El grupo Volkswagen va a invertir 5.000 millones de dólares en la compañía estadounidense Rivian, un fabricante de vehículos todoterreno eléctricos. El acuerdo pasa por crear una joint venture o empresa compartida con una inversión inicial por parte de Volkswagen de 1.000 millones de dólares a los que se añadirán otros 4.000 más adelante para el desarrollo de software automovilístico.
Con este acuerdo, ambas empresas consiguen sus propósitos en el campo de la electrificación. La compañía estadounidense conseguirá el dinero necesario para poder invertir en el lanzamiento de su nuevo modelo R2 SUV, que le hará entrar en un ámbito de producción masiva para el que necesitaba un aporte de fondos. Por lo que respecta a Volkswagen, la compañía alemana dispondrá, a través de la empresa conjunta, del software y las arquitecturas eléctricas de Rivian para el desarrollo de su gama de modelos de la marca Scout, un todoterreno y un Pick-up eléctricos que deberían llegar al mercado en 2026 y producirse en suelo estadounidense.
Después de esta primera fase en la que Volkswagen utilizaría la tecnología de Rivian, ambas empresas, con la joint venture consolidada, colaborarían en el desarrollo conjunto de nuevas plataformas eléctricas -de ahí la segunda fase prevista de inversión- y, sobre todo, en nuevos software para vehículos.
Déficit en Software
Mientras que la marca alemana, como todos los grandes grupos automovilísticos mundiales de larga tradición, se enfrenta a problemas de creación y actualización del software de gestión de sus coches, Rivian es una especialista en la materia y está muy avanzada tanto en el diseño de software como en experiencia de usuario. Sus modelos R1S y R1T, por ejemplo, disponen de una nueva arquitectura de software que ha permitido reducir de 17 a 6 el número de centralitas y ahorrar casi 3 km de cableado en el vehículo.
Rivian, por el contrario, no ha conseguido todavía convertirse en una empresa rentable después de varios años vendiendo su todoterreno y su pickup. Por este motivo, se encontraba con numerosas dificultades financieras para lanzar el R2, un coche más pequeño y del que, en teoría, debería fabricar muchas más unidades. Con la inyección de capital de Volkswagen, la empresa californiana tendrá un lanzamiento más tranquilo.
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Hay que señalar, no obstante, que una parte de la inversión posterior, de 2 millones de dólares, está condicionada a que Rivian alcance determinados objetivos, tanto económicos como de tecnología. La creación de la joint venture debería, además, posibilitar a Rivian una reducción de costes operativos y trabajar de manera más eficiente. De momento, la marca ha decidido suspender una inversión anunciada de 2.250 millones de dólares en la construcción de una nueva planta en el estado de Georgia donde estaba previsto que se fabricara el R2 que, de momento, se producirá en la planta actual de Illinois.
Rivian no solo se apresta a lanzar el nuevo R2, sino que ya ha presentado los prototipos de dos nuevos modelos, los R3 y R3X, siempre en la misma línea SUV eléctricos, pero de tamaño inferior.