El cielo es el límite
¿Quién no ha deseado alguna vez en su vida tener un descapotable en el garaje? Y es que esa sensación de conducir a cielo abierto proporciona “algo” que a la mayoría nos entusiasma. ¿Será el viento que azota la cabeza? ¿La percepción de amplitud? ¿De libertad?... Sea como fuere es ponerse al volante de un coche de estas características es toda una experiencia para los sentidos.
El modelo que hoy probamos es el nuevo BMW Serie 2 Cabrio que, como su nombre indica, se trata de la variante descapotable del cupé más pequeño de la gama BMW. Recordemos que la marca bávara decidió cambiar la nomenclatura de los modelos de cupé y similar a los números pares, y por lo tanto al que conocíamos como Serie 1 Coupé, ahora se denomina Serie 2.
El cambio de nombre llegó acompañado de la nueva generación, y como en el caso de la berlina, el modelo descapotable que hoy probamos crece ligeramente en tamaño y mejora algunos aspectos relativos a la habitabilidad. Además presenta una dinámica de conducción más refinada que aumenta la diversión al volante.
La marca espera igualar las más de 130.000 unidades vendidas del ya descatalogado Serie 1 Cabrio, un modelo que soprendentemente obtuvo muy buena acogida especialmente entre el público joven -adinerado-.
Para comprobar todos los cambios BMW nos prestó durante una semana una unidad 220i con el motor de gasolina de 184 CV asociado al acambio manual. Se trata de una variante muy apetecible que, a priori, debe mantener una buena relación entre prestaciones y consumos, la cual se me antoja como una de las más equilibradas para este modelo.
Con capota de lona
El nuevo BMW Serie 2 Cabrio es ligeramente más grande que su predecesor. Mide 4,43 metros de longitud (+10,8 cm), 1,77 m de ancho (+2,6 cm), 1,41 m de alto y dispone de una batalla alargada hasta los 2,69 metros.
La estampa que propone a simple vista, a mi parecer, está mucho más trabajada que la que presentaba el modelo anterior. Delante encontramos un frontal prácticamente igual al de la variante Coupé, con la única diferencia de que en este caso la doble parrilla ovoide está un poco más inclinada y, según el acabado, reduce el número de lamas verticales. En este caso, con el acabado Sport, sólo se incluyen siete.
La vista de costado nos descubre un habitáculo desplazado hacia atrás con una línea de cintura ascendente muy marcada. Los voladizos, tanto el delantero como el trasero, son cortos y exponen unos pasos de rueda que, en nuestro caso y de forma opcional, por 1.107 euros, enmarcan con mucho énfasis unas llantas de 18 pulgadas.
La trasera es la parte más interesante del Serie 2 Cabrio pues es donde se conjugan las principales diferencias respecto al modelo con techo. Se aprecia una mayor anchura del eje trasero y, obviamente, la tapa del maletero cambia significativamente. El marco de las ventanillas prosigue hasta el final del coche dejando un aspecto visual, cuando se descapota, totalmente recto, como si de una lancha deportiva se tratase.
La capota es de lona, como marcan los cánones, un hecho que a los más puristas seguro les parecerá totalmente acertado. Presenta un accionamiento eléctrico que permite descapotar al BMW en 20 segundos mientras se circula, siempre y cuando no se superen los 50 km/h de velocidad, a la que se le ha añadido un nuevo forro aislante más grueso que mejora tanto la insonorización como la protección contra el frio. La capota se esconde en la parte trasera y queda recogida por una tapa de caja muy bien integrada en el diseño global de la zona trasera del modelo. Las barras antivuelco de accionamiento automático quedan recogidas justo detrás de los reposacabezas posteriores.
Mejor a cielo abierto
El habitáculo es un poco más generoso que el del modelo que le precede, aunque no mucho. Su configuración de 4 plazas roza el listón de la distribución de un 2+2 dado que los ocupantes de las dos plazas traseras tendrán dificultades para acomodar el cuerpo. Poco espacio para las piernas, respaldos muy verticales y poca altura cuando se cierra la capota son los principales hándicaps con los que habrá que lidiar.
Es un coche claramente orientado para el disfrute en sus dos asientos delanteros de corte deportivo, con el añadido de poder llevar a otros dos acompañantes detrás siempre y cuando el trayecto no sea demasiado largo –por su bien-.
Una vez acomodados en el habitáculo se nos presenta un diseño del salpicadero muy clásico de BMW pero, a la vez, agradable a la vista. La calidad de los materiales es buena y los ajustes y acabados se sitúan al nivel esperado.
Nuestra unidad de pruebas montaba el sistema de navegación profesional, el cual incluye en su gran pantalla de 8,8 pulgadas funciones adicionales como el tráfico en tiempo real, reproductor de DVD, control por voz o una disco duro de 20 GB para almacenar música, además del mando iDrive Touch situado en la consola central. Todo ello, y más, por 2.572 euros ya que se trata de un elemento opcional.
