Si hay un concepto de automóvil 100% americano, este es el de los “muscle cars”, modelos deportivos de elevada potencia y precio relativamente económico basados en coches de gran difusión. Uno podría pensar que vehículos como el Ford Mustang que llega a Europa responden a este concepto, pero en realidad no es así. El Mustang, incluso en su versión GT con motor V8 no puede considerarse un “muscle car” ya que existen otras versiones a la venta en el mercado estadounidense muy superiores en potencia y prestaciones.
La idea original de los “muscle cars” apareció a mediados de la década de 1960 en los Estados Unidos. En aquella época las marcas norteamericanas acostumbraban a tener en sus gamas dos tipos de modelos, los llamados “mid size”, es decir, coches de tamaño medio (evidentemente para los estándares estadounidenses ya que en Europa habrían sido considerados coches enormes) y los “full size”, vehículos todavía más grandes y dotados exclusivamente de motores V8.
Los “muscle cars” nacieron cuando empezaron a montarse los motores V8 de los “full size” en las carrocerías más pequeñas de los “mid size”, sobre todo en modelos con carrocería cupé. Lo que nació como una especie de moda, se consolidó a finales de la década de 1960 y principios de la siguiente y prácticamente todas las marcas estadounidenses lanzaron modelos deportivos relativamente compactos dotados de grandes y potentes motores V8, incluso en algunos casos derivados de bloques utilizados en competición como los famosos motores Cobra Jet de Ford o los Hemi de culata hemisférica utilizados por el grupo Chrysler.
A principios de la década de 1970, la escalada de potencia en este segmento del mercado había pervertido en cierto modo la idea inicial, puesto que la mayoría de los “muscle cars” comercializados se habían encarecido notablemente y ya no eran coches deportivos de precio accesible. Además, su alta siniestralidad comportó un incremento de los precios de los seguros y el cambio de formato de la medición de potencia en los motores de los coches estadounidenses, qué pasó del estándar SAE Gross (CV Brutos) al nuevo estándar SAE Net (CV en rueda) redujo notablemente las enormes cifras de potencia de que presumían estos vehículos.
Los primeros síntomas de la crisis petrolera de la década de 1970, que en Estados Unidos empezaron a hacerse presentes a partir de 1973, terminaron definitivamente con la época dorada de los “muscle cars” y, a partir de entonces, modelos como el Ford Mustang, el Pontiac Firebird o el Chevrolet Camaro se convirtieron en tranquilos modelos deportivos que apenas rivalizaban con la oferta de los incipientes fabricantes japoneses.
Vuelven los "muscle cars"
En este siglo, sin embargo, las marcas estadounidenses apostaron por el “revival” de la categoría y desde el lanzamiento de coches como el Ford Mustang de quinta generación, el nuevo Chevrolet Camaro y el Dodge Challenger, se ha recuperado en cierta manera el espíritu original de los “muscle cars”. Desafortunadamente estos coches, que siguen escondiendo bajo sus largos capós motores V8, muy a menudo sobrealimentados mediante compresores, no llegan a nuestro mercado y solo se ofrecen en Estados Unidos y en otros mercados donde la legislación medioambiental es más laxa que en Europa.
Vamos a repasar ahora la oferta actual de este tipo de vehículos, sin olvidar que existen en nuestro mercado modelos de prestaciones similares y con un planteamiento parecido que también se venden en los Estados Unidos y que están fabricados por marcas europeas. Ejemplos de ello podrían ser el BMW M4 (prueba de este modelo en este enlace), el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio (comparativa de este modelo en este enlace) o los Audi RS 4 y RS 5 (prueba del Audi RS 5 en este enlace), así como algunas de las versiones AMG de Mercedes. De todas maneras, si consideramos que un “muscle car” es, por definición, un coche con motor V8, solo algunos de los Mercedes responderían a esta cualificación.
Si empezamos por el Ford Mustang, debemos admitir que los 450 CV de la versión GT, que es la única que está a la venta ahora mismo en Europa después de la descatalogación de las variantes con motor de cuatro cilindros Ecoboost, le acercan bastante a lo que podríamos calificar de “muscle car”, y todavía más si tenemos en cuenta que también se vende la variante Mach 1, con 10 CV más y una serie de retoques en el chasis que le proporcionan un comportamiento todavía más deportivo (prueba en video de este modelo en este enlace), pero, claro, cuando vemos la gama estadounidense del Mustang es cuando nos damos cuenta de lo que realmente es un “muscle car”.
