiores de la gama. En acabado Style, con cambio DSG y 4x4, el PVP se sitúa en 36.940€. Por 5.700€ menos se ofrece la misma versión, con motor 1.4 TSI de 150 CV, tracción delantera y acabado Style. El mismo coche pero sin las aptitudes para el off-road comentadas.
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