Mitos y realidades del coche y el calor: lo que debes saber

Afrontar el calor es un reto para cualquiera, especialmente en plena canícula; hay quien tiene la gran suerte de pasarlo en lugares donde las temperaturas no son tan exigentes, pero para la mayoría de los mortales, el verano se convierte en un ejercicio de supervivencia. Y por supuesto, también ocurre lo mismo para los coches.

Los vehículos sufren mucho ante el calor y nuestra manera de cuidar de ellos, y de nosotros mismos cuando viajamos en el interior, debe cambiar. Pero, ¿de qué manera? Lo primero que debemos tener en cuenta es que nunca, independientemente de las circunstancias que se den, debemos poner en riesgo nuestro bienestar ni jugar con la seguridad.

Para conseguir esto, vamos a desmentir y afirmar mitos y realidades relacionadas con el calor y con el coche:

Por supuesto, la temperatura exterior puede afectar a la presión de los neumáticos (a mayor calor, más presión debido a que las moléculas que forman el aire se mueven más rápido), así como afecta a otros elementos del vehículo; pero, ¿debe esto llevarnos a realizar alguna modificación en ellos?

Realmente, lo más importante es seguir siempre las recomendaciones del fabricante; esta información suele estar presente en el vehículo, en lugares como el vano de la puerta del coche o la tapa de la gasolina. Debes tener en cuenta que la carga que lleves, especialmente ahora en verano con las vacaciones, influirá en la presión también. A mayor carga, será recomendable una mayor presión (insistimos, respetando las cifras recomendadas) y dejando siempre un pequeño margen para la dilatación de los neumáticos debido a las altas temperaturas.

Hay muchos mitos alrededor de esto y hemos de recurrir al Reglamento General de Circulación para confirmar que sí, ya que ir sin camiseta pone en riesgo tu seguridad ante el roce del cinturón o la activación del airbag si se produce un accidente. En concreto, podrían hacerlo ciñéndose al artículo 3.1 del Reglamento General de Circulación por “conducir sin la diligencia, precaución y no distracción necesarios para evitar todo daño propio o ajeno”.

Lo mismo ocurre con las chanclas, que, desde luego, no son el calzado más adecuado para conducir y tener un tacto adecuado de los pedales, y según el artículo 17.1 del Reglamento General de Circulación, “los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos”. Las multas pueden oscilar entre los 80 y los 200 euros, aunque todo dependerá de las circunstancias.

Además de que puede ser perjudicial para la salud beber agua de una botella que haya estado expuesta al sol, debido a que el plástico libera sustancias tóxicas y puede ser un foco de gérmenes, la Dirección General de Tráfico ha informado de que puede generar un efecto lupa en algún punto y generar agujeros y daños en tapicería y otros materiales inflamables, así como un incendio en casos extremos. Mejor recógela y llévala contigo si crees que hay peligro.

Rotundamente, no. Sabemos que el precio del combustible está por las nubes y encender el aire acondicionado a todo lo que da para interior bajar su temperatura rápidamente solo contribuirá a aumentar el consumo de nuestro vehículo.

Cuando el interior del coche ha alcanzado una temperatura demasiado alta, lo mejor que podemos hacer es intentar bajar de manera manual unos grados antes de activar al climatizador. Abrir las ventanillas para dejar salir el aire caliente los primeros minutos de la marcha es mejor opción y, después, encender el aire a una temperatura razonable de entre 21 y 23 grados.

Si pasas tu verano cerca de un sitio de costa, debes saber que el salitre y la arena son realmente perjudiciales para algunos elementos del coche, así como el calor al que suele quedar expuesto el vehículo cuando aparcamos cerca de la playa. La pintura de la carrocería suele ser el principal afectado por estos agentes corrosivos, pero hay ciertos trucos para minimizar sus consecuencias.

Uno de ellos es aparca dando la espalda a la costa para reducir el impacto de la brisa marina; proteger los asientos con una funda o manta evitará también que entren en contacto con la arena y las cremas solares que llevamos en nuestra piel y por supuesto, lavarlo de manera más periódica, con agua y jabón. Haz especial hincapié en elementos como llantas, que pueden oxidarse rápidamente.