Por el Canal de Castilla
Realizar una ruta SUV por la provincia de Palencia no puede ser más fácil. Basta con acercarnos a cualquier parte de la montaña palentina, donde está la concentración de monumentos románicos más importante de Europa para "inventarnos" un track que, nos salga como nos salga, va a resultar fantástico.
Sin embargo, en esta ocasión nuestra atención se centró en otra belleza de esta provincia: el Canal de Castilla, magna obra de ingeniería hidráulica de los siglos XVIII y XIX, cauce artificial que recorre 207 kilómetros de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, dividido en tres ramales: Ramal Norte, Ramal de Campos y Ramal Sur.
En esta ocasión, realizamos el recorrido del Ramal Norte, de 75 km y 24 esclusas. Comienza en Alar del Rey, tomando las aguas del río Pisuerga, y llega hasta Ribas de Campos, donde, en el lugar conocido como Calahorra de Ribas, sus aguas se juntan con las del río Carrión.
El que sin duda es uno de los proyectos más relevantes de ingeniería civil de la España Ilustrada, tenía como objetivo principal servir como vía fluvial de comunicación y transporte que solucionase el problema de aislamiento al que estaba sometida la meseta castellana y leonesa, debido a una orografía complicada y una deficiente y mal conservada red viaria que dificultaba y hacía casi imposible el transporte de los excedentes agrarios de la región, cereales en su mayoría.
Es a mediados del siglo XVIII cuando Fernando VI y su ministro más influyente, el Marqués de la Ensenada, empezaron a pensar en un ambicioso plan para desarrollar la economía de España. El Marqués de la Ensenada propone a Fernando VI la construcción de una red de caminos y canales de navegación pensados para Castilla, al ser, por entonces, la principal productora de cereales. Dos años más tarde, el ingeniero Antonio de Ulloa presenta el “Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León”.
En el proyecto inicial se contemplaban 4 canales, que unirían Segovia con Reinosa, con la intención de, en un futuro, atravesar la cordillera Cantábrica y poder llegar al mar por el puerto de Santander. El Canal del Norte pretendía unir Reinosa (Santander), con el sitio de Calahorra de Ribas (Palencia). De este tramo se llega a construir desde Alar del Rey hasta Calahorra de Ribas. El ramal Canal de Campos, que continuaría desde Calahorra de Ribas por la comarca de Tierra de Campos hasta Medina de Rioseco (Valladolid), se construye en su totalidad. El Canal Sur, que tomaría las aguas del Canal de Campos en el sitio conocido como el Serrón (Grijota), para desembocar en el Río Pisuerga en Valladolid, también se construye en su totalidad. Y el Canal de Segovia, que uniría Segovia con Villanueva de Duero (Valladolid), nunca fue realizado.
Las obras de este grandioso proyecto dieron comienzo el 16 de julio de 1753 en Calahorra de Ribas, punto donde terminará nuestra ruta de hoy.
El Ramal Norte que hoy realizaremos es el que más desnivel tiene que salvar y donde el Canal se cruza con los ríos Pisuerga y Carrión a nivel. Es por lo tanto un trazado con una gran variedad de elementos de ingeniería, algunos de ellos únicos en todo el recorrido.
Comenzamos nuestro track a la entrada de Alar del Rey, justo antes de cruzar el río Pisuerga, que nos acompañará buena parte del recorrido; Alar del Rey le debe su existencia al Canal de Castilla. El pueblo no existía antes de la creación del canal, y nace como lugar central de construcción del ramal norte.
Por esta razón, y debido a que los ingenieros encargados de la construcción eran de origen francés, el pueblo tiene como patrón a San Luis Rey de Francia.
También por este motivo, al ser un núcleo urbano surgido al amparo del canal, mantiene un trazado urbano modernista, sin grandes edificios señeros, no obstante, merece la pena contemplar el Mirador del Molino y la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen. Construida en 1898 en estilo neorrománico. La torre, estilo renacentista, se terminó de construir en 1955. Antes de construirse, los oficios religiosos se celebraban en un almacén del canal habilitado por los trabajadores del Canal de Castilla.
