Vacaciones de verano, fines de semana, en Semana Santa, en las horas punta de lunes a viernes…, los atascos son el pan de cada día en las grandes ciudades y en las principales carreteras españolas, sobre todo a la salida o entrada de núcleos urbanos.
Es una situación que a nadie le gusta, ni a conductor ni a ocupantes. Un atasco te quita tiempo para hacer otras cosas, conlleva que llegues tarde a una cita, es cansado y puede hacer que te enfades, pero también provoca una situación de riesgo que puede acabar en una colisión por alcance.
Lo mejor que puedes hacer es respirar hondo, tener paciencia y no bajar la guardia. La duración de la retención no depende de ti, por lo que poco puedes hacer. Y digo poco porque sí puedes contribuir a que la circulación en un atasco sea más segura. Te damos también algunas recomendaciones para evitar que una retención te pille por sorpresa.
Evita las horas punta
Si puedes evitar las horas más conflictivas del día o del fin de semana podrás librarte del temido atasco. Todo solucionado, pero... no siempre es posible, sobre todo cuando no tenemos un horario de trabajo flexible o no estamos dispuestos a perder ni una hora de un fin de semana o de las vacaciones.
Entre semana las horas más conflictivas están entre las 7:30 y las 9:30 y entre las 18 y las 20 horas. Si nos vamos al fin de semana, los mayores atascos los encontramos los viernes de 15 a 21 horas, los sábados entre las 10 y las 12 y los domingos entre las 18 y las 21 horas, aunque dependiendo de la época estival se pueden extender.
En los boletines de radio, en redes sociales y en su web, la Dirección General de Tráfico (DGT) informa sobre las incidencias del tráfico, el estado de las carreteras y te propone rutas alternativas.
No te pongas hora de llegada o sal con tiempo
Cuando inicias un viaje no debes ponerte hora de llegada porque te va a generar inquietud, nerviosismo o ansiedad si se produce un contratiempo o te topas con una retención. Por ejemplo, si quieres llegar a tu destino para comer allí y es un viaje de cinco horas, sal seis horas antes y así tienes un margen. Lo importante es realizar el viaje con la mayor comodidad y tranquilidad posible, porque eso nos permitirá estar más concentrados en la conducción.
En el caso de los trayectos diarios, en los que debes estar a una hora determinada en el lugar de trabajo o de estudio, el mejor consejo es no apurar y salir un poco antes, mejor será esperar ya con tu coche aparcado que no pasar un mal momento en pleno atasco pensando en la bronca de tu jefe.
Nunca sabemos dónde puede estar el atasco: una obra, un siniestro vial o por falta de capacidad de circulación de la propia vía.
Que no te entren las prisas
Lo peor que puedes hacer es pisar el acelerador para recuperar el tiempo perdido después de haberte quedado atrapado en una retención.
En todo momento tienes que cumplir los límites de velocidad y todas las normas de tráfico para garantizar cierta seguridad, pero es que, además, corres el riesgo de sufrir las consecuencias del efecto acordeón. ¿En qué consiste? Sencillamente que no te puedes relajar, distraer o correr más de la cuenta porque lo más probable es que el tráfico sea denso y las retenciones pueden aparecer en cualquier otro momento y, en ese caso, el riesgo de colisión es alto porque te pilla por sorpresa.
Al salir de un atasco la DGT recomienda acelerar un poco menos que el vehículo que va delante porque te ayudará a mantener la separación y dosificar las frenadas.
Los nervios no sirven de nada
Da igual que te enfades, grites, toques el claxon sin parar o te pongas nervioso…. El fin del atasco no depende de ti, nada puedes hacer para que la circulación vuelva a ser fluida y si no te enfrentas a él con paciencia y tranquilidad, puedes empeorar las cosas y provocar situaciones de riesgo.
Contribuirá a que la situación dentro del coche sea más cómoda si la temperatura es agradable -entre 22 y 24 grados- o si aprovechas para escuchar tu música o programa de radio favorito. No es nada recomendable utilizar los atascos para hacer llamadas con el sistema de manos libres porque aunque mantengamos las manos en el volante, la conversación nos hace ir desatentos a lo que ocurre a nuestro alrededor y en un atasco es muy fácil despistarse y sufrir una colisión. Sin manos libres está totalmente prohibido manipular el teléfono móvil o cualquier otro dispositivo.
