Híbrido y sólo híbrido
Kia llega al segmento de los modelos híbridos con un coche peculiar. El Niro ni es una berlina compacta ni es un SUV. Es lo que se ha dado en llamar un crossover, es decir, un coche a medio camino entre dos tipos de vehículos que intenta ofrecer lo mejor de los dos segmentos que fusiona. Y la verdad es que, en este caso, podemos considerar que lo consigue de manera muy razonable.
El coche tiene una longitud de 4,35 metros y una anchura de 1,80 metros. Estas cifras coinciden con las de la mayoría de coches compactos al uso. Un Kia Cee'd, por no salir de la misma marca, mide 4,31 metros de largo y 1,78 de ancho de manera que el Niro es ligeramente más ancho y más largo pero sólo ligeramente. En la cota de altura, no obstante, se sitúa a medio camino entre los compactos convencionales y los SUV. El Niro mide 1,53 metros por 1,47 del Cee’d y 1,63 del Kia Sportage.
La altura de su habitáculo está, por lo tanto, a medio camino entre sus dos hermanos de gama dentro de este mismo segmento C ya que es 6 cm más alto que el Cee’d y 6 más bajo que el Sportage. En realidad, el SUV de la marca le saca 10 cm en la cota de altura global pero hay que tener en cuenta que el Sportage tiene una distancia al suelo 4 cm más alta, de manera que, en realidad, el Niro es equidistante entre ambos modelos.
La buena cota de altura se combina con una distancia entre ejes generosa, de 2,70 metros (5 cm más que la del Cee'd) y esa combinación tiene una contrapartida muy positiva en el habitáculo. En las plazas traseras, el Niro es más amplio que un Cee'd ya que tiene más espacio para las piernas de los ocupantes de la segunda fila y más espacio libre al techo. La habitabilidad trasera es uno de los puntos fuertes de este modelo ya que, además del espacio en sí, tiene unas puertas con un notable ángulo de apertura de casi 90 grados que facilitan el acceso a bordo.
Las ventajas de las plazas traseras no terminan ahí. La mator altura del coche con respecto a un compacto, ha permitido situar la banqueta trasera en una posición ligeramente más elevada que en un turismo y, sobre todo, con un respaldo menos inclinado que en el Cee'd, por ejemplo. ¿Ventajas de esta configuración? Un acceso más fácil para las personas mayores, por ejemplo, o más facilidad (gracias también a la generosa apertura de las puertas) para instalar a niños pequeños en sus sillitas. La guinda hubiera sido que el respaldo trasero fuera reclinable para acomodar mejor a los ninñis cuando se duermen en sus elevadores.
Ya que estamos en la parte trasera del coche, vamos con el maletero. La capacidad es de 401 litros contra los 380 del Cee'd, de manera que también en este apartado se impone a su hermano compacto. Y ello pese a que el Niro esconde bajo la banqueta trasera tanto el depósito de combustible como el paquete de baterías de iones de litio que alimenta al motor eléctrico.
Las formas del maletero son muy regulares y aprovechables aunque el umbral de carga es un poco elevado. Dentro del maletero encontramos un estor cubreequipajes enrollable que no puede guardarse bajo el piso cuando no se utiliza, unos asientos traseros que se abaten por mitades asimétricas y que quedan en un ligero plano ascendente y un piso inferior extraíble que oculta la rueda de recambio. Este piso inferior, que no puede situarse a doble altura, tiene una calidad bastante justita y no parece muy robusto.
Las plazas delanteras son también amplias y cómodas y las múltiples regulaciones de volante y asiento, todas manuales, permiten conseguir una posición de conducción ideal sin excesivos problemas. Ésta es mucho más baja que en un SUV y hay pocas diferencias con la de un turismo. La visibilidad hacia delante es buena aunque el morro se ve más que en un compacto y hacia atrás más que correcta.
El diseño del salpicadero es sencillo pero elegante, con líneas longitudinales y una posición de la pantalla centrada y a la altura correcta. La instrumentación es la propia de un híbrido, es decir, con un indicador de uso de energía en lugar del cuentarrevoluciones. El instrumento principal a la derecha- es el velocímetros y a la izquierda tenemos el indicador de uso y un testigo que nos indica cuando estamos circulando en modo 100% eléctrico. El Niro, al contrario que los Toyota híbridos, no tiene un botón que permita utilizar sólo el motor eléctrico a voluntad del conductor. En la parte central de la instrumentación, una pantalla a color da servicio al ordenador de a bordo e informa de los datos del viaje.
La posición de la pantalla central es muy buena en términos de visibilidad y el funcionamiento de los menús es intuitivo. Tiene Apple Car Play y Android Auto para conectar móviles con cualquier sistema operativo, cargador inalámbrico y Bluetooth y no obliga, como otros sistemas, a manejar la climatización mediante la pantalla, lo que es una ventaja. Además, tiene acceso a redes wifi para conectar diferentes aparatos.
Debajo de la pantalla encontramos los botones de acceso rápido a algunas de las funciones que controlamos mediante la pantalla (navegación, radio, media y teléfono) y más abajo los del climatizador. El Niro tiene la palanca del cambio automático de doble embrague en la consola central, con un carril a la izquierda para utilizarlo de manera secuencial (no dispone de levas al volante que resultarían muy útiles) y el freno de estacionamiento está resuelto con un anacrónico cuarto pedal situado a la izquierda del conductor. En una época de frenos electrónicos, esta opción está fuera de lugar.
