Mercedes-Benz EQC: Su primer SUV 100% eléctrico

Mercedes-Benz acaba de desvelar, en Estocolmo y ante nuestros ojos, su flamante y esperado EQC. El primer modelo de la nueva familia EQ de automóviles eléctricos, cuya producción dará inicio en 2019, es un SUV de tamaño medio con 300 kW (408 CV) de potencia y una autonomía de más de 450 km según el ciclo NEDC. Aprovechando nuestra presencia en el evento de presentación oficial, celebrado como cita previa del festival tecnológico “me Convention”, os explicaremos de primera mano las principales características del este SUV eléctrico llamado a convertirse en archi-enemigo del no menos SUV ni menos eléctrico Audi e-Tron.

A decir verdad, del Mercedes-Benz EQC ya os lo habíamos contado casi todo, a falta de conocer su estética definitiva. El pasado 20 de junio compartimos con vosotros, en vídeo y en exclusiva para España, nuestro primer acercamiento al modelo pre-serie, aún profusamente camuflado pero casi listo para su paso a producción; y aunque no se nos dio la ocasión de conducirlo, sí pudimos transmitiros las impresiones dinámicas obtenidas durante nuestra experiencia de copilotaje.

Desde entonces hasta hoy, los datos clave del EQC no se han desviado mucho de lo “prometido”. Para empezar, se mantiene en 300 kW (equivalentes a 408 CV) la potencia máxima combinada de sus dos propulsores, uno para cada eje motriz -el sistema de tracción total 4Matic concede prioridad aldelantero mientras haya adherencia suficiente-. Por su parte, el par máximo ha subido hasta unos tremendos 765 Nm, disponibles casi desde parado como siempre sucede en los eléctricos. El resultado es una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 5,1 segundos, aunque la velocidad máxima está limitada a 180 km/h con objeto de preservar la duración de la batería.

En cambio, la batería de 80 kWh de capacidad ha visto reducida la autonomía teórica desde los 500 km anunciados hasta -y cito- “más de 450 km”, valor que en cualquier caso está pendiente de homologación. Y hablando de homologaciones: la cifra indicada corresponde al poco realista ciclo NEDC, así que veremos en cuanto quedan los resultados aplicando el más estricto y más creíble ciclo WLTP. Difícil será que el Mercedes EQC supere los 300 km de autonomía en uso real, aspecto que se convertirá en un factor muy relevante de cara a la decisión de compra.

Buena parte de la culpa está en una característica que, por desgracia, es inevitable en los coches eléctricos de la actualidad: las baterías de iones de litio pesan mucho, muchísimo. Tanto como 650 kg en el caso que nos ocupa. Así se hace difícil bajar de los 2.425 kg que pesa el vehículo en vacío, y moverlos no digamos: el consumo mixto del EQC, según las mediciones provisionales, asciende a 22,2 kWh/100 km. A falta de que vivamos un nuevo salto tecnológico, la autonomía de un coche eléctrico se consigue a base de montar baterías más grandes, y queda claro que los ingenieros de la firma germana han preferido buscar un compromiso entre la masa total y el kilometraje máximo con una sola carga.

La parte positiva de esta historia es que el EQC viene preparado para aceptar carga rápida: admite potencias de hasta 110 kW, en cuyo caso bastarían 40 minutos para elevar desde el 10% al 80% el nivel de carga de la batería. De todas maneras, el cargador de serie viene preparado para una mucho más mundana potencia de 7,4 kW, que podemos triplicar en casa instalando el wallbox correspondiente. También es bueno saber que la “navegación optimizada EQ” tiene en consideración para nuestras rutas los tiempos mínimos de recarga y los puntos de carga disponibles. Asimismo, el servicio Mercedes me Charge permite utilizar de manera sencilla estaciones de carga de distintos proveedores integrando el pago de la energía obtenida.

Por cierto: la plataforma y la cadena cinemática del EQC hace su estreno en este modelo y podrá ser adaptada a futuros automóviles de la gama EQ -cuyo segundo modelo será probablemente el compacto prefigurado por el EQA Concept-. Sabemos que los motores eléctricos no son creación propia de Daimler -que tampoco ha querido desvelar su proveedor-, mientras que las baterías de iones de litio han sido desarrolladas y fabricadas por Deutsche Accumotive, filial de la multinacional alemana. Estas baterías cuentan con refrigeración líquida e incluso calefacción para garantizar su eficacia en entornos de baja temperatura.

Pasando a la morfología del vehículo, sus dimensiones exteriores son de 4,76 m de largo por 1,88 m de ancho y 1,62 m de alto. Cuando pude contemplarlo por primera vez, vestido con todo aquel camuflaje, no me pareció mucho más grande que el Mercedes GLC; pero las cifras, que nunca engañan, lo sitúan por longitud a medio camino entre aquel y el GLE, siendo eso sí más bajo que ambos. Pero aunque la apariencia exterior del EQC es la de un todocamino, hay que tener en cuenta que la altura libre al suelo es menor de lo que parece, dado que los bajos del vehículo deben hacer sitio a la enorme batería.

