Audi R8 Spyder: Cómo disfrutar a cielo abierto

Este titular no es mío. Así define la propia marca a la segunda generación del Audi R8 Spyder, y yo no puedo estar más de acuerdo. El nuevo Audi R8 Spyder, uno de los deportivos descapotables más bonitos del mercado, según mi opinión, llega con ganas de guerra. Y lo hace con un diseño impactante, una rebaja sustancial del peso y con pequeñas mejoras en su motor para rebajar consumos.

Vayamos por partes. Su diseño obviamente está basado en el R8 Coupé, que como tal ha cambiado hacia una estética aún más deportiva. Es más ancho, en concreto 3,6 centímetros, lo que se traduce en una anchura total de 1,94 metros, y en el frontal, la parrilla Singleframe característica, de estilo panal de abeja, también gana en proporciones y se sitúa en una posición más baja. Las entrada de aire delanteras también son más anchas y añaden barras verticales y justo encima nos topamos con nuevos faros LED en forma de cuña. Opcionalmente éstos podrán contar con la tecnología de luz láser de Audi.

La parte trasera potencia aún más el carácter “sport” de este descapotable. La iluminación LED de los pilotos traseros añade una nueva firma distintiva, dos nuevas rejillas de ventilación, también de estilo panal de abeja, ayudan a evacuar el calor del motor y en la parte inferior se instala un nuevo difusor de grandes dimensiones que mejora aún más el conjunto aerodinámico. Por su parte, las salidas de escape de corte trapezoidal, son capaces de cuadrar a la perfección con el diseño de aristas y líneas tensas de la carrocería, a la vez que escupen un fulgurante sonido capaz de captar toda la atención de cualquier transeúnte.

Según la marca, también son nuevos los “sideblades”, la pieza que se instala en las entradas de aire laterales. Son de carbono y han recibido un proceso de adelgazamiento para su peso. Además, captan mejor el aire que ayuda a la refrigeración del motor.

La nueva capota de lona pesa sólo 44 kilogramos. Un hecho que ayuda a rebajar aún más el centro de gravedad del vehículo. Un sistema electrohidráulico es capaz de abrir y cerrar el techo en 20 segundos, incluso con el coche en marcha, siempre y cuando no se rebasen los 50 km/h. La luneta trasera de cristal puede subirse y bajarse eléctricamente a voluntad de sus ocupantes, esté o no capotado el vehículo. De esta forma se puede conducir con el techo cerrado escuchando a la vez el rugir del motor V10 sin perder detalle.

Seguimos con el interior. Aquí en el habitáculo se aumenta el espíritu deportivo con un nuevo diseño de corte “rácing”. Todo está orientado hacia el conductor, el acompañante sólo tiene que disfrutar del viaje. No existe una pantalla central, todo el sistema de infoentretenimiento recae sobre el sistema Audi Virtual Cockpit con su pantalla digital de 12,3 pulgadas situada en el cuadro de instrumentos. Además, se añade la opción de elegir un nuevo modo de visualización deportivo que sitúa el cuentarrevoluciones en el centro y proporciona nueva información como las fuerzas G, la temperatura de los neumáticos, del motor y la transmisión y el tiempo por vuelta en el caso de realizar unas tandas en circuito.

Los asientos deportivos con reposacabezas integrado son espléndidos y ayudan a encontrar la postura de conducción óptima de forma fácil y rápida. La regulación eléctrica de los mismos da la opción de ajustar prácticamente todas las partes, desde el respaldo o la banqueta, hasta la zona de los riñones o la anchura de las aletas laterales. Muy útil para ajustar el cuerpo al asiento y evitar que nos desplacemos lateralmente ante una conducción deportiva.

El volante deportivo incorpora nuevas funcionalidades, como por ejemplo el botón de arranque del motor. Además, opcionalmente, se pueden añadir dos mandos adicionales y una ruleta giratoria para el manejo del modo performance y la gestión del sonido de escape.

