Mini ha remodelado la gama de su modelo más icónico, el Mini "hatch" tanto en las versiones de tres puertas como en la de cinco y en el Cabrio. Los cambios se concentran en el exterior, pero también cambian algunos elementos del habitáculo y se ha retocado la gama de motores. Mini pondrá a la venta esta nueva gama de versiones en el mes de marzo y no ha comunicado todavía los precios que serán similares a los actuales.
Por fuera, el nuevo Mini resultará muy fácil de reconocer ya que ha cambiado radicalmente el parachoques. La franja de plástico donde se sitúa la matrícula es ahora mucho más ancha de manera que la parrilla superior se estrecha y además, aparece enmarcada por un doble filete, uno exterior de color negro y otro interior que, en las versiones básicas es cromado. Las variantes Cooper S tiene unos parachoques diferentes en los que este doble marco no es tan evidente.
La gama de colores se amplía con un nuevo tono amarillo, otro azul y otro gris y con la posibilidad de encargar un techo con un color degradado, una solución hasta ahora inédita. Como suele ser habitual en este tipo de rediseños, también se renuevan las llantas, con cinco nuevas opciones, algunas de ellas de diseño muy extremado. También son novedad estética las molduras decorativas exteriores en el cada vez más inevitable negro piano. Los faros delanteros son ahora todos de LED y en algunas versiones el cristal tiene un tono oscurecido mientras que en la parte trasera, el diseño de los pilotos que recuerda a la bandera británica, que hasta ahora era opcional, pasa a ser de serie para todas las versiones.
En el interior se han introducido una serie de cambios de detalle que no afectan al diseño general del salpicadero, muy peculiar como en todos los Mini por la decisión de la marca de respetar la ubicación central de la instrumentación principal. Ahora son nuevos la instrumentación digital opcional tras el volante (hasta ahora era analógica y ahora puede montarse la de la versión eléctrica), el propio volante, que, por primera vez, ofrece calefacción opcional, el freno de mano eléctrico para todas las versiones, la pantalla de 8,8 pulgadas del sistema multimedia, que era opcional y ahora pasa a ser de serie en todas las versiones y las salidas de aireación que se han rediseñado. También hay una nueva tapicería para los asientos deportivos y la iluminación ambiental tiene más funciones.
La gama de motores se ha adaptado a la normativa de emisiones Euro 6D de manera que la marca puede presumir de motores nuevos cuando en realidad se trata simplemente de adaptaciones de los bloques ya existentes. Se mantienen en la oferta el motor de tres cilindros y 1,5 litros que ofrece 102 CV en la versión One y 136 en la versión Cooper y el de cuatro cilindros y dos litros con 178 CV en la versión Cooper S y 231 CV para la variante más deportiva John Cooper Works. Las cajas de cambios tampoco cambian, con la manual de seis velocidades y la automática de doble embrague de siete velocidades para los Cooper y de ocho relaciones (convertidor de par en este caso) para el John Cooper Works.
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En el apartado de ayudas a la conducción se añade la función Stop and Go al control de crucero activo para que el coche reemprenda la marcha automáticamente y se ha mejorado el aviso de salida involuntaria de carril.
La gama queda ahora integrada, en la carrocería de tres puertas por las versiones One, Cooper, Cooper S y John Cooper Works. Para el Cabrio se ofrecen las mismas versiones mientras que en el caso de 5 puertas falta el John Cooper Works. Además, hay que tener en cuenta que del Mini existe asimismo una versión eléctrica que en este comparativo en vídeo enfrentamos con el Honda-e. Las versiones diésel ya no estaban disponibles antes de la renovación y tampoco lo estarán a partir de ahora.
La bandera britanica de los focos de serie... Se hace cargante verla...