Ford ha presentado el nuevo Tourneo Connect, su vehículo familiar monovolumen derivado de un modelo industrial que se ofrecerá en dos longitudes de carrocería, versiones de 7 plazas y tres niveles de acabado: Active, Titanium y Sport. El Tourneo Connect es un co-desarrollo con Volkswagen que ha dado también origen al modelo Caddy (prueba en vídeo de este modelo) del fabricante alemán con el que este nuevo Ford comparte plataforma, motores y carrocería y del que se diferencia por la estética frontal y algunos detalles de equipamiento.
Ford anuncia que tanto las versiones cortas como las largas, llamadas L1 y L2 respectivamente, serán de siete plazas, siempre con la posibilidad de abatir, plegar o sacar del coche tanto la tercera fila de asientos como la segunda. Asimismo, el asiento del pasajero delantero se abate hacia delante para conseguir una longitud útil de carga de hasta 3 metros en la versión larga. El volumen máximo de carga para esta variante es de 3,1 metros cúbicos, por 2,6 de la versión corta L1.
El diseño interior incluye numerosos huecos para objetos, conexiones USB para recargar dispositivos y un salpicadero con una pantalla de 8,25 pulgadas (opcionalmente de 10”) para el equipo de información y entretenimiento, que puede tener navegación online con datos en la nube. La instrumentación es digital en las versiones Sport (opcional en el resto) y tiene, cuando es digital, una pantalla de 10,25 pulgadas. Puede elegirse entre cuatro presentaciones diferentes de la información. Todos los Tourneo Connect llevan freno de estacionamiento eléctrico.
La marca ofrece una aplicación de teléfono móvil que permite controlar el estado de luces, ventanillas y puertas, facilita la apertura y cierre remotos, establece la posición del vehículo para facilitar su búsqueda en grandes aparcamientos, informa del consumo medio y analiza el estado del vehículo.
Ford ha dotado a este nuevo modelo de la gran mayoría de las ayudas a la conducción habituales en los coches actuales como el asistente de pre-colisión con frenada de emergencia, el mantenimiento de carril, el control de velocidad con limitador ajustable y función adaptativa, el detector de fatiga, los sensores de aparcamiento (la cámara de marcha atrás es opcional), el reconocimiento de señales, el aviso de ángulo muerto o la alerta de tráfico cruzado trasero. También están disponibles opcionalmente el aparcamiento asistido y el asistente de remolque.
La gama de motores incluye un bloque de gasolina de 1,5 litros y 114 CV y dos diésel de 102 y 122 CV de potencia. Todas las versiones llevan de serie una caja manual de seis relaciones, pero opcionalmente y salvo para la versión de 102 CV, está disponible con una caja de cambios automática de doble embrague de siete velocidades, con levas en el volante en la versión Sport. La versión diésel de 122 CV y cambio manual puede combinarse con un sistema de tracción a las cuatro ruedas por primera vez en un Tourneo Connect.
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Pese a que Ford llame Ecoboost a los motores de gasolina, EcoBlue a los diésel y Powershift a la caja de cambios, todos estos componentes son fabricados por Volkswagen y no proceden de la gama Ford. Los consumos pre-homologados se moverán entre los 4,8 litros del diésel manual (en ambas variantes de potencia) y los 7,5 del gasolina automático en sus versiones más equipadas (6,6 en este mismo motor para las versiones base).
Con la llegada de este nuevo modelo en fórmula de codesarrollo entre Ford y Volkswagen, este tipo de vehículos ha quedado limitado a solo tres opciones; el del Grupo Stellantis y Toyota, declinado como Citroën Berlingo, Peugeot Rifter, Opel Combo Life y Toyota Proace City Verso, el de la Alianza Renault-Nissan y Mercedes, con derivaciones como Renault Kangoo, Nissan Townstar y Mercedes Citan y este modelo que se vende tanto bajo marca Volkswagen Caddy como ahora bajo marca Ford Tourneo Connect. Más adelante Ford presentará también las versiones industriales llamadas Transit Connect.