Me ha gustado especialmente el volante deportivo M de tres radios, sin duda uno de los mejores que podemos encontrar hoy en el mercado. No es tan rácing como uno forrado en alcántara pero recibe un sobresaliente gracias a su aro bien grueso y por un tacto exquisito.
Los asientos cuentan regulación eléctrica que nos permite adaptar nuestra postura de conducción como mejor convenga de forma fácil y rápida. El cuero de tonalidad rojiza que veis en las fotografías, el cual se incluye en asientos y paneles en las puertas, se denomina Dakota Korallrot con acento Schwarz, y supone un sobrecoste de 1.957 euros extra. Además contaban con calefacción, que se factura a parte por 410 euros adicionales.
Si el tiempo acompaña, es un coche que debe conducirse descapotado. Es casi obligatorio. Si llevamos las dos plazas traseras vacías es recomendable instalar el paravientos para mitigar los efectos del aire que nos golpeará la cara. Además cubre por completo el hueco de los dos asientos y mejora notablemente la aerodinámica del modelo. De esta forma evitamos turbulencias en el interior y no habrá que gritar para hablar con tu acompañante si se circula por vías rápidas.
Volvemos a las cotas. El aumento de tamaño ha permitido que el maletero gane 30 litros de capacidad adicionales, que siempre vienen bien, para ofrecer un total de 335 litros útiles. Sin embargo el compartimiento donde se recoge la capota quita mucho espacio e imposibilita cargar bultos de gran tamaño. Los respaldos traseros pueden abatirse en una única sección y nos ofrecen más opciones de carga.
Motor agradable con poco brío
BMW ofrece hasta cuatro variantes mecánicas en gasolina – 218i de 136 CV, 220i de 184 CV, 228i con 245 CV y la más deportiva M235i de 326 CV- además de otras tres opciones en diésel -218d de 150 CV, 220d de 190 CV y 225d de 224 CV-. Todas las mecánicas vienen de serie equipadas con la caja de cambios manual pero el cliente podrá elegir, como opción, la instalación de un cambio automático.
La marca nos cedió una de las variantes más razonables dentro de las opciones que se ofrecen. La prueba la realizamos con la versión 220i de 184 CV, un motor potente, suave y con un consumo aceptable, asociado al cambio manual de seis velocidades.
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Bajo el capó encontramos un bloque de cuatro cilindros y dos litros, con 184 CV, como ya comentamos, entre las 5.000 y las 6.250 rpm, y un par motor de 270 Nm disponible a tan sólo 1.250 rpm que se mantiene hasta las 4.500 rpm y que asegura suficiente empuje a la hora de rodar a bajas vueltas.
Según la ficha técnica, con esta configuración es capaz de parar el crono en el 0 a 100 en unos razonables 7,5 segundos y podría llegar a alcanzar los 231 km/h, algo que obviamente no he llegado a comprobar. En cuanto al consumo y a las emisiones se le han homologado 6,8 l/100 km de media de combustible, que en nuestro caso aumentó hasta los 7,9 l/100 km tras una semana de pruebas, y unas emisiones de CO2 de 159 g/km.
El titular de este apartado resume en pocas palabras lo que realmente aporta esta mecánica. Se trata de un motor con un funcionamiento muy refinado que añade una conducción muy suave. Si lo que se busca son mayores sensaciones deberéis estirar vuestro presupuesto y decantaros, como mínimo, por la variante 228i de 245 CV. Tened en cuenta que el Serie 2 Cabrio no es un coche ligero, pesa más de 1.500 kg, y aunque el propulsor los mueva bien, no emociona.
Así como para darse un paseo es toda una delicia, no cumple con las expectativas a la hora de afrontar una conducción deportiva. La aceleración es buena pero no engancha y el motor trabaja en su máximo esplendor en la zona media del cuentarrevoluciones. Le cuesta un poco salir rápido a bajas revoluciones y en la zona más alta del cuentavueltas pierde algo de fuelle.
La opción de serie con el cambio manual, para mí, es totalmente correcta. La palanca nos ofrece transiciones cortas y rápidas y el escalado de las marchas está muy bien resuelto. Si se prefiere, para este motor, BMW ofrece la posibilidad de asociarlo tanto con el cambio automático Steptronic de 8 relaciones (+ 2.259 €) como con el automático deportivo Steptronic de 8 velocidades con levas (+ 2.662 €).
Un chasis para disfrutar
Si el motor ha sido quizás lo que menos me ha convencido del modelo, me quito el sombrero frente al chasis que monta este Serie 2 Cabrio. Su pùesta a punto es fantástica, mucho mejor que en el modelo anterior, con una armonía entre el confort y la deportividad muy bien lograda.
Es un coche que se disfruta muchísimo en carreteras secundarias cerca de la playa, descapotados, y rodando con tranquilidad disfrutando de los paisajes. Pero también ofrece muy buenas prestaciones al rodar rápido, certificando de este modo unas mejoras en la puesta a punto que le han venido como anillo al dedo.
