En el mercado español del automóvil disfrutamos de una oferta amplia y variada; especialmente en cuanto a sistemas de propulsión, donde a los diésel y gasolina de toda la vida se han sumado otras opciones con diferentes grados de electrificación, desde los híbridos hasta los 100% eléctricos.
Somos conscientes de que muchos de vosotros estáis pensando en adquirir un coche híbrido, o tal vez un eléctrico, pero no tenéis claro qué opción concreta es la que más os interesa. Por ese motivo, vamos a dedicar este artículo a explicaros qué son, cómo funcionan y, sobre todo, qué ventajas aporta cada una de estas tecnologías de electrificación. Y no se nos ocurre mejor manera de hacerlo que con la gama SUV de Hyundai, la primera marca en ofrecer todas estas tecnologías; así que ¡al lío!
¿Qué es un coche híbrido?
Empecemos por los automóviles conocidos como híbridos. Aquí, las preguntas que más hemos escuchado de vosotros son ¿por qué se les llama de esa manera? ¿cómo funcionan? ¿por qué hay varios tipos de híbridos? ¿y en qué se diferencian? Para poder responderlas, lo primero es entender a qué se refiere eso de la hibridación.
En el ámbito del automóvil, se conoce como híbridos a los vehículos que combinan dos tipos de motorización; normalmente, un propulsor de combustión (que puede ser diésel pero acostumbra a ser de gasolina) junto con uno o más motores eléctricos. Además, cuentan con una batería recargable (normalmente de iones de litio) que permite mover el propulsor eléctrico y, con ello, reducir los consumos y emisiones del vehículo.
Esta es la idea básica. A partir de aquí, podemos diferenciar tres clases de hibridación; todas ellas merecedoras -como mínimo- de la etiqueta Eco de la Dirección de Tráfico, que concede dicha distinción, entre otros, a los coches considerados como híbridos.
¿Cómo funciona un híbrido?
La primera de estas categorías es la más veterana de todas: la así llamada “hibridación convencional”, que es la que encontramos en los automóviles llamados simplemente “híbridos”. Pongamos aquí como ejemplo al recientemente actualizado Hyundai Tucson, un SUV de tamaño medio que, entre su amplia y variada familia de mecánicas, incluye una motorización híbrida de dicha categoría.
Los híbridos combinan un motor térmico con otro eléctrico; este último lo bastante potente como para poder mover el vehículo por sí solo durante algunos centenares de metros o algún kilómetro; distancia que depende fundamentalmente de la capacidad y el nivel de carga de la batería. Estupendo; pero entonces, no podremos volver a hacerlo una vez se descargue la batería ¿verdad? Pues sí que se puede; y justo aquí está la “gracia” de los híbridos.
Recordad que antes os dije que la batería es recargable; y además, también lo bastante “pequeña” como para que pueda recargarse automáticamente durante la conducción. El sistema saca partido de la energía cinética que posee el vehículo en movimiento; recupera parte de ella durante las frenadas y desaceleraciones y la utiliza para cargar la batería, cosa que también puede hacer empleando energía sobrante del motor de gasolina cuando le exigimos poca aceleración.
Sé que suena un poco lioso, pero lo único que necesitamos saber es que un coche híbrido “a secas” es capaz de circular en modo eléctrico de vez en cuando y por cierto tiempo. Gracias a ello, es posible rebajar claramente los promedios de consumo respecto de un coche de gasolina sin hibridación.
¿Cómo funciona un híbrido ligero?
La segunda categoría híbrida -que por cierto se está poniendo muy de moda- es la de los “híbridos ligeros”; una tecnología que también podemos encontrar, -sin salir de la casa- en el Hyundai Bayon, SUV urbano que se ha puesto al día este mismo año.