En Estados Unidos, por encima del Mach 1, que también se vende allí, encontramos el Shelby GT500, la única variante Shelby a la venta actualmente después de la descatalogación de las versiones GT350 y GT350R. El Shelby GT500 actual incorpora un motor V8 de 5,2 litros dopado por un compresor que le proporciona una potencia de 760 CV y 850 Nm de par. Para pasar esa potencia a las ruedas traseras motrices, se utiliza una caja automática de doble embrague y 7 velocidades fabricada por Tremec.
La aceleración de este coche es espectacular, con un 0 a 100 km/h. en menos de 3,5 segundos. Lleva de serie un sistema de amortiguación pilotada, una suspensión mucho más firme, adaptada a su potencia, un sistema de escape deportivo, frenos Brembo y, en opción, llantas de fibra de carbono calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2. Estos elementos se incluyen en un paquete en el que también figuran algunos elementos aerodinámicos y otros para rebajar peso como los asientos de tipo baquet Recaro.
El Ford Mustang Shelby GT500 se ofrece en los Estados Unidos en diferentes colores, con o sin franjas decorativas en blanco o en negro y a un precio que nos dará mucha envidia puesto que cuesta 77.260 dólares que equivalen al cambio actual a 67.480 apenas 1.500 euros más de lo que cuesta una versión Mach 1 con cambio automático en España.
En diciembre de 2021, Ford anunció que construiría, igual que hizo en 2020 y 2021, 60 unidades para Estados Unidos y 15 más para terceros mercados, entre ellos los del Golfo Pérsico, del Ford Mustang Shelby GT500KR, una versión todavía más potente del GT500. Las siglas KR equivalen a King of the Road y fueron usadas previamente por un Mustang Shelby de primera generación de 1968 equipado con el motor del Ford GT cuatro veces ganador de las 24 horas de Le Mans. Con esta nueva versión KR se celebra el 60 aniversario de la constitución de la compañía Shelby American, precisamente en este año 2022.
Este impresionante Mustang monta capó delantero con sistema de extracción de aire, alerón trasero, difusor y parachoques delantero en fibra de carbono, llantas de aluminio forjado de 20 pulgadas y asientos de cuero, pero lo más espectacular es sin lugar a dudas su motor, el mismo que usa el GT500, pero con un compresor de 3,8 litros que eleva la potencia a nada menos que 900 CV. En el chasis se ha recalibrado la suspensión magnética, se han montado muelles regulables y se han cambiado las barras estabilizadoras. Entre las opciones, la mayoría de ellas estéticas, se incluye, sin embargo, la posibilidad de eliminar la banqueta trasera de asientos y de instalar un sistema de barras antivuelco.
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Chevrolet Camaro
Vamos ahora con el Chevrolet Camaro, cuya generación precedente estuvo a la venta en España, no así la actual. En Estados Unidos, este declarado anti-Mustang se ofrece con un motor de cuatro cilindros y 2 litros turbo de 275 CV, con un V6 de 3,6 litros y 335 CV y con el motor que nos interesa en este caso y que no es otro que un V8 de 455 CV en su modo estándar, es decir, asimilable al del Ford Mustang GT europeo y de 650 CV en su versión sobrealimentada disponible únicamente para la versión ZL1, cuyo precio sin opciones arranca en 64.195 dólares, poco más de 56.000 euros al cambio.
Sobre la base de este coche, la marca comercializa lo que llama la versión 1LE Extreme Track Performance Package que, sin modificar el motor original ni la transmisión, que permite elegir entre una caja de cambios manual de 6 velocidades con el sistema Active Rev Marching, que imita una maniobra de doble embrague o una caja de cambios automática de 10 velocidades con levas al volante, incorpora llantas de 19 pulgadas de aluminio forjado pintadas en color negro, frenos Brembo de 6 pistones delante y cuatro detrás pintados en rojo, un capó delantero y un parachoques específicos y algunos detalles en fibra de carbono vista, entre ellos el alerón trasero.
Los muscle cars de Dodge
Y vamos ahora con la tercera marca que produce, para el mercado estadounidense y para el resto de los mercados receptivos a este tipo de vehículos, un auténtico “muscle car”. Se trata de Dodge que tiene en su oferta, desde hace bastantes años, el Challenger, un coche cuyo precio de acceso, atención, es de 29.450 dólares, que vienen a ser unos 25.700 euros, más o menos lo que nos costará un Seat Ibiza medianamente equipado. Es evidente que un Challenger SXT no es un “muscle car” pero lleva el motor de base de esta gama que es un V6 de 3,6 litros de 305 CV combinado con un cambio automático de 8 velocidades. El coche además lo podemos pintar en nada menos que 13 colores diferentes sin tener que abonar ningún extra.