El nuevo Serie 2 Cabrio aumenta la rigidez torsional en torno a un 20% y eso se percibe en un comportamiento más ágil y dinámico. Las suspensiones son agradables, sin ofrecer un tarado demasiado duro, pero a la vez logran reducir en gran medida el balanceo de la carrocería en los fuertes apoyos. La suspensión delantera cuenta con doble articulación y tirantes, montantes telescópicos y barra estabilizadora, mientras que en el eje trasero se encuentra una suspensión de cinco brazos.
El aumento de la distancia entre ejes, el centro de gravedad más bajo y una distribución de peso optimizada redundan en un comportamiento más vivo que el del modelo anterior. Por supuesto, la cada vez menos clásica propulsión trasera de BMW le añade un toque dinámico al asunto más deportivo.
Mediante el selector “Driving Experience Control” incluido de serie y situado junto a la palanca del cambio se puede variar el comportamiento del vehículo con tan solo apretar un botón. Cuenta con tres programas básicos: Eco Pro, Confort y Sport, pero además, con el acabado Sport Line de nuestra unidad se añade la función Sport+, aún más deportiva, que minimiza la intrusión de las diferentes ayudas a la conducción hasta un cierto punto.
Por su parte, el modo Eco Pro se destina claramente a la reducción del consumo. Cuenta con un modo de propulsión por inercia muy efectivo que puede usarse entre los 50 y los 160 km/h. Este sistema desacopla el conjunto propulsor cuando el conductor levanta el pie del acelerador y mantiene el coche al ralentí mientras avanza por inercia con su correspondiente ahorro de gasolina.
Los diferentes modos de conducción varían la respuesta del motor, la fuerza que se necesita ejercer sobre el pedal del acelerador y la dureza de la dirección y la suspensión.
Mucho equipamiento… a precio de oro
Partimos de la base que el modelo que hoy probamos es básicamente un coche de capricho, destinado al uso de fin de semana, para las vacaciones o para escapadas espontáneas. Habrá quien lo quiera para el día a día, pero seamos realistas, no es el coche más funcional del mercado. Tiene poco maletero y las plazas traseras son muy justas. Y todo ello con un precio de partida que arranca en 36.350 euros -6 millones de las antiguas pesetas-, que se dice pronto.
El modelo que hemos usado para esta prueba, con el motor de gasolina de 184 CV y cambio manual, tiene un precio que arranca en 38.950 euros al que hay que sumar la línea de equipamiento Sport Line (3.639 €). Dentro del acabado Sport Line equipaba además las llantas de 18 pulgadas (1.107 €), el tapizado interior Dakota Korallrot (1.957 €) y el control de distancia en aparcamiento PDC (246 €).
Ahí no queda la cosa pues la pintura Glaciersilber metalizada para la carrocería se factura a 849 € adicionales, así como la capota antracita (185 €), el sistema de navegación Professional con la pantalla de 8,8 pulgadas (2.572 €), el cuadro de instrumentos con contenido ampliado (185 €), los servicios Connected Drive (431 €), el acceso confort y arranque sin llave (480 €) y la calefacción de los asientos delanteros (406 €).
Con este equipamiento adicional, muy completo sí, pero nada del otro mundo, nos plantamos en la friolera cifra de 52.124 euros como precio final de la unidad probada. Un precio que se antoja por encima de lo que realmente ofrece este modelo.
El equipamiento de serie incluye únicamente el control de crucero con función de frenado, asientos deportivos, el paquete de compartimentos, los faros antiniebla, las luces de xenón con función de cruce y carretera, el paquete iluminación y los neumáticos runflat.
El BMW Serie 2 Cabrio es un coche que se disfruta mucho a cielo abierto, está bien acabado y se comporta mejor que el modelo anterior, pero es difícil llegar a justificar un precio tan elevado teniendo en cuenta que puedes configurar un Opel Cabrio desde 31.000 euros, el nuevo Ford Mustang Convertible de 310 CV prácticamente al mismo precio que este BMW (desde 43.500 €), el Nissan 370Z Roadster con motor V6 de 328 CV desde 41.750 € o el mejor descapotable biplaza del momento, el Mazda MX-5, que arranca en 25.000 euros.
La llegada de la nueva generación del Serie 2 Cabrio podría significar un buen momento para rebuscar en el mercado de segunda mano en busca de una unidad de primera generación. En coches.net tenemos anunciados 131 modelos BMW Serie 1 Cabrio. Además, si prefieres ahorrarte un buen pellizco, también tenemos 10 anuncios del Serie 2 Cabrio de segunda mano con muy pocos kilómetros y de Km0. Echa un vistazo.
...continuo. De heho España es uno de los paises con mayor desproporción entre lo que ganas y lo que cuesta un coche. Y vende mucho lo que sea más caro y lo que más nos endeude. Cualquier flautin lleva el ultimo iphone.