Vamos a comparar los EQE de Mercedes, la berlina y el SUV. En el primer caso tenemos un 43 AMG 4 Matic, primer eléctrico de la división deportiva de la marca, y en el segundo un 350+ 4 Matic. La prueba nos permitirá comprobar las prestaciones de ambas versiones y, sobre todo, saber cuáles son las diferencias, en este segmento de modelos de lujo, entre una berlina y un SUV.
Físicamente, las diferencias son notables y aunque en longitud y anchura están parejos (la berlina mide 4,94 metros de largo por 4,86 del SUV y 1,93 de ancho por 1,94), hay dos cotas en las que ambos se diferencian claramente. La primera es la distancia entre ejes, en la que el EQE berlina se va a 3,10 metros, mientras que su hermano SUV se queda en 3,03, siete centímetros menos. La traducción deberían ser unas plazas traseras con más espacio.
La segunda es, evidentemente, la altura. El EQE berlina mide 1,49 que es apenas un cm más que un Clase E de combustión, mientras que el EQE SUV mide 1,68, es decir, 20 cm más. Y no es porqué la altura libre al suelo de un SUV sea mayor ya que el EQE tiene una altura libre de turismo, con apenas 13 cm. El EQE SUV es alto, simplemente porque los SUV son más altos. El diseño de ambos coches es parecido. Y es que Mercedes es una marca que sigue una línea estética y la aplica a todos sus modelos. En el caso de los eléctricos, tienen algunas características comunes, independientemente del tipo de carrocería. En el frontal, se ha conservado la parrilla de grandes dimensiones con la estrella en el centro y los faros integrados en los extremos, pero la parrilla es cerrada y de metacrilato, negra en las versiones AMG. En la berlina destaca el capó, muy largo e inclinado y un parabrisas casi en el mismo plano, con muy poca diferencia de ángulo. En el SUV, la parrilla es más alta, el capó está más arriba y es bastante más plano, lo que hace que el ángulo del parabrisas, que además está menos inclinado porque el techo llega hasta más arriba, sea superior.
En el perfil es donde más se nota la diferencia de altura. El EQE es muy estilizado, muy aerodinámico, y la parte trasera del techo cae bastante rápido. La silueta es casi de fastback con la parte trasera de líneas muy suaves. El EQE SUV, en cambio, es un coche más voluminoso. No solo por su elevada altura sino por la línea del techo y la inclinación moderada de la parte trasera. Y por detrás, pese a ser una berlina clásica, el tercer volumen para el maletero del EQE berlina es muy corto. Los grupos ópticos están unidos en un único elemento, con una peculiar curvatura en el centro, un elemento que reencontramos en su hermano SUV que, evidentemente tiene portón hasta el techo en lugar de la portezuela de acceso al maletero.
Maleteros de los Mercedes EQE y EQE SUV
El maletero del EQE berlina no tiene secretos. Acceso por una portezuela de apertura eléctrica y una capacidad de 430 litros que, para un coche de este tamaño, son escasos. El nuevo Clase E berlina, que mide lo mismo, ofrece 540 litros en las versiones de gasolina, aunque también es cierto, que los híbridos enchufables tienen solo 370 litros.
Por el contrario, el EQE SUV, que no tiene versiones de siete plazas, de manera que aprovecha todo el espacio tras los asientos para el maletero, tiene una capacidad de 520 litros que pasan a ser 580 si añadimos el hueco bajo el piso para los cables de carga o el kit de reparación de pinchazos. De este modo, tenemos un maletero asimilable al de un Mercedes GLE de gasolina, que tiene 630 litros. Además, en el SUV podemos abatir los asientos traseros para alcanzar una capacidad de 1.675 litros.
Plazas traseras de los Mercedes EQE y EQE SUV
En los asientos traseros hemos medido las dos cotas más importantes en lo que a habitabilidad respecta. El EQE SUV es claramente mejor para viajar detrás. La distancia entre filas es la misma en ambos coches con 29 cm, pero la gran diferencia se establece en la cota de altura. En el EQE SUV, la banqueta está situada a 35 cm del suelo y hasta el techo hay 100 cm. La berlina tiene la banqueta más baja en 3 cm mientras que la cota de altura desde el asiento es de 92 cm, 8 menos que en el SUV.
La entrada en la berlina es complicada porque hay que agachar mucho la cabeza y el asiento está realmente bajo. Una vez sentado, la cota de altura impide que una persona alta viaje con comodidad por el grado de flexión que adoptan las piernas, con las rodillas muy arriba consecuencia de la poca altura a banqueta.
