Actualización.- Ya están a la venta las versiones "de entrada" sDrive18i (gasolina de 140 CV), sDrive18d y xDrive18d (diésel de 150 CV). Incluimos sus precios al listado que encontraréis al final de este artículo.
Hemos viajado hasta Lisboa para probar por primera vez el BMW X2. Se trata de un crossover compacto, derivado del SUV X1, con el que la firma de Múnich entra a competir en un segmento en el que no tenía presencia hasta la fecha. El nuevo modelo de BMW está disponible en el modelo base además de en las ediciones M Sport y M Sport X que presentan una estética diferenciada y un chasis de tacto deportivo. Ya está a la venta en España con dos motorizaciones de gasolina y dos diésel. Los precios oficiales parten desde los 35.850 euros.

Estos últimos años se había hecho patente que BMW todavía necesitaba un crossover compacto en su catálogo; más que nada porque sus archirrivales ya se le habían adelantado y con mucho éxito. Fijaos si no en cuántos Mercedes-Benz GLA se ven por la calle; y más sangrante es el caso de Audi, que se permite el lujo de vender no uno sino dos SUV compactos: primero el Q3 y ahora también el Q2. Finalmente, la casa de Munich ha contraatacado con su flamante X2, un modelo que captura el espíritu deportivo de BMW y lo envasa en un formato a medio camino entre un SUV y un turismo compacto de los de toda la vida.
Hablando de formatos: el nuevo X2 hace uso de la misma plataforma de tracción delantera que ya emplean tanto el BMW X1 como, ojo, también el Mini Countryman. No sorprende, pues, que los tres modelos compartan la misma anchura de 1,82 m, la misma distancia entre ejes de 2,67 m y, casi con exactitud, la altura libre al suelo de 18 cm. Y aunque podría decirse que el X2 es algo así como el Countryman de BMW, mejor centrémonos en compararlo con el X1 para extraer las principales diferencias externas. La primera es la longitud total de 4,36 m (7 cm menos); la segunda, su altura de 1,53 m (inferior en 8 cm). Pero sin duda, la mayor diferencia entre ambos modelos tiene que ver con su diseño.
Reconocible pero diferente
El frontal es inconfundiblemente BMW, pero con el X2 sucede algo parecido a lo que ocurre con el Audi Q2, cuyos rasgos también lo diferencian con claridad del resto de modelos de su marca. En el caso que nos ocupa, el aspecto más llamativo es la forma trapezoidal invertida de la parrilla, cuya gran anchura genera un impacto visual destacable. También contribuye a esta imagen tan potente las enormes toma de aire de ocupan casi toda la superficie del paragolpes.
La vista lateral se corresponde bastante con la típica imagen crossover, cruce de conceptos entre un turismo y un SUV. Las claves de este BWW son la caída del techo en su mitad posterior y su confluencia con la línea de la cintura, claramente ascendente y que va reduciendo de manera progresiva la superficie acristalada. Como curiosidad, la marca bávara ha querido recuperar para este modelo un detalle vintage: el logotipo de BMW en los pilares C, tan característico de sus cupés deportivos de los años 1960 y 1970. No puede decirse que el X2 sea exactamente un cupé o un deportivo, pero de todas formas, le queda muy bien.
La vista posterior es la que mejor refleja las diferencias morfológicas con el X1. El techo es obviamente más bajo, los laterales del vehículo se estrechan por encima de los hombros, los grupos ópticos presentan formas alargadas y el portón es claramente más corto. Llama la atención el rotundo paragolpes, flanqueado por dos salidas de escape cromadas que, a diferencia de lo visto en otras marcas, no son simplemente decorativas.
