Dentro del coche hay multitud de elementos que cumplen funciones que los conductores desconocemos pero que juegan una gran importancia. Por ejemplo, ¿sabías que el amperímetro está relacionado con el sistema eléctrico, que abastece a los diferentes dispositivos del vehículo? Tiene una función vital en el correcto funcionamiento del mismo. Cada vez hay menos coches que lleven un variador de corriente y lo que hacen es sustituirlo por un amperímetro digital conectado a Equipos Electrónicos de Control (EEC).
Pero vayamos por partes porque vamos a describir las diferentes funciones que cumple el amperímetro y para qué necesitamos medir la intensidad eléctrica.
¿Qué es el amperímetro?
Un amperímetro detecta pequeños niveles de voltaje en un circuito y gracias al trabajo de unas bobinas genera una escala que pone la información al alcance del conductor o mecánico. El amperímetro se utiliza para medir la intensidad de las corrientes eléctricas. Disponiendo de una gama de resistencias 'shunt', se puede disponer de un amperímetro con varios rangos o intervalos de medición.
Esta descripción corresponde al diseño original, ya que en la actualidad los amperímetros utilizan un conversor analógico/digital para la medida de la caída de tensión en un resistor por el que circula la corriente a medir. La lectura del conversor es leída por un microprocesador que realiza los cálculos para presentar en un display numérico el valor de la corriente eléctrica circulante.
Tipos de amperímetros
Podemos encontrar amperímetros magnetoeléctricos, electromagnéticos, electrodinámicos y digitales, entre otros. Cada uno de ellos tiene un procedimiento distinto para medir la intensidad de una corriente o voltaje, pero los principios a aplicar son los mismos. Profundicemos un poco en cada uno de ellos:
1. Amperímetros magnetoeléctricos
Emplean un galvanómetro, que es capaz de detectar pequeñas cantidades de corriente. Cuando la electricidad activa el galvanómetro, los sensores hacen una llamada a un microprocesador que se encarga de calcular y mostrar el dato medido digitalmente. Los amperímetros magnéticos funcionan gracias a que poseen una bobina móvil que está fabricada con un hilo muy fino y cuyas espiras, por donde va a pasar la corriente que se quiere medir, tienen un tamaño muy reducido. Debido a que los movimientos creados por la corriente en la bobina son mínimos, este tipo de amperímetros está limitado a mediciones en miliamperios.
2. Amperímetros electromagnéticos
Este tipo de amperímetros es el más extendido en el mercado. Su éxito se basa en su sencillez de construcción y sólida tecnología. Su funcionamiento se basa en los principios de electromagnetismo: detecta las distintas magnitudes eléctricas utilizando corriente alterna y corriente continua, lo que le permite medir el nivel de electrones que fluyen a través de un circuito. Al pasar por la bobina, crean un campo magnético corporal que activa un mecanismo que permite medir estos electrones.
3. Amperímetros electrodinámicos
Los amperímetros electrodinámicos se basan en las fuerzas de interacción entre campos eléctricos y magnéticos. Constan de un paralelogramo, o soporte de aguja, donde se instalan los elementos móviles, que son capaces de oscilar. La indicación se realiza a través de dos imanes permanentes y dos bobinas sustitutivas, llamadas sensores, que permiten conocer el estado del flujo de corriente en el cuadro de mandos.
El uso principal que se les da es para medir la corriente alterna, es decir, la corriente que cambia de dirección periódicamente. Este tipo de amperímetros se utiliza en aplicaciones de potencia, ya que permiten la medida de intensidades de hasta 5 kilovoltios con graves distorsiones.
4. Amperímetros digitales
Los primeros amperímetros digitales que llegaron al mercado eran poco fiables y, dado que no disponían de retroiluminación, su lectura era dificultosa. Las nuevas tecnologías han ido viendo la luz y los dispositivos de medición digitales son ahora más cómodos y prácticos de utilizar, aunque el costo es su mayor inconveniente, por lo general más caros que el resto de amperímetros.
La ventaja que tienen los amperímetros digitales profesionales y más avanzados, es que pueden medir varias magnitudes físicas, más allá de la tensión, como la corriente, la resistencia, y también incluyen funciones como capacímetro para medir la capacitancia (capacidad de un componente para almacenar carga eléctrica).
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
En la actualidad, los amperímetros digitales se utilizan en voltímetros o tensiómetros, ya que al ser instrumentos más complicados, requieren de equipos más avanzados y seguros.
Su uso se está imponiendo por sus ventajas respecto a los analógicos: son más precisos, más seguros (en caso de conexión errónea), con más funciones y más resistentes a golpes, temperaturas, etc. Además, permiten el almacenamiento de valores o la conexión a un ordenador. Aunque son más caros, en el mercado se pueden encontrar desde 12 euros.
¿Qué pasa si el amperímetro marca bajo o en cero?
Los problemas que se suelen detectar en los amperímetros analógicos se suelen deber al mal contacto del borne positivo de la batería o, en muchos casos, a su desgaste por la formación de óxido. Procederemos a limpiar con desengrasante líquido o con papel de lija fino para conseguir una lectura correcta.
Si el error persiste, deberemos sustituir el aparato. Antes, hay que asegurarse de que ningún fusible se encuentra roto, produciendo una lectura en cero.
Si el amperímetro digital instalado en el coche (tradicionalmente se usaba un voltímetro), indica una corriente negativa, hay que asegurarse de que el generador no está en cortocircuito. La razón por la cual este importante elemento que alimenta la electricidad está fallando puede deberse a una de estas tres causas: las escobillas desgastadas, bien porque lo estén o porque la lámpara de aviso se haya fundido o se encuentre en mal estado. Otra razón puede estar en los bobinados rosados. Si este es el problema, obligatoriamente habrá que reparar el grupo generador por una empresa o taller especializado.
Su principal función es, pues, detectar la intensidad de voltaje en un circuito eléctrico para que la batería pueda funcionar y los diferentes elementos del vehículo tengan la energía que necesitan. ¿Qué pasa si baja la tensión? Podemos encontrarnos con problemas de falta de energía en los elevalunas de las puertas, cierre centralizado, asiento calefactable o posiciones de los espejos, como algunos ejemplos. O incluso puede ocurrir que la batería no sea capaz de poner en marcha el motor. Es una cuestión que explicaremos en detalle en otro artículo.
¿En qué coches se equipan amperímetros?
Hoy en día, el amperímetro no está presente en todos los coches, aunque hay vehículos de gama alta de marcas como Lexus, Mercedes-Benz, Hyundai, Toyota y BMW, entre otros, que sí lo instalan. Además de funcionar como indicador para detectar cambios en el consumo del vehículo a causa de la pérdida de carga de la batería, los amperímetros digitales también permiten visualizar los amperios señalados por el generador o alternador.
Lo cierto es que la mayoría de los coches actuales instalan un simple voltímetro, dado que es suficiente para los requerimientos actuales de los conductores, puesto que no es frecuente encender los faros, la radio y los limpia-parabrisas simultáneamente.