El Canal nos invita a pasear por sus riberas, algo que haremos a lo largo de toda nuestra ruta respetando, eso sí, todas y cada una de las indicaciones de prohibido el paso que nos iremos encontrando a lo largo de su trazado.
Serán pocas, y la mayoría de ocasiones prohibirán el acceso únicamente a una de las márgenes, quedando libre de paso la otra. Como en diversas ocasiones nos comentaron diversas gentes del lugar, los caminos de sus márgenes son utilizados diariamente por todos los vecinos de las poblaciones limítrofes, en cualquier caso, y puesto que el control y explotación de estos caminos pertenece a la Confederación Hidrográfica del Duero, cada vez que nos encontremos una señal de prohibido el paso, abandonaremos el camino y cogeremos algún otro paralelo que siempre encontraremos y que también nos satisfará por sus trazados y paisajes.
Lo que seguro que nos encontraremos, además de algunos coches, es con multitud de ciclistas y caminantes, ante los que limitaremos al máximo nuestra velocidad y daremos siempre preferencia. También podremos ver a algunos piragüistas, otra interesante forma de recorrer el canal, no olvidemos que en Alar se celebra la Fiesta del Descenso del Pisuerga, declarada de Interés Turístico Nacional.
Tras dejar atrás Alar del rey, en poco más de 2 kilómetros llegaremos al Barrio de San Vicente, donde nos encontraremos la primera esclusa, ovalada y de un solo salto. Es el momento de aclarar que el canal está compuesto por dos tipos de esclusas: Ovaladas: Pertenecen a la primera etapa de construcción del Canal y permiten el paso de dos barcazas a la vez. Sus dimensiones oscilan entre 20-25 metros de largo por 10 metros de ancho. Son más costosas de ejecutar y más lentas de llenar. En total hay 34 esclusas de estas características.
Rectangulares: Corresponden a la etapa en que se privatiza la construcción del Canal a partir de 1831. Suponen un ahorro de coste en su construcción y un llenado más rápido, aunque solamente permiten el paso de una barcaza. En total son 15 esclusas, cuyas dimensiones son de 30 metros de largo por 5 metros de ancho.
Continuamos la marcha y a 1,5 km llegamos a San Quirce de Río Pisuerga, donde está la 2ª esclusa. Este pequeño pueblo de casas de barro y piedra, tiene una iglesia dedicada a San Miguel y, en lo alto del pueblo, la ermita del Cristo. Un Km. más adelante llegaremos a la tercera esclusa y poco después llegamos a la esclusa 4ª, donde existe una central eléctrica y unas casas de turismo rural.
Seguiremos nuestro camino hasta llegar a la zona recreativa del embarcadero del barco turístico “Marqués de la Ensenada”, desde donde se vuelve a tomar el camino de sirga, ya al otro lado del río y cruzando la pasarela... si vamos andando o en bici, sino, para llegar a Herrera de Pisuerga, como es nuestra intención, deberemos retroceder hasta los puentes que hay en la esclusa 4ª, el de la carretera que va desde Herrera a Burgos o el de la esclusa 6ª. En cualquier caso, merece la pena acercarse al área recreativa, pues es en este punto donde las aguas del Pisuerga y el canal, se cruzan a nivel.
En este lugar también hay otra obra hidráulica del siglo XX: comienza aquí el Canal del Pisuerga, que en algún tramo va próximo (muy próximo), al de Castilla.
Herrera de Pisuerga es famosa en España por su Festival del Cangrejo, renombre alcanzado antes de que la afanomicosis o peste del cangrejo autóctono, acabase con este crustáceo en las riberas de Herrera.
Culturalmente, es de extraordinaria importancia el yacimiento arqueológico de la ciudad turmoga de Pisoraca, en el lugar ocupado por la Legio IV Macedónica, acantonada en Herrera durante el siglo I D.C. Es también una de las localidades del Camino de Santiago del Norte: La vía del Besaya.
Entre su patrimonio destacan los restos de la muralla romana, situados en la Plaza Mayor; la Puerta Nueva, de mediados del siglo XVI, las casas blasonadas o el Aviario.
