Subaru nos ofreció la posibilidad de probar su gama completa de modelos en las instalaciones de Lapland Driving, en la localidad de Levy, 160 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, en Finlandia. En caminos nevados, en carreteras heladas y sobre el hielo de los lagos pusimos a prueba la gama completa del fabricante japonés cuyos modelos (salvo el BRZ) están equipados con tracción permanente a las cuatro ruedas.
El Subaru Winter Experience es un evento que la marca japonesa organiza cada año en Laponia con toda su gama de modelos 4x4, una gama que conviene repasar de manera sucinta.
El Impreza es un coche compacto único en el mercado ya que ningún otro modelo del segmento aúna un motor de gasolina 1.6 de 115 CV con una caja de cambios automática CVT y, sobre todo, tracción a las cuatro ruedas. Bien equipado, bien construido, con un confort notable y un efectivo comportamiento en carretera, el Impreza, que mide 4,46 metros de largo, se vende desde 21.900 euros, un precio muy competitivo. En este enlace encontraréis la prueba en video de este modelo.
El XV es la versión SUV del Impreza. Comparte la mecánica con su hermano y, como aquel, tiene una pequeña reductora que nos permite acortar los desarrollos del CVT para ganar algo más de bajos en las maniobras sobre firmes complicados. Estética al margen, la gran diferencia con respecto al Impreza está en su superior altura libre al suelo. Se vende en cuatro acabados desde 23.300 euros. En este enlace encontraréis la prueba en video de la versión 2.0 del XV, una versión que ya no está a la venta pero que podría regresar en un futuro. Sí se vende con el motor 1.5.
El Forester es el SUV intermedio de la gama y es, además, el más SUV de todos los Subaru. Con 4,60 metros de largo y un maletero de más de 500 litros, acaba de recibir un ligero restyling estético y solo puede adquirirse con motor de gasolina de dos litros y 150 CV combinado con un cambio automático y tracción integral. Precio, desde 29.400 euros. En este enlace encontraréis más información de la actualización de este modelo.
Por encima del Forester en la gama SUV encontramos el Outback, versión todocamino del Legacy Wagon, un coche que no se vende en España. Eliminada la oferta diésel, Subaru vende este coche de 4,80 metros de largo sólo en versión de gasolina con un motor de 2,5 litros y 175 CV. Los precios arrancan en 32.900 euros. Más información de la versión Executive Plus S en este enlace y prueba en video de la versión diésel, que ya no se vende, en este otro enlace.
El Levorg es un modelo desarrollado de inicio como familiar (no hay un Levorg berlina) que estrena un motor de gasolina de dos litros y 170 CV. Este coche mide 4,69 metros y su precio oscila entre 30.900 y 37.000 euros dependiendo del nivel de equipamiento.
Y finalmente, el BRZ es un clónico del Toyota GT 86, es decir, un deportivo con motor de dos litros y 200 CV, desarrollado por Subaru y fabricado por esta marca. Es un modelo de tracción trasera y carácter abiertamente deportivo que se comercializa a partir de 31.150 euros. En este enlace encontraréis un comparativo en video en el circuito de Calafat en el que enfrentamos al Subaru BRZ con un Mazda MX5 RF.
Salvo el BRZ, todos los Subaru tienen en común su tracción integral y su cambio automático, elementos que permiten que toda la gama monte de serie el sistema Eye Sight, con aviso de cambio de carril, asistente de frenada de emergencia y control de velocidad activo entre otras funciones.
Prueba a 20 grados bajo cero
Volvamos a Laponia donde la gente de Subaru nos preparó tres interesantes ejercicios. En el primero, un pequeño circuito con hielo y nieve, comprobamos la eficacia de la tracción integral que utilizan todos los modelos del fabricante. La de Subaru es una tracción a las cuatro ruedas permanente, es decir, mueve siempre las cuatro ruedas y esta característica le diferencia de la inmensa mayoría del resto de sistemas de este tipo que sólo accionan el segundo eje (sea el delantero el trasero) cuando el eje de tracción habitual tiene problemas para pasar la potencia al suelo.
