Quattroporte de acceso
Maserati está dispuesta a incrementar sus ventas en todo el mundo, y para ello es consciente de que no puede prescindir de un mercado como el europeo. De ahí que haya anunciado la puesta en escena de la versión diésel del Maserati Quattroporte, que llega a España a un precio de 107.060 euros.
Con esta versión diésel, la gama Quattroporte queda formada por dos versiones de gasolina con motores de 3 litros V6 y 3.5 litros V8, con 410 y 530 CV respectívamente, además de esta nueva versión de acceso con motor diésel de 275 CV.
A diferencia de los motores de gasolina, que se fabrican en las instalaciones de Ferrari en Maranello, el nuevo motor diésel lo suministra la especialista italiana VM Motori. Esta empresa forma parte del Grupo Fiat y actualmente suministra propulsores a Lancia y a Jeep.
Diésel potenciado
El diésel del Quattroporte se trata de un 3 litros V6, turbo, que da una potencia de 275 CV y un par máximo de 600 Nm. Ha sido desarrollado por Paolo Martinelli, ex-jefe de motores de la Scuderia Ferrari de F1 y, por lo tanto, cuenta con una cierta preparación que garantiza el ADN deportivo de la marca.
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Un Maserati siempre es un coche que transmite fuertes sensaciones al volante, ya sea de forma natural o ligeramente artificial. Para que el diésel no suene a diésel, la marca ha incluido en esta versión del Quattroporte un sistema de sonido activo, el Maserati Active Sound. Este sistema se sirve de dos actuadores acústicos instalados en el tubo de escape que modulan el sonido según el tipo de conducción que se practique. El conductor tiene a su disposición el botón Sport para modificar diversos parámetros del coche y también para acentuar ese sonido, haciéndolo más deportivo y estimulante para los sentidos.
Con el nuevo motor diésel, el Maserati Quattroporte hace el 0 a 100 km/h en 6,4 segundos. Cuenta con una cifra de para de 600 Nm, por lo que se espera que paralelamente a sus prestaciones deportivas, este propulsor ofrezca una agradable sensación de empuje desde bajas vueltas, una característica que también se espera en un coche no sólo diseñado para grandes prestaciones, sino también como vehículo de lujo y representación.
Envidia que se tiene de no poder llevar uno