Salimos de Herrera por la N-611 hasta la cercana población de Ventosa de Pisuerga, donde volveremos a coger la pista del canal que, desde la carretera hemos ido viendo a nuestra izquierda. Pronto llegaremos a Zarzosa de Riopisuerga, donde se encuentra la esclusa 9ª y una central eléctrica donde antiguamente, llegaron a vivir hasta 20 personas.
En Olmos de Pisuerga alcanzamos su doble esclusa, la 11-12, sus edificios ruinosos nos muestran la actividad que el Canal tuvo en este punto. Un poco más y llegamos a Naveros, donde está la esclusa 13.
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En la cercana San Llorente de la Vega, nos encontramos con la esclusa 14 que ha sido rehabilitada recientemente, la casa del esclusero que se está rehabilitando para ser el futuro museo de los oficios del canal y una minicentral eléctrica. Poco después de esta esclusa nos encontraremos una de las indicaciones de cortado el paso que decía al principio, lo que nos obligó a coger un camino paralelo a nuestra izquierda que nos llevó por la margen derecha del Canal del Pisuerga. Hay varios puntos del recorrido en que te encuentras "encajonado" por una pista que está flanqueada por los dos canales.
Seguimos por el margen izquierdo, y poco antes del Puente de Carrecalzada, ya en el término municipal de Melgar de Fernamental, hay otro edificio que se ha rehabilitado para su utilización como Hotel Rural y actividades de ocio. En este mismo lugar una embarcación turística “San Carlos de Abánades” realiza paseos por el Canal de Castilla.
Poco después, abandonaremos la pista al acceder a la carretera de Osorno a Astudillo, para acercarnos a la cercana población de Osorno la Mayor y fotografiar su Iglesia Parroquial de la Asunción, de origen románico, posee un altar mayor rococó, con buenas tallas del siglo XVI de la escuela de Felipe Bigarny. Se conserva además una pila bautismal románica, colocada sobre la que parece un tambor de columna antiguo.
Volveremos a la pista en el punto en que la dejamos, siguiendo por el otro lado de la carretera, pronto llegamos a la esclusa 15 y dos kilómetros más adelante pasamos por el acueducto de la Vallarna. Llegando al puente de Cabañas, a la derecha se divisa la localidad de las Cabañas de Castilla.
Desde el puente de las Cabañas al puente de Requena distan poco más de 6 km. en los que nos encontraremos varios acueductos y otras construcciones denominadas almenaras. Son casetas en las que sitúan los mecanismos de cierre o apertura, que permiten la salida de agua a las acequias. A nuestra izquierda, campos de girasoles y cereal ofrecen el contrapunto perfecto a la línea de agua que llevamos a nuestra derecha.
Poco más adelante, saldremos por el puente del propio canal para acercarnos a Requena de Campos. Esta pequeña localidad de casas de adobe y ladrillo cruzada por el Canal de Castilla y por el Camino de Santiago, forma parte de Tierra de Campos.
Su iglesia parroquial del siglo XVI, consagrada a San Miguel, fue construida por mandato de Fernando de Rojas cuando era obispo de Granada, hacia el año 1520. La torre de este templo es otra de las bellezas arquitectónicas de la localidad. En ella encontramos dos magníficos escudos del obispo Rojas situados en las esquinas. El retablo mayor actual es del XVIII.
Tiene también Requena otra particularidad, y es que es en este municipio donde el Canal de Castilla cambia de vertiente, pasando del río Pisuerga al Carrión.
Volviendo a la pista pasaremos junto a la esclusa 16 y poco más adelante, a la izquierda, hay un camino que nos acerca a Boadilla del Camino, a tan solo kilómetro y medio. Allí podremos admirar su Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, que data del siglo XVI, aunque está construida sobre una antigua iglesia románica de la que quedan restos en la base del campanario y una Pila bautismal, datada en el siglo XIII. Junto a ella, está situado un magnífico rollo gótico que data del siglo XV; está profusamente decorado tanto con motivos animales como con motivos jacobeos y pequeños ángeles.
