Día Mundial del Coche Eléctrico: el equipo de coches.net cuenta cómo ha cambiado nuestra forma de conducir

El 9 de septiembre se celebra el Día Mundial del Coche Eléctrico, una efeméride reciente, ya que fue creada en el año 2020 por iniciativa de las empresas ABB y Green TV, que pretende dar a conocer a la población el impacto positivo de la movilidad eléctrica.

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La idea era crear un movimiento para concienciar sobre esta nueva forma de movilidad, de los avances que se están llevando a cabo para su desarrollo y consolidación y de todas las alternativas que se ofrecen actualmente.

Porque el coche eléctrico es una forma de transporte que quiere crear conciencia ecológica, pero no podemos olvidarnos de que ha de servirnos para desplazarnos y es una realidad que, en cierta forma, ha cambiado nuestra manera de hacerlo.

Aprovechando este día, parte del equipo de coches.net hemos hecho balance de cómo ha cambiado el coche eléctrico nuestra forma de conducir y, puesto que conducir constituye también nuestro trabajo, también la de trabajar.

“El vehículo eléctrico me ha permitido darme cuenta de que hay otros modos de relacionarme con un coche y es que he descubierto que hay otras formas de conducir y otros modos de conducción. Me explico. Un coche eléctrico no deja de ser un coche, pero se conduce de manera diferente: tienen un sistema de frenada regenerativa que en algunos modelos te permite conducir incluso con un único pedal, es decir, solo con el acelerador se acelera y también se puede frenar. También por la suavidad de marcha y su ausencia de ruidos procedentes del motor, te incita a realizar una conducción más relajada y a su vez más eficiente, tratando de apurar la energía de la batería. Tiene sus cosas buenas y sus cosas menos buenas, pero, sin duda, no conozco todavía a nadie que tenga un coche eléctrico y se haya arrepentido de su compra”.

Contexto: La llegada del coche eléctrico ha transformado profundamente la experiencia de conducción para muchos usuarios. Este cambio no se limita simplemente a la fuente de energía que propulsa el vehículo, sino que abarca una serie de innovaciones tecnológicas que redefinen la relación con el coche. Uno de los aspectos más destacados es la frenada regenerativa.

A diferencia de los vehículos tradicionales, los coches eléctricos permiten que la energía cinética generada durante el frenado se recupere y se convierta en energía eléctrica que recarga la batería. Este sistema no solo mejora la eficiencia energética del vehículo, sino que también cambia la dinámica de la conducción. Además, la ausencia de ruido mecánico, junto con una entrega de potencia más lineal y predecible, contrasta con la conducción más agresiva que a menudo fomentan los coches de combustión interna.

“Mi relación con el coche eléctrico ha sido… complicada. En mis primeras experiencias con este tipo de vehículos me vi sorprendido por su agilidad e inesperada maniobrabilidad; pero también por cómo me invadía el miedo a quedarme tirado en algún arcén de la campiña. Por fortuna, el producto ha mejorado de manera exponencial; y he podido pasar de la “angustia de la autonomía” al triple disfrute de la conducción de coches eléctricos: por un lado, el de sus grandes prestaciones (en la mayoría de los casos); por otro, el de su silencio y agrado de marcha; y por el tercero, la instintiva tendencia a conducir de manera suave y eficiente en el uso cotidiano. Porque no todo es ir “a cuchillo”, menos aún en la vía pública y el atasco diario”.

Contexto: La ansiedad por la autonomía se originaba principalmente por la escasez de puntos de carga disponibles en las carreteras y áreas rurales. Sin embargo, con la expansión de la red de carga y la mejora de las infraestructuras, esto ha ido disminuyendo de manera significativa. Los avances en la disposición de puntos de carga han sido cruciales para redefinir la experiencia de conducción de los coches eléctricos, de manera que hoy en día se pueden planificar los viajes con mayor confianza.

Además, la disponibilidad de puntos de carga rápidos en ubicaciones estratégicas ha reducido significativamente los tiempos de recarga, por lo que el coche eléctrico se está convirtiendo en una opción cada vez más viable y atractiva.

“A mí me ha cambiado la manera de hacer las pruebas. Ahora necesitamos una previsión que antes no teníamos. Con un coche eléctrico que hace unos 300 o 400 km, a ritmo de prueba, esta cifra se baja considerablemente y, por tanto, no podemos salir a la aventura, a hacer kilómetros y ya veremos. No, tenemos que planificar y en algunos casos, cuando queremos ver cuánto consume el coche y hasta dónde nos permite llegar, lo que tenemos que hacer no es parar y volver a pasar, y pasar… sino que son los cámaras los que tienen que moverse y van grabando, y el coche va pasando y ellos se van moviendo. Es decir, nos cambia cómo trabajamos en las pruebas de los coches. En lo personal, y aunque no tengo coche eléctrico todavía, como consecuencia del trabajo me he visto obligado a instalar un cargador de coche eléctrico en casa”.

Contexto: Los vehículos eléctricos han introducido una dinámica de planificación y previsión sin precedentes en el mundo de las pruebas de coches. La necesidad de calcular cada kilómetro y cada recarga nos obliga a replantear la forma de trabajar, lo que refleja un cambio profundo en la industria y una adaptación constante a las nuevas tecnologías para mantenerse conectado a la realidad del sector. No cabe duda de que la necesidad de cargar los coches eléctricos regularmente implica una logística adicional. El acceso a puntos de carga cercanos y la previsión de la ruta y duración en la prueba deben considerarse cuidadosamente.

Este cambio ha impactado no solo a los métodos de trabajo, sino también a quienes estamos involucrados, puesto que aunque aún no dispongamos de un coche eléctrico en posesión, nos relacionamos con ellos a menudo, lo que supone adaptar la infraestructura personal, instalando cargadores domésticos de vehículos eléctricos o buscando plazas de garaje que los tengan y nos faciliten el trabajo.

"En mi caso, conducir un coche eléctrico me ha llevado a ser más consciente de la conducción con el objetivo de lograr un mayor beneficio de cada modelo en cuestión, en base a su autonomía, capacidad de carga y de las tecnologías que ayudan a optimizar su rendimiento. A menudo me replanteo si estoy siendo todo lo eficiente que debería sin dejar de disfrutar de todo lo que ofrece el vehículo. Esto pasa, por ejemplo, con la climatización, buscando siempre el mejor confort en cuanto a temperatura y siendo consciente del impacto que un grado más o menos en el habitáculo puede tener sobre su autonomía. Algunos modelos ya incorporan bombas de calor, que no solo ayudan a la batería en climas fríos sino que también sirven para calentar el interior del coche aprovechando la energía sobrante".

Contexto: La conducción consciente implica utilizar las características del vehículo, como los modos de conducción adecuados a las circunstancias o las tecnologías de recuperación de energía, para maximizar el rango disponible. Al conocer a fondo las capacidades del coche, se puede sacar el máximo provecho de cada modelo. El simple hecho de ajustar la temperatura dentro del habitáculo puede tener un impacto significativo en la autonomía del vehículo y aquí es donde tecnologías como las bombas de calor juegan un papel fundamental, pues pueden retener la energía de las baterías y aprovecharla para aclimatar el interior del coche. Por eso, cada vez son más los modelos que las incorporan.