Mahle, uno de los grandes grupos de componentes para el automóvil alemanes, acaba de presentar un motor híbrido integral sorprendentemente eficaz. Según la empresa germana, su motor permitiría a un SUV compacto ofrecer unas emisiones de hasta 18 gr CO2/km según el ciclo WLTP, muy por debajo de las exigencias de la UE para 2030 en la que exige que las emisiones medias de la gama no superen los 59,4 gr de CO2 por kilómetro.
La compañía, que pone su motor al alcance de todos sus clientes, va mucho más allá de lo que ofrece cualquier otro motor híbrido. Está claro que no se trata de una adaptación, sino de buscar la máxima eficiencia y versatilidad a esta tecnología. Mahle ha sabido combinar todos los sistemas híbridos del mercado en uno solo. Es híbrido en serie, híbrido en pararelo, ‘plug in’, eléctrico de autonomía extendida e incluso puede funcionar exclusivamente como eléctrico.
Además, el peso y el volumen de todo el sistema, transmisión incluida, son comparables a los de un motor de cuatro cilindros. Adicionalmente, eso sí, habrá que añadir el pack de baterías que el constructor elija; su peso, volumen y capacidad variará en función del tipo de motor elegido. En el sistema Mahle, el motor eléctrico impulsa las ruedas y recibe electricidad directamente de las baterías o de la corriente generada por el motor térmico que o bien se encarga de recargar las baterías o aporta potencia extra cuando es requerida. El hecho de que sea el motor eléctrico el que transmita la fuerza a las ruedas permite usar una caja de cambios de 1, 2 o 4 marchas.
La centralita elige el sistema de trabajo. Si el estado de la batería es de carga elevada funciona en modo eléctrico, pero si es bajo, funciona en modo híbrido en serie. En carretera, cuando las prestaciones son más elevadas, pasa a modo gasolina pero de forma indirecta: el motor de gasolina surte de corriente al motor eléctrico, que a su vez puede tomar corriente adicional de la batería en momentos puntuales. El motor térmico, bautizado como MMPH, por Modular Hybrid Powertrain en alemán es modular porque, por el momento, hay versiones de 2 y 3 cilindros, de 900 y 1.350 cc respectivamente, turboalimentado.
Lo importante es la tecnología de este motor térmico porque está pensado exclusivamente para su uso como híbrido, entre otras cosas porque su modo de funcionamiento no exige que sea especialmente potente. El secreto del mismo es haber sido diseñado para aprovechar el exclusivo sistema de Mahle de inyección pasiva o MJI por Mahle Jet Innition. Un sistema en el que Mahle trabaja desde hace años junto a Ferrari y cuya base es la misma que se usa en los motores de F1.
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Este sistema vale para cualquier modelo pequeño o compacto y tiene una enorme modularidad
El motor tiene una precámara donde está la bujía y el inyector se sitúa en la propia cámara de combustión. La combustión es así muy rápida y se generan chorros de aire calientes que elevan rápidamente la temperatura del cilindro. El sistema permite así incrementar la potencia -caso de los F1- o bien mejorar el rendimiento para disminuir el consumo, que es la opción elegida por Mahle en este caso.
La otra clave de este grupo es que se puede adaptar a cualquier modelo. Tienes dos niveles de potencia térmica y el motor eléctrico puede ser ofrecido en diversas variantes de potencia y par. Y además, la caja de cambios amplir las opciones. Por supuesto, la capacidad del pack de baterías es otro de los factores con los que un fabricante podrá jugar. Este grupo puede usarse en muchos tipos de automóvil, desde turismos o SUV compactos a modelos de mayor tamaño. A priori, la opción más económica podría mantener sin problemas los 120 km/h en autopista y alcanzar puntos de 160 km/h, con muy buena respuesta y consumo muy bajo.
Marcas de motores como Steyr venden a expuertas en Rusia, China o la India... las generalistas no, pero a otras como Lada les viene fetén.