Sistema híbrido con dos motores
El Niro dispone de dos motores situados en la parte delantera: uno térmico de gasolina de 1,6 litros de cilindrada y 105 CV de potencia y otro eléctrico de 44 CV que añade 170 Nm de par a los 147 del propulsor de gasolina. En conjunto, el sistema híbrido rinde 141 CV de potencia cuando ambos motores trabajan en serie. Como hemos comentado, el sistema de hibridación es totalmente transparente para el conductor ya que es el coche el que elige en todo momento qué motor utiliza y cómo los combina cuando funcionan ambos.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
El rendimiento dinámico de este conjunto de dos motores es correcto. La velocidad máxima es baja (apenas 162 km/h.) y la aceleración, con un 0 a 100 km/h. en 11,5 segundos no es ninguna maravilla pero al volante, se nota un coche relativamente ágil, con una buena respuesta al acelerador y un chasis que, sin ser el de un deportivo, se adapta bien a cualquier tipo de uso. Además, existe un modo de conducción Sport.
Para accionar el modo Sport hay que desplazar la palanca del cambio al carril contiguo. El modo manual puede utilizarse en cualquier momento pero sólo resulta realmente útil en carreteras de montaña donde nos interesa apurar un poco más las marchas al acelerar y conseguir algo más de freno motor en las bajadas. La caja, sin ser muy rápida, funciona bastante bien en modo secuencial y permite trazar las curvas con la marcha idónea insertada. Para ciudad o autopista, el modo automático es mucho más cómodo.
En ciudad es un coche muy agradable de conducir, sobre todo en aquellas fases en que circula en modo 100% eléctrico. El coche arranca siempre en modo eléctrico y si hay carga en la batería y se mantiene una velocidad baja (para salir del parking, por ejemplo), mantiene el modo eléctrico engranado de manera que no dejaremos malos humos en casa. En autopista es donde más se aprovecha el modo eléctrico. La batería se recarga en las frenadas y al levantar el pie del acelerador de manera que, una vez lanzado y si la orografía es favorable, circula bastantes ratos en modo eléctrico a punta de gas. Lo mismo sucede en los atascos, donde utiliza bastante el motor eléctrico.
La recarga de la batería es bastante rápida y basta una bajada larga para que recupere buena parte de la energía. En ciudad, donde las frenadas son constantes, siempre hay carga de manera que se usa bastante el motor eléctrico, sobre todo al dar muy poco gas y al levantar el pie del acelerador.
Todo ello se traduce en un consumo razonable. La marca ha homologado 4,4 litros para esta versión Emotion que lleva ruedas de 18 pulgadas. En mis trayectos habituales durante una semana, registré desde medias de 4,8 hasta otras de 5,5 dependiendo del ritmo y del tráfico de manera que en ciudad y en zonas semi-urbanas, que es donde más y mejor se provecha el motor eléctrico, el consumo se estabilizará en unos cinco litros de media.
Con una suspensión confortable pero que no genera un balanceo excesivo en carretera (en comportamiento dinámico está más cerca de un compacto que de un SUV), no es un coche deportivo ni que invite a conducir a ritmo elevado pero tiene una actitud en curva muy sana en un entorno silencioso y es relativamente ágil para tratarse de un vehículo que pesa tonelada y media.
Tres niveles de equipamiento
Nuestro Niro era una unidad Emotion con asistente de colisión frontal, control de crucero adaptativo, faros de xenón, acceso y arranque sin llave, cristales traseros oscurecidos, instrumentación completa, pantalla de 8 pulgadas, equipo de sonido Premium, llantas de 18 pulgadas, cámara de marcha atrás, navegador y ayuda al mantenimiento de carril. Su precio es de 26.200 euros que se quedan en 24.385 con el descuento en vigor (mes de octubre de 2016) a los que hay que sumar los 150 mínimo de la pintura blanca o 450 de cualquier otro color. Además, hay un paquete Luxury, que nuestra unidad no montaba con asientos eléctricos en piel, calefacción y ventilación, aviso de ángulo muerto y alerta de tráfico trasero que cuesta 2.000 euros.
La gama incluye, no obstante, otras dos versiones. La básica, llamada Concept, cuesta 21.800 euros (19.986 con el descuento en vigor) y lleva llantas de aleación (de 16 pulgadas), sistema de mantenimiento de carril, control de crucero con limitador de velocidad, faros antiniebla, climatizador, sensores de lluvia y luces y radio con Bluetooth y USB. Además, por 800 euros extra puede llevar sistema de frenada de emergencia, control de crucero adaptativo y la pantalla TFT en la instrumentación.
La versión intermedia Drive, que cuesta 23.200 euros (21.386 con descuento), lleva ya cámara de retrovisión, sensores de aparcamiento, retrovisores plegables eléctricamente, navegador, conectividad para móviles y la pantalla central de 7" en lugar de 5". Esta versión puede equipar el mismo paquete por 800 euros. Cabe recordar que todos los Kia tienen una garantía de 7 años o 150.000 kilómetros.
Este comentario ha sido eliminado.