Si hay un grupo de usuarios en el que centrarse para mejorar la seguridad vial en España ése es el de las motos. Es el colectivo en el que más ha aumentado la siniestralidad. Para analizar el problema y debatir soluciones se han reunido en Madrid, en el ‘I Encuentro Seguridad Vial para Motos: Un enfoque integral para reducir la siniestralidad’, José María Riaño, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), Jacobo Díaz, director general de la Asociación Española de la Carretera (AEC), Juan Manuel Reyes, presidente de la Asociación Nacional de Motoristas y Ramón Ledesma, consejero y asesor de PONS Mobility.
De la presentación de los datos de siniestralidad y hábitos de conducción entre los motoristas se ha encargado el director del Observatorio de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, Álvaro Gómez.
El coletivo que peor evoluciona
Los datos son claros. Mientras otros colectivos se mantienen más o menos estables en las cifras de siniestralidad, el de los motoristas empeora con un 18% más de fallecidos en 2023 -datos provisionales en vías interurbanas- con respecto al año anterior. Mientras que en la década 2013-2022 los fallecidos en coche descienden un 5%, en la moto aumenta un 23%. Los hospitalizados se reducen en ambos casos con una diferencia del 33% en coche frente a solo el 8% en moto.
Y estas cifras en un contexto en el que en el último año se han vendido un 80% más de motos que hace 10 años. Tenemos un parque de motos en España de 5.849.305, de los más numerosos de Europa, lo que influye en la siniestralidad.
Los kilómetros que se hacen en moto son mucho menores que en coche: al año la DGT ha contabilizado de media -gracias a los datos al pasar la ITV- 1.759 kilómetros en ciclomotor, 2.831 en motocicletas y 13.073 en turismos. Pero debido a la vulnerabilidad de la moto, el riesgo de morir en una moto es entre dos y tres veces mayor.
¿Qué pasa con la generación maldita de motoristas?
Los datos reflejan una realidad y es que el 76% de los motoristas fallecidos es mayor de 35 años, en su mayoría mayores de 45 años. Es la generación del baby boom, los que en 2003 tenían entre 25 y 29 años y en dicho momento era el perfil con más fallecidos.
Se trata de un desplazamiento del mismo grupo poblacional, una evolución de la pirámide de población.No solo es el mayor grupo por edad que hay en España debido al baby boom de los años 70, también es un grupo que con 25 años y en dicho contexto social y económico podían comprarse una moto de mayor cilindrada para disfrutar en carretera. Esta afición se mantiene y ahora coincide que sigue siendo el grupo con mayor poder económico, algo que no ocurre con nuestros jóvenes actuales, cuyo poder adquisitivo es menor y no tienen el mismo entusiasmo por sacarse el carnet de moto. Las formas de movilidad han cambiado mucho y con tantas alternativas prefieren dedicar su dinero a tecnología y ocio.
Los expertos coinciden que en este perfil de motorista es donde hay que centrarse para tratar de mejorar las cifras de seguridad vial. Los últimos datos indican que el 78% de los accidentes mortales se producen en carreteras convencionales, el 54% en fin de semana y el 61% con motos de más de 500 cc. También llama la atención que se detecta mayor tasa de alcohol que la permitida en los motoristas fallecidos, además de que la edad media de las motos implicadas en un accidente en vía interurbana es de 11 años.
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Soluciones para mejorar la seguridad en moto
Durante el debate, José María Riaño, secretario general de Anesdor, ponía sobre la mesa la evolución tecnológica que ha experimentado el mundo de la moto, especialmente la de carretera, con sistemas de asistencia a la conducción (ARAS) que ayudan al conductor, “pero nos enfrentamos a un parque envejecido que no cuenta con estos avances”. También destacó la evolución en el equipamiento motorista, con prendas específicas según la estación del año y el airbag como elemento de protección, “quizás el segundo mejor invento para proteger al motorista después del casco”.
En este punto, Juan Manuel Reyes, presidente de la Asociación Nacional del Motorista, hizo un llamamiento a la administración para que aumenten el control de prendas de protección, como el airbag, que se están vendiendo en España y que no cuentan con la homologación correspondiente. También incidió en la necesidad urgente de dotar a las carreteras de guardarraíles que protejan al motorista, “el guardarraíl tiene que evitar o reducir una posible lesión en caso de caída, y el problema es que en muchos casos la empeora”, se lamentaba. “Hay que invertir en renovar el parque y en infraestructura y así se ahorraría mucho coste económico, pero sobre todo muchas vidas”. “La administración es responsable. Tiene que haber voluntad política para invertir en la seguridad del motorista”, continuaba diciendo.
Más estudios, más inversión
Desde el punto de vista de la carretera, Jacobo Díaz, director general de AEC, empezaba diciendo que “siendo políticamente correcto no hay mucho que hacer”. Las razones para esta afirmación es que “hoy en día los accidentes no se concentran en tramos como hace tiempo, ocurren en cualquier punto y esto es un problema porque supone proteger toda la infraestructura vial y porque los que se morían hace 20 años son los mismos que se mueren hoy. Algo hay que hacer con este perfil tan acotado”, continuaba diciendo. El secretario de Anesdor responde que sí se puede avanzar en la infraestructura porque sigue habiendo tramos donde se concentran los accidentes, “hay que hacer más auditorías desde el punto de vista del motorista, el último gran informe data del año 2004. La formación y en concreto la formación postcarnet también es eficaz pero no se está haciendo nada para llevarlo a cabo, hay que profundizar en el tipo de moto que sale a carretera, su antigüedad… Aquí te contamos los resultados del último estudio sobre el estado de las carreteras en España.
Por su parte, para Ramón Ledesma el problema de la seguridad vial va a ser el de la moto de carretera, sobre todo la de ocio, “porque el de la moto urbana se irá solucionando poco a poco con el calmado del tráfico y porque se desarrolla en un entorno más controlado”. Insiste en que es necesario incidir en el comportamiento del motorista para que circule con más seguridad y, sobre todo, cumpliendo las normas. Su propuesta es empezar por medidas que mejor relación coste-eficacia tengan, como son los controles.
“No hay una única medida para conseguir la solución al problema de siniestralidad del motorista. Solo se conseguirá mejorar si se tienen en cuenta todos los factores y elementos que están influyendo”. Y en este debate se han puesto sobre la mesa unos cuantos.