Básicamente, un sistema híbrido ligero se diferencia del convencional en que el motor eléctrico es un dispositivo de escasa potencia que, por tanto, cumple principalmente como apoyo al motor de combustión. La batería también es de menor capacidad, por lo que su energía está disponible de manera más breve. A cambio, los híbridos ligeros son los más asequibles; consumen y emiten algo menos que sus equivalentes de combustión pura y, además, como son híbridos al fin y al cabo, también dan acceso a la etiqueta ECO.
¿Cómo funciona un híbrido enchufable?
Por encima de los híbridos e híbridos ligeros se sitúa la categoría de los híbridos enchufables; tecnología que, entre otros modelos de Hyundai, nos ofrece el nuevo-novísimo Hyundai Santa Fe, imponente SUV de 7 plazas.
¿Y qué es lo que distingue a los enchufables, aparte del enchufe? Pues que están a otro nivel en cuanto a potencia y, sobre todo, autonomía eléctrica. Suelen equipar motores de combustión y eléctricos mucho más prestacionales; y disponen de una batería de capacidad muy superior que permite recorrer notables distancias usando solamente propulsión eléctrica. De hecho, cualquier enchufable que homologue más de 40 km de autonomía (cosa que no solo el Santa Fe sino casi todos los existentes a día de hoy logran con holgura) llevará en el parabrisas la etiqueta Cero, el “santo grial” de los distintivos medioambientales. Todo ello, con un coste de adquisición normalmente más bajo que el de los coches 100% eléctricos.
Y es aquí cuando volvemos a hablar del enchufe. ¿Por qué lo llevan estos coches, si la batería es recargable? Sencillamente porque la batería, a causa de su gran capacidad, no puede recargarse durante la conducción más allá de lo que podríamos hacerlo en un híbrido no enchufable. Para ello, necesitaremos conectar el vehículo a una estación de carga o a un enchufe convencional.
En este último caso, bastarán unas pocas horas para recargar la batería; pero si queréis hacerlo en el menor tiempo posible y con la mayor comodidad, lo ideal es instalar un punto de carga con corriente alterna ya sea en vuestra casa o en vuestra plaza de garaje. ¿Es necesario? Probablemente no. ¿Es conveniente? Sin lugar a dudas; más todavía ahora que Hyundai ofrece cargador e instalación de manera gratuita.
¿Cómo funciona un coche eléctrico?
Pasemos ahora a hablar de los coches que no solo llevan la etiqueta Cero sino que además son realmente vehículos “cero emisiones” durante todo el tiempo en el que están circulando. Aquí nos referimos, cómo no, a los coches de propulsión totalmente eléctrica, como lo es el nuevo Hyundai Kona Eléctrico.
Estos vehículos dicen adiós al depósito de carburante, emplean baterías de grandes dimensiones y, por supuesto, montan uno o más propulsores eléctricos. El sistema eléctrico de alto voltaje permite extraer elevados niveles de potencia; y la notable capacidad de las baterías permite recorrer grandes distancias con una sola carga. En este SUV compacto de Hyundai, incluso por encima de los 500 kilómetros.
Por supuesto, los coches eléctricos necesitan conectarse periódicamente para recargar sus baterías, operación que conviene realizar en un punto de carga como el que mencionamos para los híbridos enchufables; y si lo hacemos en estaciones públicas, podemos sacar partido de la “carga rápida” con corriente continua. El Hyundai Kona admite hasta 100 kW de potencia, lo que le permite recargar hasta el 80% en 45 minutos.
¿Qué es y cómo funciona un coche de hidrógeno?
Entre tanto híbrido y eléctrico, hay mucho para elegir, ¿verdad? Pues aún nos quedaría una opción más; aquella que, en la gama SUV de Hyundai representa el Hyundai Nexo, un SUV de hidrógeno con pila de combustible. ¿De hidrógeno? ¿Y qué es eso de la “pila de combustible”?