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También facilita mucho facilitar la conducción con retención algunos sistemas de asistencia a la conducción de los coches más modernos como pueden ser el asistente de atascos, los sistemas de frenada de emergencia o el control de velocidad adaptativo, que ayuda a mantener la distancia de seguridad.
La anticipación será tu gran aliada
Conducir un vehículo y la anticipación siempre tienen que ir unidos. El conductor que mira lejos tendrá más posibilidades de salir airoso ante un imprevisto porque tu capacidad de reacción será mayor. Con tráfico denso no te centres en mirar sólo al vehículo que circula justo delante de ti. Lo aconsejable es que mantengas la vista en varios vehículos por delante pero sin dejar de estar atento al vehículo inmediato.
Tampoco debes de perder de vista al vehículo que va por detrás, por lo que tienes que mirar con frecuencia por los espejos retrovisores. Si detectas que va muy pegado y tienes que dar un frenazo puedes intentar evitar el alcance buscando una escapatoria, por ejemplo, dirigiéndote a un lugar seguro del arcén. También puedes advertirle dando pequeños toques a los frenos. Sin duda, lo más prudente es que todos los conductores mantengan una correcta distancia de seguridad, ¡se evitarían muchas colisiones!
Qué debo hacer al ver un atasco
Siempre que conducimos un vehículo es fundamental mantener la distancia de seguridad apropiada que nos permita frenar el coche ante un imprevisto sin colisionar con el vehículo que va delante. Esta distancia de seguridad tiene que ser de unos tres o cuatro segundos con un tráfico fluido. Si la circulación es densa o la meteorología adversa debemos ampliar esta distancia de seguridad porque el riesgo de frenazo es mayor. En este enlace te contamos todas las claves sobre la distancia de seguridad y cómo calcularla.
Desde el mismo momento que nos damos cuenta de la existencia del atasco, tenemos que empezar a reducir la velocidad de forma progresiva según nos acercamos a la retención. Primero levantaremos el pie del acelerador y después iremos pisando el freno de menor a mayor intensidad. También tenemos que conectar las luces de emergencia para alertar a los usuarios que vienen por detrás.
En ocasiones, para facilitar la fluidez del tráfico en las salidas y entradas de algunas ciudades, la DGT habilita carriles en sentido contrario al habitual. En este vídeo tienes algunas recomendaciones para circular por ellos:
Una vez dentro del atasco
La primera norma que debes tener en cuenta es que con circulación elevada está prohibido cambiar de carril para adelantar o efectuar otra maniobra que no sea prepararse para girar a la izquierda o derecha o salir de la calzada. No trates de ir ganando puestos cambiando continuamente de carril porque estarás generando situaciones de peligro. Y si necesitas cambiar de carril, señalízalo conectando el intermitente, es el único medio para comunicarte con el resto de usuarios.
En pleno atasco, debes usar el embrague solo lo necesario, es decir antes de detenerte y al reiniciar la marcha. Si lo mantienes todo el rato pisado con la marcha engranada estarás acelerando su desgaste. Evita los tirones bruscos, frena y acelera con suavidad, siempre manteniendo una separación con el vehículo que circula delante. Y si el atasco te obliga a estar detenido durante varios minutos, conviene apagar el motor para ahorrar combustible y reducir las emisiones contaminantes -si nuestro coche lleva Start&Stop lo hará por nosotros-. Aunque, por cierto, no es muy recomendado en los meses de más calor ;-).
Los golpes por alcance en los atascos suelen ser más frecuentes de lo que nos gustaría, no suelen ser colisiones muy graves pero sí ocasionan lesiones cervicales. Para reducir estas lesiones o incluso evitarlas es fundamental regular bien el reposacabezas. ¡No lo puedes llevar de cualquier manera! En este enlace te explico en 10 pasos cómo ajustar la postura de conducción.
Tampoco lleves objetos sueltos dentro del habitáculo porque en el caso de frenazo brusco pueden convertirse en auténticos proyectiles que impactarán contra los ocupantes.
Ahora ya sabes cómo actuar ante un atasco. No lo olvides, paciencia y prudencia son las claves.