Situado en posición central trasera nos topamos con el corazón de este deportivo. Se trata del conocido propulsor atmosférico V10 de 5,2 litros de cilindrada con una potencia 540 CV a 7.800 rpm y un par máximo de 540 Nm a 6.500 rpm. Por el momento la marca no ha confirmado que vaya a haber una versión Plus como si ocurre con el Coupé.

Con la mejora de peso que ha recibido el R8 Spyder, ahora se queda en 1.720 kg, este potente motor es capaz de catapultar al deportivo en un 0 a 100 km/h en apenas 3,6 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 318 km/h. Esto se traduce en una mejora de 0,2 segundos en el cero a cien y de 7 kilómetros por hora más que en relación a su predecesor.

No todo son prestaciones puras ya que, al mismo tiempo, ha incorporado algunas mejoras enfocadas a aumentar la eficiencia. El consumo se ha reducido en un 10%, en cierto modo gracias al modo de “navegación a vela", que desacopla los embragues del cambio S tronic de 7 velocidades y deja que el coche se mueva por inercia cuando soltamos el acelerador. Además, también desactiva una bancada de cilindros en fases de baja y media carga mediante el sistema de desconexión de cilindros “Cylinder On Demand”. El nuevo R8 Spyder ahora homologa un consumo combinado de 11,7 l/100 km y unas emisiones de 277 g/km de CO2.

Todo ello se combina con la clásica tracción quattro que ha sido rediseñada para lograr un mayor rendimiento. El embrague del sistema de cuatro ruedas motrices distribuye el par de una forma variable dependiendo de las condiciones y, en casos extremos, puede llegar a mandar hasta el 100% del par a un solo eje. El bloqueo del diferencial mecánico trasero se encarga de mejorar la tracción y la dinámica de conducción.

El conductor puede elegir entre cuatro modos de conducción mediante el sistema Audi Drive Select, que van desde una conducción más confortable hasta una totalmente deportiva. Otra novedad es el selector Performance Plus opcional del que os hablaba anteriormente. Está situado en el volante y con él se añaden otros tres modos de conducción extra (seco, mojado y nieve) que adaptan la conducción de una forma más precisa a las condiciones de la carretera.

El nuevo R8 Spyder añade una estructura aún más rígida y, a su vez, más liviana gracias a la nueva estructura Audi Space Frame fabricada en aluminio y fibra de carbono. En comparación al chasis del R8 Coupé, el del Spyder tiene un nuevo entramado que los ingenieros de la marca alemana han utilizado para incorporar refuerzos específicos, especialmente en los pilares A y en los marcos del parabrisas. El resultado es una rigidez torsional que se ha aumentado en más de un 50% comparado con el anterior R8 Spyder.

Las llantas ligeras son de 19 pulgadas de serie y de 20 en opción, y a través de sus radios puede observarse el sistema de frenado con discos de 18 pulgadas en las cuatro ruedas, de acero, ventilados y perforados, y con pinzas de seis pistones en el eje delantero y cuatro en el trasero. Opcionalmente se puede optar por los discos cerámicos de 19 pulgadas, perfectos para el cliente amante de las tandas en circuito.

El nuevo R8 Spyder cuenta con una suspensión ligera de aluminio de doble brazo. La anchura de vías en el eje delantero es de 1.638 milímetros y en el trasero de 1.599 mm. Es adaptativa por lo que se endurece en los modos más deportivos y se muestra más agradable en el modo Confort.

La dirección electromecánica es de serie, aunque se puede optar por la dirección dinámica opcional que varía su relación de giro y asistencia según la velocidad.

La presentación del nuevo Audi R8 Spyder comenzaba en el Aeropuerto de El Prat, en Barcelona. Allí me subí al deportivo, y aunque el ambiente era fresco decidimos descapotarlo para disfrutar a cielo abierto de su conducción. Cuando aprietas el botón de arranque, el R8 Spyder te saluda con un rugido digno del más grande rey de la selva. Todo está listo para emprender la marcha.

Con el modo confort se puede practicar una conducción muy agradable. El escape no suena demasiado si no se le pisa con contundencia, las suspensiones son más agradables de lo que podrías esperar y los cambios de marcha se realizan de una forma muy suave. Además, las proporciones “contenidas” de este bicho no dificultan demasiado la circulación en ciudad. La verdad es que si no fuese por su consumo, la configuración biplaza y el poco maletero que tiene, me atrevería a decir que podría usarse como coche a diario.