En cuanto a la imagen exterior del EQC, asumo que es cuestión de gustos y por tanto no hay verdades absolutas; pero de lo que no cabe la menor duda es que el máximo responsable de diseño de Daimler, Gorden Wagener, ha querido y podido ser fiel al lenguaje visual anticipado por el concept Generation EQ, precursor del modelo definitivo. En este sentido, el exterior del EQC no supone una gran sorpresa, aunque debo confesar que los prototipos camuflados me llevaron a pensar que el resultado final sería más comedido y, por tanto, menos futurista; fijaos si no en la vistosa iluminación del frontal, que afecta incluso a la estrella de tres puntas, y los atrevidos diseños de sus enormes llantas con medida mínima de 19 pulgadas.

La vista de perfil refleja la caída del techo, no tan marcada como en un GLC Coupé pero sí lo suficiente como para mejorar la eficacia aerodinámica del vehículo. Y tal vez sea la zaga donde el resultado resulte más convencional, con la imagen típica de un SUV de tamaño medio. A propósito: ¿no os recuerdan las ópticas traseras a las de otra firma alemana de renombre?

El habitáculo mezcla elementos vistos en otros SUV de la marca con otros que estrenó el nuevo Clase A. Ciertamente hay detalles distintivos de este modelo -y de la futura gama EQ- como las molduras y acentos en ese “oro rosado” que para bien o para mal han popularizado los iPhone de Apple en los últimos años. Pero más que nada, llama la atención el cuadro de instrumentos digital de última generación, estrenado poco atrás por compacto de la marca y que presenta una superficie de cristal con dos pantallas de 10,25", táctil la del lado derecho. Estas pantallas dan acceso al sistema de infoentretenimiento MBUX (siglas de Mercedes-Benz User Experience) convenientemente adaptado a las peculiaridades de este modelo eléctrico incluyendo sus modos de conducción específicos, los flujos de energía del vehículo en uso e información sobre el estado de la carga.1

El MBUX, del que ya os hablamos con detalle durante nuestro repaso en vídeo al Mobile World Congress Barcelona 2018, destaca por ofrecer funcionalidades de inteligencia artificial. Esto le permite adaptarse a los gustos de cada usuario que, a su vez, puede comunicarse con el vehículo mediante un asistente virtual al que podemos invocar mediante órdenes de voz tal como ya hacemos con Siri, Cortana, Alexa o Google Assistant. "Hey, Mercedes!".

Las plazas traseras parecen suficientemente amplias para albergar a dos personas adultas, aunque la caída de la línea del techo provoca que no sobre mucho espacio para la cabeza; y también hay que tener cierto cuidado al entrar para no dar con el marco. El maletero, con sus 500 litros de capacidad, ofrece un volumen de carga más que aceptable para tratarse de un SUV eléctrico. Y ya que estamos hablando de la trasera del vehículo, soltamos otro dato interesante: el GLC es capaz de remolcar una masa máxima de 1.800 kg.

Como no podía ser de otra manera, el apartado de la seguridad activa está bien cubierto e incluye los asistentes de conducción que ya equipan los Mercedes-Benz Clase S y Clase E, sin ir más lógico. Lógicamente, el EQC incorpora además distintos mecanismos destinados a proteger la integridad de la batería ante posibles colisiones, perforaciones o cualquier otro tipo de accidente. En caso de choque severo, el circuito de alto voltaje se desactiva de manera automática.

En cuanto a precios, se veía venir que hoy no iba a ser el día en el que los conociésemos: tendremos que esperar al segundo trimestre de 2019 para descibrirlas. La marca afirma, eso sí, que sus precios serán contenidos para tratarse de un SUV eléctrico de estas dimensiones -vamos, que barato no va a ser-. En cualquier caso, el EQC saldrá de las mismas líneas de producción de la planta de Bremen (Alemania) en la que Mercedes fabrica otros modelos con motor térmico, y se podrá a la venta en España a mediados del año que viene.

También se anuncia que el EQC estará disponible en dos líneas de acabado, que podéis comparar en las fotografías que acompañan a este artículo. Por un lado tendremos la línea Electric Art, de estilo más chic y con detalles interiores en color "dorado rosa"; y por otro, las líneas AMG Line exterior e interior se ocuparán aportar a este SUV con un aire más deportivo. El equipamiento AMG Line da lugar a un frontal exclusivo, faldones delanteros y traseros, retrovisores específicos, llantas de 20" ó 21", volante achatado de tres radios, pedales en acero inoxidable, y tapicerías con diseño diferenciado.

Por último, un dato curioso que refleja la enconada rivalidad que mantendrán el Mercedes EQC y el Audi e-Tron: los de Stuttgart se han anotado el tanto de la presentación oficial (Audi esperará hasta el 17 de septiembre para desvelarlo en San Francisco, EE.UU.), aunque parece que los de Ingolstadt se les adelantarán en el mercado: la producción del e-Tron ya ha dado inicio esta misma semana en Bruselas. Esto de los coches eléctricos es una carrera, amigos. Lo que no está claro es si es una carrera al sprint o una carrera de fondo.