Menos espacioso pero más sugerente que el X1
Si el exterior del X2 rompe hasta cierto punto con lo visto hasta la fecha en BMW, el puesto del conductor resulta de lo más familiar; y de hecho es casi idéntico al del X1 pero con materiales que le dan un aire más joven y deportivo. La calidad de los materiales puede ser bastante elevada, y lo mismo puede decirse de los asientos, de volúmenes envolventes y muy bien rematados. Cabe destacar la ergonomía del conjunto, con una consola central orientada al conductor y que agrupa casi todos los mandos y controles. Como buenos detalles tenemos una pantalla central que en su versión más avanzada cuenta con 8,8” de diagonal y superficie táctil; también son opcionales el cuadro de instrumentos digital y el head-up display. Como punto negativo, aunque tampoco lo sea tanto, la visibilidad hacia atrás no pasa de aceptable.
Me ha sorprendido el buen acceso a las plazas traseras, que admiten a dos adultos de estatura media-alta con total comodidad. Dado que la batalla del vehículo es idéntica a la del X1, el espacio para las piernas es sobrado, y tampoco se queda escaso para la cabeza. La plaza central se ve perjudicada por la menor altura al techo y por el voluminoso túnel de transmisión, pero no es la peor que me he encontrado en un coche de este tamaño. Se agradece la presencia de un reposabrazos con dos portabebidas, y aún más el hecho de contar con tres respaldos independientes (40:20:40) que podemos situar en dos inclinaciones además de, claro está, abatirlos por completo. Si lo hacemos con todos ellos, la capacidad máxima de carga asciende a 1.355 litros.
Con los cinco asientos en uso, el maletero ofrece 470 litros; o lo que es lo mismo, 35 litros menos que el X1. La boca de carga es amplia aunque el umbral queda alto; las formas del interior son regulares y contamos pequeños espacios a ambos lados además de dos ganchos para colgar bolsas y argollas para fijar una red de carga. El piso del maletero es robusto, plegable y puede fijarse en una posición casi vertical para liberar todo el espacio disponible. La única pega, en mi opinión, es que no viene de serie una rueda de repuesto.
Un SUV con maneras de turismo
Puede que os importe o puede que no, pero el hecho de compartir plataforma con el Mini Countryman y el BMW X1 implica que el nuevo X2 también es un modelo de tracción delantera -o total-. De hecho, la gama inicial se compone de dos opciones complementarias: podemos elegir entre el sDrive20i, de tracción delantera y con motor de gasolina 2.0 de 192 CV, y el xDrive20d, con tracción a las cuatro ruedas y propulsor diésel 2.0 de 190 CV. Las cajas de cambio son automáticas Steptronic, de doble embrague y 8 velocidades en el primer caso y de convertidor de par con 8 relaciones en el segundo.
Poco más adelante saldrán a la venta dos nuevas motorizaciones de menor potencia. Serán el sDrive18i (con cambio manual), un gasolina tricilíndrico de 140 CV, y los sDrive18d (manual o automático) y xDrive18d (automático), turbodiésel de cuatro cilindros con 150 CV. No está prevista de momento la llegada al mercado español de motorizaciones más potentes ni de versiones híbridas o enchufables.
Todas las unidades puestas a nuestra disposición durante la jornada de pruebas por las carreteras portuguesas correspondían al diésel xDrive20d con acabado M Sport X (edición de cuyo equipamiento os hablaré más abajo). Esta línea incorpora de serie un tren de rodaje deportivo con suspensiones rebajadas en 1 cm, muelles más firmes y estabilizadoras más rígidas. La sensación general que traigo a mi regreso es la de haber conducido el SUV más parecido a un compacto de entre todos los que conozco. Exhibe un tacto directo y decidido, y aunque su centro de gravedad es algo superior al de un turismo, su aplomo sobre el asfalto lo hace realmente interesante a menos que os interese un automóvil más todocamino como el X1.
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Si en cambio buscáis un coche “muy de carretera” y hasta cierto punto deportivo, sin renunciar a ese look tan actual que aportan los crossover, con su carrocería elevada y ruedas grandes, este BMW podría ser una gran opción, más todavía en su variante M Sport X y más todavía si lo equipamos con la suspensión adaptativa opcional. Con el tren de rodaje deportivo, el chasis del X2 demuestra una agilidad encomiable, inclina poco en curvas y además presume de una dirección rápida, firme y precisa. Vamos, que presenta casi todas las cualidades que cabe esperar de un BMW aunque no cuente con el dinamismo de un Serie 1 ni con su esquema de tracción trasera. Como dije antes, podemos optar por la tracción total xDrive aunque solamente por ahora con el propulsor diésel de 190 CV.