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Explicándolo de la manera más sencilla, se trata de un dispositivo que genera electricidad a partir del hidrógeno almacenado a alta presión en unos depósitos especiales instalados en el vehículo. La combinación de este hidrógeno con el oxígeno del aire permite crear una corriente eléctrica destinada a mover el motor eléctrico del vehículo. ¿Y cuáles son sus emisiones? Únicamente vapor de agua.
Está claro que la pila de combustible de hidrógeno es una tecnología muy eficiente, muy atractiva, muy prometedora… pero también, más de futuro que de presente; aunque ahí está por ejemplo el Hyundai Nexo para demostrar su viabilidad técnica. Por el momento, y por lo tanto, los grandes protagonistas del mercado “cero emisiones” son los eléctricos de baterías, como el Hyundai Kona que del que os hablé justo antes.
Ventajas de los híbridos ligeros
Repasada la teoría, pongámonos en movimiento para explicaros con qué casos de uso encaja mejor cada uno de los tipos de hibridación presentados; y, de camino, en qué aspectos brilla especialmente un coche 100% eléctrico.
Empecemos por el Hyundai Bayon híbrido ligero; un modelo para el que vamos a practicar una conducción principalmente urbana, ya que es en dicho entorno donde podremos extraer mayor rendimiento de su sistema híbrido con 100 CV de potencia. Un rendimiento que, respecto de un coche de combustión sin hibridación, obtendremos por partida doble.
Por un lado, ya os conté que su motor eléctrico, aunque es muy sencillo, sirve como apoyo al motor térmico y aporta a la conducción un punto de viveza; gracias a la inmediatez con la que los propulsores eléctricos aportan su potencia, por poca que sea. Por otro, ganamos eficiencia; ya que, circulando a ritmo tranquilo, el motorcito eléctrico puede ahorrar trabajo al de combustión; e incluso, en determinados automóviles, puede mantener por sí solo la velocidad del vehículo una vez lanzado; o iniciar la marcha desde parado. Una eficiencia de la que sacaremos máximo partido al circular por ciudad, gracias a las constantes deceleraciones y frenadas que permiten recargar la batería.
Con todo ello, la hibridación ligera trae consigo una pizca más de dinamismo además una interesante reducción de consumos, que puede ser de más de medio litro por cada 100 km respecto del mismo motor sin hibridación. Y no nos olvidemos de la etiqueta Eco, que nos abre las puertas a las zonas de bajas emisiones.
Ventajas de los coches híbridos
Cambiemos de aires y salgamos a la carretera con el Hyundai Tucson en su versión híbrida-híbrida -ya sabéis, la que no es ni ligera ni enchufable-. Aquí, las ventajas de las que os hemos hablado con el híbrido ligero se acentúan precisamente dada la naturaleza de estos vehículos, que cuentan con un motor eléctrico más potente (en este caso 65 CV para una potencia total combinada de 215 CV) además de una batería con mayor capacidad.
A ver: seguimos hablando de baterías pequeñas (apenas 1,49 kWh en el Tucson) pero la idea es, precisamente, que no dispongan de más capacidad de la que podemos recargar durante la conducción, ya que los coches de esta categoría no llevan enchufe. Pero sí que tengan la suficiente capacidad como para permitir que el vehículo circule en modo eléctrico siempre que no le exijamos mucha aceleración (para eso está el motor de gasolina) y que la batería disponga de un cierto nivel de carga.
En comparación con los híbridos ligeros, sus beneficios aumentan cuando circulamos por vías urbanas con tráfico denso, de semáforo en semáforo y a velocidades bajas; y también se muestran más eficientes en uso combinado de ciudad y autopista, aunque aquí las diferencias ya no son tan amplias. En cualquier caso, los consumos medios de un híbrido “tradicional” son más bajos que los de un híbrido ligero, y se acercan incluso a los de las motorizaciones diésel, versiones a las que en la práctica están reemplazando progresivamente.