En el SUV, en cambio, el acceso es más fácil ya que la puerta es enorme y la banqueta está en una posición más elevada. Sin que la distancia al techo sea extraordinaria, ya que el piso es alto al tener la batería debajo, se viaja más cómodo que en la berlina y las piernas están menos flexionadas por lo que la posición que se adopta es más natural. Estos coches pueden tener climatizador trasero, incluso bizona, y calefacción de las plazas exteriores además de apoyabrazos y algunos huecos para dejar objetos. También tienen conexiones para recargar dispositivos móviles.
Plazas delanteras y salpicadero de los Mercedes EQE y EQE SUV
En las plazas delanteras observamos una diferencia notable puesto que el EQE 43 AMG disponía de la pantalla Hyperscreen opcional mientras que el EQE SUV llevaba la doble pantalla convencional. El EQE SUV tiene una pantalla de instrumentación de 12,3 pulgadas, colocada como una tableta detrás del volante, el botón de puesta en marcha junto a la palanca del cambio, que es la de toda la vida de los Mercedes automáticos, y una segunda pantalla central de 12,8 pulgadas, en un formato muy cuadrado. Lo cierto es que no hace falta más, pero claro… Si lo que quieres es dejar a los pasajeros con la boca abierta, nada como el Hyperscreen que combina la misma instrumentación con una pantalla espectacular de 17,7 pulgadas en el centro y otra de 12,3 para el pasajero. Todo ello detrás de un cristal único curvado. Esta pantalla OLED triple cuesta, eso sí, la friolera de 8.973 euros.
La pantalla de la instrumentación puede personalizarse con diferentes opciones de presentación, ya sea con el navegador ocupando todo el espacio o con una opción para conducción deportiva o en circuito. Con las teclas hápticas del volante, a las que hay que acostumbrarse, se regulan las informaciones en la pantallita central. En la pantalla más grande se controlan todos los elementos habituales y cuentan con un grafismo espectacular, pero el tamaño y la nitidez de la grande no tienen parangón. Sirve para gestionar todas las ayudas a la conducción, el equipo de sonido, el teléfono, la iluminación ambiental, con numerosos colores disponibles, y el climatizador y ofrece numerosos servicios añadidos, entre ellos el reconocimiento de voz. En el interior hay numerosos huecos para dejar objetos, algunos muy grandes como el que está debajo del reposabrazos. En el que tiene tapa delante de la consola hay dos portavasos y el cargador inalámbrico para el teléfono móvil. En la parte baja, la consola está abierta y hay una bandeja inferior también muy grande, aunque de difícil acceso para el conductor. El acabado es espectacular, como el de todos los Mercedes.
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Los asientos del AMG son muy deportivos y tienen los reposacabezas integrados y el equipamiento puede llegar a ser pletórico siempre que tiremos de opciones. Entre ellas hay que destacar los faros digitales que, además de no deslumbrar al que viene de cara o al que alcanzamos, nos proyecta señales de aviso en la carretera. También puede tener head-up display, cámaras perimetrales con funciones como la visión de semáforos, que muestra una gran angular de lo que hay delante del coche o la tapicería de cuero napa ya que la de serie es de simil cuero. El cargador inalámbrico de móviles es de serie igual que los asientos eléctricos o la mayoría de las ayudas a la conducción.
Motores eléctricos de los Mercedes EQE y EQE SUV
Tanto el EQE como el EQE SUV son modelos eléctricos que, en las versiones de tracción integral, tienen dos motores, uno sobre cada eje. En el EQE 43 AMG los motores suman una potencia de 476 CV mientras que en el EQE SUV 350 4 Matic, la potencia es de 292 CV. En ambos casos, la batería de iones de litio situada sobre el piso es de unos 90 kWh (89 en el SUV y 90,6 en la berlina, simplemente porque los proveedores son distintos).
La velocidad máxima anunciada y limitada electrónicamente es de 210 km/h en el SUV y de 220 en la berlina AMG mientras que, en aceleración, con mucha más potencia, el AMG alcanza los 100 km/h en 4,2 segundos por 6,6 del SUV. El EQE SUV 350 tiene un motor que empuja lo suficiente y que tiene las características propias de un eléctrico, es decir, contundencia desde el inicio, una capacidad de aceleración más que notable a pesar de los 2.580 kilos y una gran facilidad para recuperar la velocidad al más leve pisotón. Tal como están hoy las potencias de los eléctricos, 292 CV pueden parecer pocos para un coche tan grande, pero lo cierto es que son más que suficientes.
En la berlina AMG 43, la respuesta del motor es fulgurante. La aceleración es espectacular y la sensación, al estar situados en una posición más baja, es más deportiva. La verdad es que, en este apartado no hay color y si tuvieramos que elegir un motor nos quedaríamos con este de 476 CV, aunque el del SUV basta y sobra para cualquier de las dos carrocerías.
¿Cuánto consumen los Mercedes EQE?