Este motor, a propósito, es una evolución del modelo de idéntica potencia empleado hasta ahora por la marca y que ahora muestra una mayor eficiencia energética además de un tacto menos áspero y tosco. Su rendimiento es casi intachable, y aunque no impresiona por su capacidad de aceleración sí lo hace en recuperaciones gracias a su par de 400 Nm disponible desde 1.750 rpm. Por su parte, la caja Steptronic de convertidor de par y 8 velocidades continúa siendo un ejemplo de suavidad y agrado de uso.
Con esta combinación de motor y transmisión, el X2 xDrive20d homologa un consumo mixto de 4,6 l/100 km. Durante nuestra jornada portuguesa, en la que atravesamos varios puertos de montaña y a buen ritmo, hicimos un promedio de 7,4 l/100 km; pero no tengo la menor duda de que en el uso cotidiano marcará fácilmente un litro menos.
Más opciones de la cuenta, y a precio elevado
El BMW X2 está disponible en tres variantes: por un lado, el modelo básico, y por otro, dos líneas de acabado diferenciadas entre sí y superiores al modelo de serie tanto por acabado como por equipamiento. La principal novedad es la versión M Sport X, que corresponde a la unidad en color dorado que veis en las imágenes. Aparte de un tren de rodaje deportivo y un equipamiento de serie mucho más rico, presenta una imagen cuidada y “campera” al mismo tiempo, y resulta fácilmente reconocible por sus tomas de aire y protecciones laterales contrastadas en color gris. BMW también ofrece la línea M Sport, igual de equipada pero con un toque más “racing”, más de carretera; y en este caso, con toda la carrocería pintada del mismo color.
Repasemos, entonces, los niveles de equipamiento. El modelo base trae de serie llantas de aleación de 17", climatizador, freno de estacionamiento eléctrico, sistema multimedia con pantalla de 6,5”, selector de modos de conducción, sensores de lluvia y luces diurnas LED. Lo que cuesta entender en un coche de esta categoría es que los faros sean halógenos a menos que paguemos la opción full-LED.
Acceder a las versiones M Sport o, como la que hemos probado, M Sport X, tiene un sobreprecio de 6.250 €. Aditamentos estéticos aparte, ambas versiones traen de serie el paquete aerodinámico M, suspensión deportiva rebajada, llantas de 19" con neumáticos runflat, faros LED con antinieblas, portón trasero automático, volante M de 3 radios, palanca de cambios corta y asientos deportivos en tela y alcantara. Pese a todo, siguen siendo opcionales la suspensión adaptativa, el techo panorámico, el head-up display, la pantalla táctil de 8,8 pulgadas con navegador, el acesso a CarPlay de Apple (de Android Auto ni hablamos porque no es compatible)... e incluso se considera un extra el control de distancia de aparcamiento. La vida premium cuesta dinerito.
A cambio, podemos acceder a una abundante dotación de seguridad activa, incluyendo el la tecnología Driving Assistant basada en cámaras. Da acceso al asistente de mantenimiento de carril, control de crucero adaptativo con asistente de circulación en atascos, aviso de colisión inminente con detección de peatones y función de frenado, asistente de aparcamiento y lectura de señales de velocidad. Además, las versiones xDrive traen de serie el control de descenso en pendientes.
El BMW X2 ya está a la venta en España, con los precios que indicamos a continuación:
Precios
BMW X2 sDrive18i 140 CV 35.850 € BMW X2 sDrive20i 192 CV Auto. 40.650 € BMW X2 sDrive18d 150 CV 35.050 € BMW X2 xDrive18d 150 CV 38.650 € BMW X2 xDrive20d 190 CV Auto. 42.700 €
Buen trabajo , pero siempre falta una prueba de iluminación porque..?