Hay un aspecto que no me acaba de convencer, y es el de las turbulencias de aire en el interior. Por debajo de los 80 km/h apenas se nota que vas descapotado, se te mueve un poco el pelo de la cabeza y poco más. Sin embargo, cuando rodamos a velocidades altas llega demasiado viento al interior, en especial en la zona del túnel central. Habría que comprobar si con paravientos trasero puesto esto se soluciona.

Tras varios kilómetros por autopista probando el sistema desconexión de cilindros y la circulación a vela, el ordenador de a bordo reflejó un consumo medio de 9,5 l/100 km, que no está mal teniendo en cuenta la gran cilindrada de este deportivo. Las cosas cambiaron cuando tomamos la salida del Bruc dirección Montserrat…

En el Audri Dive Select cambiamos a modo Dynamic. Al instante las suspensiones adquieren un papel determinante. Se endurecen y nos dejan sentir las irregularidades del terreno, la dirección adaptativa que montaba nuestra unidad de pruebas es ahora mucho más reactiva, las mariposas del tubo de escape se abren y dejan salir toda la furia del V10, el cambio es aún más rápido y mucho más brusco subiendo marchas y el “feeling” con el acelerador más sensible. El R8 Spyder se transforma y se convierte en un auténtico deportivo de pura cepa.

En este instante cerramos la capota, hacía frio y nos cayeron las primeras gotas. El asfalto estaba mojado pero eso no nos privó de practicar una conducción deportiva divirtiéndonos al volante. La seguridad que transmite es enorme, se come las curvas como si nada, incluso con el piso mojado. Me ha convencido totalmente.

En zonas más rápidas he podido comprobar todo el potencial de este estupendo V10 estirando las marchas. El empuje que proporciona a bajas vueltas es más que satisfactorio, con unos medios perfectos, pero es al sobrepasar las 6.000 vueltas cuando se deja llevar. En este punto se puede notar como trabaja a pleno rendimiento y los 540 Nm de par salen a relucir. Parece como si no se acabase nunca a la vez que empuja cada vez más y más. El corte de inyección se produce a 8.500 rpm y no, a menos que vayamos con el cambio manual y en modo confort, el cambio no introduce la marcha superior y se queda petardeando esperando que seamos nosotros, mediante la leva derecha del volante, quien le demos la señal para hacerlo.

Continuamos rodando por la zona de Moià, Arbúcies, y Tordera hasta llegar a Tossa de Mar. Allí cogimos la carretera de la costa hasta Lloret de Mar, pasando por algún tramo del antiguo rally del Catalunya-Costa Brava. Curvas, curvas y más curvas… y el depósito que se acababa.

Llegamos a Lloret de Mar con casi en reserva, pero la jornada de pruebas así lo demandaba. El consumo medio ya os lo podéis imaginar: de 20 l/100 km para arriba. Y sin sobrepasar los límites legales, que no está el patio para bromas. Eso sí, conduciendo en marchas cortas.

Y es que el R8 Spyder así lo pide. Creo que cambié de marchas más veces que en los últimos 4 años, y sólo para escuchar los petardeos que provoca el escape al reducir y el V10 a pleno rendimiento.

El R8 Spyder vuelve en esta segunda generación con las pilas cargadas y con los deberes hechos. Ya nos gustó el R8 Coupé cuando lo condujimos en Montmeló, pero es que éste, además, te da la oportunidad de multiplicar las sensaciones al volante al rodar a cielo abierto disfrutando de su sonido. Si pudiese, me lo compraría. Sí.

Y digo si pudiese porque su precio de salida es de 209.420 euros, a los que deberemos sumar algunos euros de más si queremos añadir equipamiento opcional o acudir al programa Audi Exclusive para personalizar el coche totalmente al gusto.

El Audi R8 Spyder ya se encuentra a la venta en la red de concesionarios españoles, la fase de preventa comenzó en julio, y las primeras entregas comenzarán a partir de noviembre.