Pequeño gran M
El nuevo miembro de la “saga” M es un deportivo con todas las de ley que, gracias a su equilibrio entre potencia, prestaciones y dimensiones, puede poner en jaque a su hermano mayor el M4. Así es el nuevo M2 de BMW. Un coupé que bajo el capó alberga un tres litros de seis cilindros en línea turbo de 370 CV, con un par máximo de 465 Nm desde 1.400 rpm hasta las 5.500 rpm, una estética imponente y una efectividad sobre el asfalto excepcional.
Hace ya más de 40 años, BMW presentó un coche compacto de altas prestaciones, con imagen deportiva, con pasos de ruedas ensanchados, spoilers y una “pinta” que demostraba su carácter deportivo. Se trataba del BMW 2002 Turbo, un coche con 170 CV, difícil de conducir, pero tremendamente apasionante. Al nuevo BMW M2 que hoy tenemos en nuestras manos se le podría considerar la evolución o la herencia de aquél coche que cautivó a los conductores más racing de aquellas épocas. La electrónica y la tecnología actual hacen del M2 un coche mucho más fácil de conducir, pese a disponer de más del doble de potencia, pero el carácter y las sensaciones que transmite al hacerlo no dejan lugar a dudas sobre sus orígenes.
Cómo me gusta
Sí, no puedo negar que estéticamente me gusta y él no puede ocultar que es un auténtico M. Sus pasos de rueda ensanchados -que albergan llantas de 19” con neumáticos 245/35 ZR 19 delante y 265/35 ZR 19 detrás- y un frontal espectacular con un gran faldón específico con entradas de aire laterales y deflectores, le otorgan un aspecto agresivo. Lateralmente, elementos de diseño propios de BMW M como las pequeñas branquias laterales tras los pasos de rueda delanteros y la acentuada línea lateral ascendente hacia la zaga, determinan su aspecto deportivo y robusto. Nuestra unidad era azul Long Beach Blau metalizado pero se ofrece también en blanco Alpinweiss, negro Black Sapphire y gris Mineralgrau.
La zona trasera esta definida por el difusor que alberga las dos salidas de escape dobles y por los deflectores verticales en cada lateral del faldón posterior. El interior es muy parecido al de sus hermanos aunque el color gris del cuadro de instrumentos, la fibra de carbono que encontraremos en el salpicadero, en las puertas o en el túnel de transmisión y el logo M2, nos indicarán que “no es como todos”.
Los asientos deportivos de piel Dakota de color negro con costuras de contraste azul y con el emblema de BMW M en el respaldo, ofrecen buena sujeción lateral aunque no destacan especialmente como unos asientos de aspecto muy deportivo. Como siempre, el volante tiene una medida y un grosor perfectos y, como veremos después, un tacto de dirección exquisito.
Equipado y equipable
De serie, el nuevo BMW M2 dispone de chasis deportivo M, caja de cambios manual de seis marchas -que simula una especie de “punta-tacón” al reducir- diferencial activo M, dirección electromecánica M Servotronic y discos de freno M de 380 mm en el tren delantero. El DSC incorpora el M Dynamic Mode -que se conecta automáticamente cuando accionamos el modo Sport+- y que retrasa la entrada en escena del control de estabilidad.
No le faltan faros bixenón, control de distancia de aparcamiento trasero, asientos delanteros con calefacción, volante M de cuero, conexión Bluetooth y USB, control de crucero con función de frenada activa, llamada de emergencia inteligente y una extensión del tercer año de garantía/100.000 km.
Entrando en el “mundo de las opciones” dispondremos del cambio automático DKG de siete marchas -como el que equipaba nuestra unidad de pruebas- con función launch control y modo Smokey Burnout -que permite que los neumáticos traseros patinen un poco cuando el coche ya está en movimiento-. El DKG tiene un coste de 4.800 €. El Paquete Navegación Professional tiene un precio de 2.572 € y se compone de navegación Professional con pantalla fija de 8,8", lector de DVD -vídeo y audio- memoria de 20 GB para archivos de audio y control por comandos de voz. La opción Driving Assitant dispone de detección de fatiga, aviso de salida de trayecto y advertencia de choque con función de frenado City.
Más opciones
Si queremos que nuestro M2 alcance los 270 km/h deberemos dotarlo con el M Driver Package y pagar 2.306 € o 1.287 € si lo que deseamos es disponer de memoria en el asiento del conductor y ajuste eléctrico en los asientos delanteros. El techo de cristal eléctrico nos costará 984 € y a través del BMW ConnectedDrive el M2 ofrece diversos sistemas de asistencia al conductor y servicios de movilidad como la función de advertencia de que nos acercamos en exceso al coche que nos precede y de presencia de peatones, información sobre los límites de velocidad y nos permitirá acceder a aplicaciones como la M Laptimer que ofrece registros de velocidad, aceleración longitudinal y lateral, revoluciones del motor, la marcha empleada el ángulo de giro de la dirección y la posición del acelerador, para mejorar nuestra efectividad en circuito.
Proporciones y potencia adecuada
El M2 es más “compacto” que su hermano el M4 y aunque las diferencias no son grandes, a la postre se nota. Nada mas verlo te das cuenta que es el “pequeño” de la familia M y, aunque su estética no deja lugar a dudas, te hace pensar más en el M235i que en el M4. Tiene una batalla de 2,69 m frente a los 2,81 m del M4, es 20 cm más corto, la misma anchura de vía delantera y pesa 17 kg menos.
Es evidente que es más compacto y aunque la diferencia de peso no es grande, dinámicamente se nota bastante más ágil que su hermano mayor. De él hereda los ejes de aluminio y, aunque dispone de los modos habituales de conducción del Driving Experience Control -Confort, Sport y Sport+, -con los que podremos variar la dureza de dirección, respuesta inmediata del motor, del cambio, si es automático, y el sonido- el pequeño M2 no ofrece regulación de la dureza de la suspensión ni los modos se pueden personalizar individualmente como en el M4.
