Hace más de 25 años que el monovolumen compacto Renault Scénic llegó a nuestras carreteras como una gran solución de movilidad para toda la familia. Desde 1996 hasta la actualidad, el Scénic se ha convertido en todo un referente entre los monovolúmenes del segmento C. Pero… ¿Sabías que la idea nació en 1991 con la presentación del Renault Scénic Concept?
Este vehículo de tintes futuristas y con forma de huevo sería la primera idea de Renault de cómo podría ser el coche familiar moderno. Una idea que cuajó muy bien y les animó a lanzar el primer Renault Mégane Scénic en 1996. Un éxito de ventas. Tanto es así que se llevó el premio al Mejor Coche del Año en Europa en 1997, y obligó a tantas otras marcas a seguir el camino marcado por Renault.
Tras el restyling que llegaría en 1998, en 2003 se lanzaba la segunda generación del Scénic, ya sin el nombre Mégane. Eran los Renault Scénic y Grand Scénic, ya que se vendían con dos tamaños y para 5 o 7 ocupantes.
2009 fue el año del lanzamiento de la tercera generación y, como en la anterior, estaba disponible con 5 o 7 plazas. Esta generación sufrió dos restylings durante su periplo, el primero en 2012 y, curiosamente el segundo el 2013.
La llegada de los SUV al mercado, encabezados por el Nissan Qashqai, empezó a hacer daño al segmento de los monovolúmenes, donde sus ventas empezaron a caer de forma generalizada. Sin embargo, en 2016 Renault lanzaba la última generación del Scénic, la última hasta la fecha, y ¿quizás la última?
Los monovolúmenes tienen la batalla perdida frente a los SUV, eso está claro. ¿Y que tiene pensado hacer Renault? ¡Pues unirse a la fiesta!
Este modelo que hemos podido ver en París es el futuro Renault Scénic 2024. Ahora presentado en formato concept car pero, según nos contaron los responsables de la marca, con su diseño muy similar al del futuro modelo de producción.
El Scénic dejará de ser un monovolumen para convertirse en un SUV, o más bien, un crossover en 2024. Y además será 100% eléctrico. Recordar que en 2030 toda la gama de Renault estará electrificada.
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Este concept car mide 4,5 metros de largo (4,49 m.), 1,9 de ancho (1,90 m) y 1,59 m de alto. Con una importante distancia entre ejes de 2,84 metros para ganar en habitabilidad interior.
Precisamente el interior es donde menos caso debemos hacer ya que la futurista estampa que presenta poco tendrá que ver con el resultado final. Aún así, debemos prestar atención a un punto importante, y es que el este prototipo incluye un 70% de materiales reciclados y es reciclable en un 95%. Con materiales como el plástico reciclado de botellas, el poliéster reciclado e incluso elementos de carbono reciclado.
Es un coche de cero emisiones en su fabricación y uso. Lo que reduce en un 75% la huella de carbono respecto a un eléctrico convencional.
Este prototipo es híbrido. Monta una nueva plataforma en fase de desarrollo, tiene un motor eléctrico de 217 CV, el mismo que el del Mégane E-Tech EV, situado en la parte trasera, por lo que es un coche de propulsión y puede cargarse como un eléctrico convencional. Tiene una batería de 40 kWh y además un depósito de hidrógeno en la parte delantera de 2,5 kg y pila de combustible. Es un motor alimentado por electricidad e hidrógeno, a grandes rasgos.
Esta es una solución que se está estudiando para más allá de 2030 y, según nos contaron, en trayectos cotidianos el Scénic funciona como un eléctrico convencional sin usar la pila de combustible. Sin embargo, en trayectos largos, un planificador de ruta calcula la potencia que la pila de combustible va a utilizar para limitar el consumo de la batería y evitar que el usuario deba recargar la batería durante el trayecto. Es decir, en desplazamientos largos se prioriza la utilización de la pila de combustible para reducir el tiempo de las paradas de recarga.
Repostar hidrógeno es prácticamente como echar gasolina, en 5 minutos está listo. Se estima que tendría una autonomía de 800 km y lo mejor de todo es que sólo emite… agua.
Todo apunta a que el hidrógeno será el verdadero futuro de la electrificación. Y, menos mal