Las marcas automovilísticas Ford y Volvo junto con otras 26 empresas relacionadas con la nueva movilidad eléctrica, entre ellas la compañía energética española Iberdrola, han pedido a las autoridades europeas por medio de una carta que prohíban la venta de vehículos de combustión en Europa a partir de 2035. Estas compañías entienden qué esta prohibición ayudará a la implementación de la estrategia de electrificación de los fabricantes, impulsará la creación de las necesarias redes de recarga y clarificará las expectativas de los usuarios europeos de vehículos y furgonetas.
Ambas marcas comunican en la misiva que apoyan la propuesta de la Comisión Europea de prohibir los vehículos de combustión interna (turismos y furgonetas ligeras) en el año 2035 que debe debatirse en el pleno del Parlamento Europeo en el mes de junio y aprobarse en forma de ley en otoño. Tanto Ford como Volvo al anunciado que desde el año 2030 no venderán vehículos convencionales en Europa y toda su gama será eléctrica al 100%.
Stuart Rowley, presidente de Ford en Europa ha explicado que “todos los Ford serán vehículos de emisiones cero en 2035 en línea con los acuerdos la conferencia del clima de París, pero para conseguir que todos los coches a la venta en esa fecha sean eléctricos, los políticos europeos deben establecer el fin de la venta de vehículos de combustión interna y, sobre todo, legislar el desarrollo de la infraestructura eléctrica de recarga en toda Europa para poder atender la fuerte demanda de vehículos eléctricos y permitir que los usuarios europeos puedan dar el paso a la movilidad eléctrica”.
Por su parte, Jim Rowan, director general de Volvo en Europa “La Unión Europea debe reafirmar su liderazgo en acciones a favor de eliminar las emisiones de CO2 y contribuir a detener el cambio climático y eso pasa por prohibir la venta de vehículos de combustión en Europa en 2035. Volvo no los venderá desde 5 años antes”.
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Entidades ecologistas como la ONG Transport & Environtment han acogido con entusiasmo esta demanda ya que consideran que esta prohibición impulsará la venta de coches eléctricos nuevos en la Unión Europea cifrada actualmente en un 10% de las nuevas matriculaciones. Esta ONG considera que los automóviles son responsables del 15% de las emisiones de CO2 en Europa y la principal fuente de emisiones de dióxido de nitrógeno.