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El sistema de Subaru es, en teoría mejor, porque las cuatro ruedas traccionan siempre y lo que hace el coche es repartir el par entre ambos ejes en función de la adherencia, pero partiendo ya de un reparto constante lo que asegura, sobre baja adherencia, una tracción mejor en toda circunstancia y una capacidad de reacción más inmediata.
Con los SUV de la marca realizamos asimismo una serie de dubbies sobre hielo que los tres coches, Outback, Forester y XV solventaron con facilidad. Los dubbies ponen a prueba no solo la motricidad del coche y su capacidad de tracción sino la forma cómo la electrónica reparte el par entre las ruedas de un mismo eje, es decir, el modo cómo cuando una queda en el aire, pasa el par a la otra para que ésta permita que el coche siga avanzando. De los tres, el XV es el más eficaz en este ejercicio al ser el más corto de batalla.
La segunda prueba era una excursión por el bosque en un camino estrecho, con roderas en la nieve fresca al que se accedía a través de una rampa helada de subida y de bajada que los especialistas de Lapland Driving montaron para que comprobáramos cómo suben estos coches por cuestas heladas con su tracción a las cuatro ruedas y, por supuesto, los neumáticos de invierno Nokian finlandeses, pensados para su uso en este clima y en estas condiciones.
Los SUV circularon con ellos sin problemas. Son neumáticos con algo de taco pero sin clavos. De los tres coches, de nuevo el Outback es el que menos a gusto estaba por una simple cuestión de tamaño. Más grande que sus hermanos de gama, tiene una batalla larga y es ligeramente más bajo de manera que rozaba con la nieve en algunas zonas. El Forester, por su parte, fue el mejor en este ejercicio gracias a su suspensión, más elástica y con mayor recorrido que la del XV, por ejemplo, que aun siendo un SUV con el que, con los neumáticos adecuados, pueden hacerse cosas impensables, no es tan polivalente como el Forester.
La tercera zona fue una especie de tramo de rally en el que usamos los cinco modelos. Pudimos probar aquí, y por primera vez, el Levorg con su nuevo motor atmosférico de dos litros, que sustituye al anterior motor turbo y que va unido a un cambio automático. En estas condiciones, con una pista muy variada, con subidas y bajadas, zonas con mucho hielo y curvas muy delicadas (la pista parecía un tramo del rally de Suecia), el Levorg y, sobre todo, el Impreza, me impresionaron. Es sorprendente lo rápido que puede irse con ambos, sobre todo con el Impreza ya que es más ligero y tiene un control de tracción más suave y de efecto más inmediato que el de los SUV.
He de reconocer que fue la parte más divertida. La potencia en este escenario sirve de poco y lo que manda es la agilidad del coche y su motricidad. Había un par de curvas realmente delicadas en las que era indispensable pasar a punta de gas y habiendo parado bien el coche para evitar el subviraje y en una de ellas, en subida, se salía derrapando, sí o sí, incluso a puntita de gas. Por mucho que conduzcas coches tan eficaces como estos, el hielo sigue siendo hielo.
Finalmente, nos divertimos con un pequeño eslálom, una prueba del alce (esquiva sobre hielo a 50 km/h.) y, como fin de fiest, un cursillo de derrapaje sobre hielo con el BRZ, el único Subaru que no es 4x4. Os aseguro que no nada fácil esto de derrapar. Bueno, derrapar sí que es muy fácil. Lo que no lo es, es mantener el derrapaje con una punta de gas y moviendo apenas el volante. El drifting sobre hielo es complicado, os lo juro, aunque si me dejan un par de semanas, de ocho a ocho sobre ese lago helado, os aseguro que lo hago mejor que esos flyinng fins que desde los ocho años derrapan con un viejo tracción trasera por estos lagos infinitos…
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