Este monumento fue erigido como símbolo de la autonomía que otorgó Enrique IV a Boadilla del Camino, por la que dejaba de estar sometida a los derechos de jurisdicción de los señores de Melgar de Fernamental, antes conocida como Melgar de Suso y Castrojeriz. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1960.
Desde este punto, el “Camino de la Razón”, el Canal, y el “Camino de la Fe”, el Camino de Santiago, comparten senda hasta Frómista, disfrutando peregrinos y canaleros de un agradable y fresco paseo, en la cada vez más seca y ruda Comarca de Campos.
Conocida como la “Villa del Milagro”, Frómista tiene el privilegio de contar con obras de arte, religiosas y civiles tan espectaculares y singulares como la Iglesia Románica de San Martín, del siglo XI, uno de los templos románicos más completos de toda Europa.
Destacan sus armoniosos ábsides y cimborrio, sus canecillos e impostas, y en el interior, los capiteles labrados con un extenso repertorio de imágenes sacras y profanas. También es destacable la Iglesia de San Pedro, gótica, que se empezó a construir en el siglo XV o la de Santa María del Castillo, Gótico-renacentista. Declarada BIC en 1944.
En Frómista encontraremos también la única esclusa cuádruple del recorrido del Canal, la 17-18-19-20, que cruzaremos para llegar al núcleo urbano.
De vuelta al canal, protegidos y acompañados por álamos, llegamos al puente de Piña de Campos, en la llanura (si miramos a la izquierda), se levanta, solitaria, la iglesia de San Hipólito, en Támara, y en esa misma dirección tenemos otra joya: la Iglesia de San Juan en Santoyo.
Llegamos al puente de Bezana, por donde pasa la carretera que va de Amusco a Villoldo. La arboleda se ha ido despejando y finalmente, tras unos pocos Km. más, llegamos a Calahorra de Ribas, uno de los lugares más simbólicos y emblemáticos en la historia del Canal. Aquí la técnica, el agua y la naturaleza conviven en armonía, proporcionando una bella panorámica al visitante. Su esclusa triple, la 22, 23 y 24, encargada de salvar el desnivel del lugar (el mayor de todo el canal), luce las compuertas que la habilitan para la navegación.
En este punto, un 16 de julio de 1753 comenzó la construcción del Canal de Castilla y es el por nosotros elegido para finalizar nuestro track.
Poco hemos hablado hoy del coche que felizmente nos ha acompañado, un Ssangyong Rexton en el que no tuvimos ni que meter la tracción total por la sencillez de la pista, a excepción de un par de "paseos" buscando el lugar idóneo al encontrarnos alguna indicación de prohibido y tener que abandonar la sirga del canal. Nada que ver con la ruta que realizamos con él en la provincia de Valladolid, en la que explotamos al máximo sus prestaciones off road y se demostró como un coche mucho más TT que SUV... pero esta la podréis leer próximamente.
Nosotros, al haber empezado la ruta relativamente tarde, se nos pasó la hora de la comida a bordo, lo que nos hizo desear aún con más fuerza la cata de algunos de los típicos platos castellanos que tan buena y merecida fama han cosechado.
Tierra donde la preparación básica es el asado en horno de leña, de las abundantes carnes que ofrece la tradicional ganadería ovina que recorre sus paisajes, especialmente su lechazo churro, no podemos olvidarnos de los Cangrejos al estilo de Herrera, los Caracoles a la palentina, las Morcillas de Cornón, las Sopas de rastrojo o Sopa de ajo, la Cecina de Villarramiel, la Asadurilla o los tan sencillos como "atractivos" torreznos, entre otros muchos platos que dejarán satisfechos desde el estómago más hambriento al más exquisito.
Por la noche pasamos sed, hay que reconocerlo, pero es que la voluntad es débil cuando se trata de escapar a tanta y tan buena tentación como la que podemos encontrar por estas tierras.
De nuevo, el resultado fue una magnífica ruta más que nos llevó por algunos de los pasajes y de los paisajes más atractivos de cuantos pueblan o han poblado esta bendita tierra que nos vio nacer. Que la disfrutéis.
Interesante recorrido, tanto por los pueblos como por la historia