Viajamos hasta París para descubrir el concept car DS X E-Tense, ejercicio de diseño que nos da a entender cómo sería, según los gustos del fabricante galo, su coche “de ensueño” para el año 2035. Este deportivo triplaza, fusión de un descapotable y un cupé, destaca por su atrevido diseño pero también por la potencia de su motor eléctrico, que -según el concepto original- alcanzaría los 1.000 kW (1.360 CV).
No nos pongamos distópicos todavía
Si las cosas van a ser como las pintan algunos fabricantes, el futuro a largo plazo de la movilidad se plantea aburridillo: supuestamente, nos desplazaremos en cápsulas con pinta de salas de estar, con muchas pantallitas pero sin volante ni pedales; y en vez de conducir, nos dejaremos llevar entre bostezos.
Pero no todo está perdido. La firma DS asegura que continuará defendiendo la emoción de conducir, y de hecho, espera que en el año 2035 el supercoche de nuestros sueños será parecido al DS X E-Tense, un concept car llamativo, eléctrico, ultra-potente y con... volante y pedales. La marca desveló su fantástica creación ante nuestros ojos en el aeródromo militar de Villacoublay, situado en las afueras de París; y allí tuvimos ocasión de sentarnos en su interior y en su exterior (sí, suena extraño, pero lo explicaré en seguida).
Extraño, poderoso y fascinante
El DS X E-Tense es un deportivo construido en fibra de carbono, con unas medidas de 4,75 m de largo por 2,10 m de ancho y sólo 1,20 m de alto. Pero ni sus dimensiones exteriores, ni sus enormes llantas de 22 pulgadas ni el azul turquesa de la carrocería son lo más destacable de su exterior; en cambio sí que lo es, y de forma absoluta, la asimetría de su diseño. En vez de fusionar los conceptos de roadster y cupé, el modelo francés decide unirlos literalmente a lo largo de la división longitudinal del vehículo, de manera que visto desde el lado izquierdo parece un descapotable de altas prestaciones y desde del derecho un cupé deportivo.
La parrilla, inspirada en la del concept deportivo DS E-Tense aunque con menor superficie, también se desplaza al lado izquierdo; y de forma contraria, el “peso” de la zaga recae sobre su lado derecho, donde desemboca el techo de cristal del puesto del acompañante. Llama la atención cómo se ha resuelto la iluminación frontal y posterior del vehículo, que renuncia a las ópticas tradicionales en favor de unas extensas matrices de diodos LED que se integran en la carrocería a modo de telarañas. Si este coche apareciese en la próxima película de Spiderman, no me sorprendería lo más mínimo.
El DS X E-Tense dedica una mitad al conductor y la otra a sus acompañantes, quienes disfrutan de un espacio separado y con identidad propia. El puesto de conducción, decorado en tonos azules, se destina a la búsqueda de sensaciones y emociones; y tanto es así que carece de techo, por lo que el "piloto" debe llevar casco en todo momento. Levantando la puerta en ala de mariposa se accede un asiento de corte deportivo, inclinado como el de un monoplaza pero con regulación longitudinal. Su volante de cuero con aires retro concede espacio a un cuadro de instrumentos digital, encastrado en una gruesa pieza de vidrio tallado.
El puesto del "copiloto" no es menos original. Según la marca, ha sido diseñado para ofrecer confort y relax a su ocupante -u ocupantes, ya que existe un segundo plegable que puede acomodar a un niño-. Este espacio, construido a modo de burbuja, es accesible a través de una puerta en ala de gaviota; y una vez cerrado nos envuelve con un techo y un suelo de cristal. El asiento trasero, mullido y confortable, está decorado con plumas -sí plumas- azules y rojas, color este último empleado para recubrir todo el interior.
Según el concepto de diseño, podríamos desplazarnos en solitario dado que el DS X E-Tense está preparado para la conducción autónoma. El asistente personal Iris, presentado a modo de holograma, serviría tanto para controlar las funciones del vehículo como para conectarse al mundo exterior. Por el momento, este asistente no se hará realidad, pero sí es real el reloj analógico BRM situado en el centro del salpicadero.
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Tracción delantera y 1.360 CV (en teoría)
Ya sabemos que los concept cars suelen ser a partes iguales teoría y fantasía, así que empecemos hablando de lo que propone este deportivo de ensueño. Presuntamente, allá por 2035 su motor eléctrico podría entregar 400 kW (500 kW) en el uso habitual; y además contaría con un “modo circuito” dedicado a liberar los 1.000 kW (1.360 kW) de esta bestia. Invirtiendo su giro, el motor serviría asimismo para detener al vehículo, recuperando energía en el proceso.
Hasta aquí hablamos de futuro. El prototipo real que vimos moverse por la pista del aeródromo de Villacoublay reutiliza el chasis de un Fórmula E, con su mismo motor eléctrico de 200 kW (272 CV). La principal diferencia radica en que, dada la arquitectura de este prototipo, el motor está situado entre las ruedas delanteras y transmite su potencia sobre el eje anterior. La batería de iones de litio se ubica en posición central trasera. Las suspensiones de doble triángulo también son las mismas de un Fórmula E, suavizadas para el uso en carreteras convencionales. El sistema de frenada equipa las cuatro ruedas con discos ventilados de 380 mm, mordidos por pinzas de 4 pistones; los neumáticos son unos Michelin Pilot Sport 4S en medida 275/40 R22.
Al tratarse de un prototipo único, es normal que la marca no nos permitiese conducirlo; pero sí se nos brindó la oportunidad de participar en una experiencia de copilotaje por un circuito delimitado por conos sobre la pista del aeródromo militar. Un piloto de DS Performance fue el encargado de ponerse al volante para demostrarnos de lo que el DS X E-Tense es capaz… en el año 2018.
La marca asegura que en 2035 será -y cito- “ligero como una pluma y silencioso como una bocanada de aire”, pero a día de hoy el coche pesa 2 toneladas y suena como un Fórmula E. De hecho, se hizo evidente el parentesco de este prototipo con el monoplaza eléctrico de carreras, adaptado como dijimos a un esquema de tracción delantera. Aunque no llegamos a alcanzar la velocidad máxima de 225 km/h, sí que disfrutamos de su fulgurante aceleración, de 0 a 100 km/h en sólo 3,7 segundos. Para ser un prototipo no especialmente ligero, me pareció ágil en las chicanes, aplomado en los cambios de peso y con una frenada contundente. También quedó claro que el eje anterior es perfectamente capaz de aceptar los 200 kW de potencia máxima, pero ¿cómo se comportaría un tracción delantera con 1.000 kW que digerir? Supongo que de aquí a 17 años la tecnología habrá avanzado lo suficiente; y si no, recurrirá a un sistema mucho más lógico de tracción total.
El DS X E-Tense nunca llegará a producirse en serie, pero sirve para adelantar la línea de diseño de los próximos DS y la intención de electrificar total o parcialmente cada modelo de su gama; y sobre todo, para lanzar una declaración de intenciones: DS quiere fabricar coches para quienes desean conducirlos. Según nos cuentan sus responsables, DS no se convertirá en un mero proveedor de movilidad; y para demostrarlo, sus coches siempre llevarán volante y pedales. Cruzo los dedos para que los señores de DS nunca rompan su palabra.
Feo e inutil, mas vale se dejaran de sueños (o pesadillas) y se dedicaran a hacer coches PRACTICOS.