Ventajas de los híbridos enchufables
Turno ahora para los híbridos enchufables, como el nuevo Hyundai Santa Fe que os mostramos en la primera parte de este artículo. Ya os dije entonces que los híbridos con enchufe presentan un sistema más complejo que permite su conexión a puntos de recarga. Además, suelen disponer de un motor eléctrico más potente que el resto de híbridos, y también una mayor potencia combinada (es decir, la que entregan los dos motores en su conjunto).
En este gran SUV de 7 plazas, tenemos un motor eléctrico de 98 CV y otro de gasolina de 160 CV que, en total, entregan una potencia de 253 CV. Por otro lado, su batería de 13,8 kWh de capacidad permite una autonomía de 54 km en modo eléctrico, lo que le da acceso directo a la etiqueta Cero. Además, esta autonomía eléctrica se ajusta al promedio de uso diario de la mayoría de conductores; de manera que, si cargamos la batería en casa al empezar nuestra jornada, podríamos no tener que usar gasolina y, por tanto, rebajar claramente el coste de uso del vehículo.
Pero tal vez lo más interesante de este tipo de automóviles es que combinan algunas de las ventajas de los híbridos y los puramente eléctricos. Podemos aprovechar su batería para circular en modo eléctrico durante nuestros trayectos cotidianos, especialmente en el entorno urbano, que es donde se lucha de manera más firme contra las emisiones contaminantes; y por otro lado, podemos afrontar largos viajes sin preocuparnos por dónde y cuándo recargar la batería. ¿Y eso por qué? Pues porque, técnicamente, no es necesario enchufar un enchufable, ya que cuando el nivel de carga de la batería desciende hasta un mínimo, el vehículo pasa a comportarse como un híbrido convencional. Lo dicho: falta no hace enchufarlo, aunque si queremos exprimir sus posibilidades, lo suyo es hacerlo siempre que se pueda.
Ventajas de los coches eléctricos
Finalmente, llegamos al vehículo totalmente eléctrico alimentado por baterías, el concepto de propulsión hacia el que se dirige el mercado europeo y al que se ajusta, cómo no, el Hyundai Kona Eléctrico. Hasta no hace tanto, lanzarse a por un eléctrico era una opción reservada a los convencidos, pero con el paso del tiempo -y el incremento de capacidad de las baterías, que en el Kona llega hasta 64,8 kWh- se ha ido poniendo en el punto de mira de un creciente sector de la clientela. En especial, el de aquellos que no andan cortos de presupuesto.
Y es que, a partir de ahí, todo son ventajas. Para empezar, disfrutaremos de una experiencia de conducción refrescante y sorprendente, ya que los coches eléctricos suelen disponer de bastante potencia (en el caso del Kona, hasta 204 CV); una potencia que además nos llega de manera casi instantánea, con total silencio y sin generar emisiones contaminantes.
Además, viajar con un eléctrico cada vez es menos problema, al menos en cuanto a la autonomía del propio vehículo: ya os comenté que uno como este puede homologar más de 500 km. Y a la larga, tener un eléctrico puede ahorrarnos dinero: hemos comentado que recargar la batería, especialmente en el hogar, puede ser mucho más barato que repostar un coche de gasolina. Asimismo, la mayor simplicidad de las motorizaciones eléctricas permite esperar un menor coste de mantenimiento.
Esperamos haber sido capaces de aclarar vuestras dudas y haberos ayudado a elegir vuestro próximo automóvil híbrido o eléctrico. Aunque puede que algunos todavía sintáis la “paradoja de la elección” y os estéis preguntando “¿y si me equivoco? ¿y si me arrepiento?”. Errores los cometemos todos; pero según nos cuentan desde Hyundai, la marca ofrece durante los primeros 30 días ó 1.000 km un compromiso de devolución para quien no esté satisfecho con su compra. Vamos, que aquí, literalmente, todos tenemos derecho a equivocarnos...
Interesante artículo par despejar muchas dudas y ayudar a decidir en futuras compras.