El consumo medio del EQE SUV es de 19,1 kwh mientras que el de la berlina EQE AMG es superior, con 20,5, pero ojo, si montamos este mismo motor en el EQE, se va a 23,1 como consecuencia de su peor aerodinámica y un peso más elevado. En nuestra prueba, subiendo a la estación del Port del Compte, por autopista y carretera de montaña, el consumo medio fue de 24,4 kWh para el SUV y de 27,9 para la berlina, pero ojo, en un recorrido de más de 215 km con un desnivel positivo de más de 1.500 metros, es decir, siempre en subida. Al final de la prueba, tras el mismo recorrido en bajada, la media en el SUV fue de 19,1 kWh con 358 km recorridos y 89 restantes con un 14% de batería y en la berlina de 21,4 kWh con 371 km completados y 53 en la reserva con un 11% de batería. El SUV habría hecho unos 450 km por unos 420 el AMG. Ambos coches cuentan con una suspensión de paralelogramo deformable en ambos ejes, pero hay dos diferencias muy significativas en el chasis. El EQE SUV y el EQE berlina equivalente tienen una suspensión de muelles convencional mientras que el AMG monta suspensión neumática, más firme y que puede regularse. Además, el AMG dispone de dirección a las cuatro ruedas con el eje trasero directriz. Estos dos elementos, no obstante, pueden montarse también en los 350 y, de hecho, nuestro SUV los llevaba. La suspensión era neumática y, sobre todo, montaba las cuatro ruedas directrices con las traseras que giran hasta 10 grados, una barbaridad.
En principio, en el 350 con la suspensión de serie no podríamos modificar la respuesta de la suspensión con los modos de conducción que sí permiten regular la entrega de potencia y la asistencia de la dirección, por ejemplo. El EQE SUV lleva una suspensión firme, como corresponde a un coche de su peso, pero no resulta incómodo en autopista. En carretera se nota que es un coche pesado, con el centro de gravedad alto y muy poco ágil, pero la respuesta del chasis es buena, no balancea en exceso y transmite confianza. Además, el motor de menos de 300 CV no llega a poner al chasis en apuros. En el EQS AMG las cosas cambian por completo. Podemos modificar la respuesta del chasis con una suspensión más firme para conducción deportiva. También podemos modificar la respuesta de la dirección y del umbral de intervención del ESP. Con mejores frenos (existen la posibilidad de montar los carbono-cerámicos opcionales), menos peso, aunque superamos las dos toneladas y media, y un centro de gravedad más bajo, el EQE AMG es una máquina. Es una berlina deportiva, que apenas balancea, que es muy ágil gracias, en parte, al eje trasero directriz, y que tiene una velocidad de paso por curva realmente muy elevada. Además, como el motor responde siempre, conducir rápido con este coche es una gozada.
El AMG monta llantas de 20 pulgadas con neumáticos más anchos en el eje trasero y los neumáticos son Michelin Pilot Sport, con lo que el agarre está garantizado. Los dos coches disponen de un sistema de recuperación de energía que puede regularse. Tiene una posición media, otra alta y una automática que trabaja en función de lo que el navegador informa. Lo más sorprendente, no obstante, es lo que corren estos coches cuando no activamos ninguno de ellos. Los dos modelos tienen un modo de rueda libre que, al levantar el pie del acelerador mantiene una gran facilidad para seguir rodando, manteniendo la velocidad. Es evidente que, poco a poco va cayendo y es evidente también que, en estas circunstancias, no se recupera energía, pero se avanza mucho aumentando así la autonomía. Cuando activamos los modos de regeneración más elevados, sobre todo el que más, que es un modo de pedal único, ambos retienen muchísimo, lo que facilita disponer de mucho freno motor y, sobre todo de evitar el desgaste de los discos al tiempo que se recupera energía de manera notable.
Precios de los Mercedes EQE y EQE SUV
¿Precios? Sin opciones, el SUV 350 4 Matic cuesta 94.375 euros mientras que la berlina con la misma configuración, pero de tracción trasera, arranca en 78.529 euros. Por lo que respecta a las versiones AMG, el precio de la berlina es de 108.888 euros y el del SUV de 118.080 euros, 10.000 más. Por lo tanto, tenemos dos coches que comparten plataforma y motores y que cambian a nivel de carrocería. Eso hace que la berlina sea más rápida, que consuma menos y que tenga un comportamiento dinámico más deportivo por unos 10.000 euros menos. El SUV, por su parte, tiene más maletero y mayor practicidad, facilita la entrada y la salida y tiene unas plazas traseras mejor adaptadas para adultos con una menor longitud y, eso sí, gastando más y a un precio más elevado.
Las dos versiones me gustan mucho aunque soy más de berlinas que de SUV.