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En lo que respecta al motor, el M2 “se conforma” con el tres litros seis cilindros turbo que también monta el M235i pero “trasteado” con elementos del M4 para llegar a los 370 cv -en vez de los 326 cv de aquél- y con un par máximo de 465 Nm entre 1.400 y 5.500 rpm. Cifras que no llegan a las del M4 -431 CV y 550 Nm de par- ni falta que le hace porque el nuevo M2 es tan efectivo dinámicamente que se le puede extraer todo el potencial con cierta facilidad, algo que con el M4 no ocurre.
Como hemos comentado anteriormente, no se puede endurecer la suspensión y, sin embargo, no se echa en falta -al menos en carretera- porque se ha conseguido un tarado muy firme y eficaz pero sin perjudicar en exceso el confort. No pudimos probarlo en circuito pero os aseguramos que por carretera es muy eficaz y muy muy divertido.
Equilibrio perfecto
Nuestra prueba se desarrolló íntegramente por carretera y, no os vamos a engañar, mayoritariamente por carreteras llenas de curvas para poder disfrutar de él. Y no es que en zonas más rápidas o en autovías no lo hiciéramos, porque tanto por respuesta del motor como por aplomo y confort, el M2 es también un buen rodador, pero es obvio que en las zonas con muchas curvas -o en circuito- es donde más disfrutaremos de él.
Las primeras sensaciones al volante son fantásticas porque transmite poderío, fuerza y velocidad aunque de un modo muy equilibrado. Desde muy bajas vueltas el motor sube de revoluciones con decisión para, a partir de las 4.000 rpm, “empujar” como un demonio hasta las 6.500 rpm. De verdad que es una gozada conducirlo porque tanto por la forma que entrega la potencia como por chasis y suspensiones, tiene un equilibrio que no todos los coches lo alcanzan. Pero hay que ser justos.
La tecnología ayuda, y mucho. El trabajo del diferencial activo M es constante y actúa dependiendo de la trayectoria que realicemos, de cuánto estemos girando, de cuánto acelerando… En definitiva, le otorga una estabilidad y una capacidad de tracción fantástica que ayuda en gran medida a poder realizar una conducción sencilla y rápida. Por su parte, la dirección tiene un tacto exquisito -aunque personalmente me hubiera gustado algo más de dureza- y, como siempre en los BMW, es ágil y precisa colaborando en gran medida a la buena entrada al viraje que ofrece el M2 y a “notar” el coche en las manos. Y es vital, porque no debemos olvidar que tener la sensación de que conducimos con cierta facilidad y con seguridad es determinante cuando vamos en un coche capaz de acelerar de 0 a 100 km/ en 4,3 segundos o de alcanzar más de 250 km/h.
Al limite
Antes de “despedirnos” del M2 quisimos ver hasta donde “nos llevaba” en conducción deportiva y, desde luego, no nos defraudó. Es ágil a pesar de que no pesa poco, los frenos se mostraron muy efectivos -falta ver en circuito- el paso por curva es rápido, gira muy plano, el cambio -a través de las levas del volante- es eficaz -especialmente subiendo marchas- y empalma marchas sin vacío ninguno. El motor “empuja siempre”, se estira y se estira, te deja disfrutar de la conducción y centrarte en pasar las curvas a la máxima velocidad posible. Apenas tiene subviraje -a menos que sobre-conduzcamos y hagamos frenadas muy tardías- y mantiene la trayectoria tanto en curvas medias como en las rápidas.
Con los controles conectados “nada queda al azar” y el M2 va por raíles, pese a ser un propulsión. Pero si lo que queremos es que el tren trasero se vuelva “gamberro” para hacer ligeras derrapadas, bastará con conectar el modo Sport+ o accionar el M Dynamic Mode, para que la electrónica sea menos intrusiva y nos permita ese tipo de conducción. Gran trabajo en el tarado de las suspensiones que, incluso buscando “guerra”, se muestran eficaces. Quizá en circuito necesite algo más de dureza...
Un peligro para su hermano
Está claro que es menos potente que el M4 y no incorpora toda la tecnología de su hermano mayor pero, ¿es por eso peor? Rotundamente no. Es más, ahora no es que me vaya a mojar no, es que me voy a empapar; prefiero el M2. El M4 tiene una entrada de potencia brutal, un par máximo descomunal, más caballos y más elementos que lo hacen un coche muy especial y atractivo, pero el M2 es más “amable”, más compacto, más ágil, con 370 CV que se me antojan más que suficientes y con una respuesta y una entrada de potencia excepcional pero que “no asusta” y que no exige como el M4. Es más sencillo "sacarle" el máximo.
En mi opinión es un conjunto muy conseguido. El equilibrio entre potencia y comportamiento dinámico es excelente. Es estable y con buena tracción, pero tiene “más alma” que alguno de sus rivales de tracción total. Se deja conducir y te hace sentir más conductor. No lo he probado en circuito, pero en carretera me atrevo a decir -aunque no los hemos comparado todavía- que puede ser más eficaz que el M4. Los consumos no son bajos pues en conducción “normal” a nosotros -pese a que la marca anuncia 7,9 litros a los 100 km con el cambio automático- nos costó bajar de 10 litros. Es el más económico de los M, pero los 62.900 € que cuesta con el cambio manual de serie o los 71.871 € que costaba la unidad probada, me siguen pareciendo un “una pasta”. Lástima. Es, prácticamente, lo único que no me gusta del coche…
Al Cayman S con mejor tracción, chasis más bajo?. Jajaja