Pero vamos ahora con los Challenger que sí son “muscle cars”. El equivalente al Mustang GT o al Camaro LT sería la versión R/T que monta un motor Hemi V8 de 5,7 litros y 375 CV con una caja de cambios manual de 6 velocidades y que en la variante Scat Pack pasa a montar otro V8 Hemi, en este caso de 6,4 litros y 485 CV, con la misma transmisión y siempre con tracción al eje trasero. Este coche es el primero de la gama Challenger que se ofrece tanto con la carrocería normal como con la llamada Wydebody, heredada de las versiones más potentes y que gana anchura mediante unos pasos de rueda más prominentes.
Por encima tenemos, en primer lugar, la versión Hellcat, que está movida por un motor Hemi de 6,4 litros sobrealimentado por un compresor y que rinde 717 CV. Disponible con tracción trasera caja de cambios manual, este coche está disponible tanto con la carrocería ancha como con la más estrecha y arranca en un precio de tarifa de 72.980 dólares. Pero, como diría aquel, no se vayan todavía, que aún hay más.
Dodge ofrece a sus clientes una versión todavía más potente bautizada como Hellcat Redeye, que mantiene la tracción al eje trasero, pero utiliza una caja de cambios automática Tremec de 8 marchas con levas tras el volante e incrementa la potencia del motor Hemi de 6,2 litros a 797 CV. Por supuesto está disponible con ambas carrocerías e incluye numerosas posibilidades de personalización y algunas opciones como un grupo final más corto para la transmisión, alerón trasero, llantas de aleación de 20 pulgadas, neumáticos Pirelli P 275 y numerosos elementos decorativos.
Y como remate final, la marca ofrece el Challenger Super Stock Coupé, con la misma transmisión y el mismo motor, pero con la potencia incrementada hasta los 807 CV y con el grupo final corto en su equipamiento de serie para conseguir mejorar las prestaciones en aceleración pura. Este coche está a la venta en Estados Unidos desde 81.980 dólares, que equivalen a unos 71.600 euros para, recordemos, 807 CV de potencia.
Cabe señalar que todas estas versiones que hemos citado del Challenger, excepto la última de ellas, el Super Stock, se ofrecen también para el modelo Charger que es una berlina de cuatro puertas. En todos los casos coinciden las características técnicas, de modo que los 797 CV que ofrece la versión Hellcat Redeye le convierte en uno de los modelos de carácter familiar más potentes del mundo.
Y es que, los “muscle cars” también existen en versiones de cuatro puertas y prueba de ello, además del citado Dodge Charger, es el Cadillac CT5, en apariencia una lujosa berlina media del tamaño de un BMW Serie 5, pero que se transforma completamente en su versión V-Series Blackwing que monta bajo el capó delantero, un motor V8 de 6,2 litros sobrealimentado con una potencia de 668 CV acoplado a una caja manual de 6 velocidades que pasa la potencia al suelo a través del eje trasero. La marca ofrece cambiar esta transmisión por una caja automática de 10 relaciones con grupo final corto y entre las opciones destaca la disponibilidad de frenos carbono-cerámicos y de un sistema de grabación de datos y video para usar en circuito.
En coches.net no tenemos muchos "muscle cars" pero algo hay. En este enlace encontrarás todos los Ford Mustang a la venta en nuestro portal, tanto nuevos como de segunda mano, en este otro, encontrarás los Chevrolet Camaro disponibles y finalmente, aquí encontrarás la oferta de Dodge Challenger.
El problema es que en España los coches se consideran artículo de lujo, al que los Gobiernos de turno, aplican todo tipo de impuestos y peajes inflando su precio. Aquí no hay un sólo coche, sea del segmento que sea, que valga lo que cuesta. En EEUU los coches europeos (con precios muy superiores a los referidos en este artículo) son considerados de un estatus social superior. Así ocurre con marcas como Porsche, Audi, BMW, Mercedes, Ferrari, por supuesto Rolls Royce y alguna otra. Incluso Mini y Fiat 500 se venden, sino por su precio, si por su exclusividad.