¿Puede un SUV de segmento B de apenas 4,12 metros de largo ser un coche premium y costar 35.200 euros? Esta es la pregunta que interemos resolver con esta prueba del DS3 Crossback con el motor de gasolina más potente, cambio automático y el equipamiento más completo fruto de combinar el acabado Grand Chic con el ambiente interior Opera. Un coche original estéticamente, que ofrece una elevada calidad percibida y que tiene pocos rivales en su segmento.
DS está convencida de que hay mercado para un coche así. Conste, y así hay que decirlo, que el nuevo DS3 Crossback se vende desde 23.700 euros con el motor de gasolina de acceso a la gama y con el acabado más sencillo (enlace al artículo del primer contacto con la gama completa de este modelo). Nuestra unidad, sin embargo, parte de 35.200 euros, cantidad a la que hay que añadir los 500 euros de la pintura metalizada, los 400 del techo en negro, los 900 del citado acabado interior Opera, los 750 del paquete de seguridad ampliada y los 610 de los asientos eléctricos con calefacción y masaje. Total: 38.360 euros tal como está en esta prueba. Full equip.
DS es la marca premium del Grupo PSA. Crear una marca de la nada en un segmento tan competitivo como es el premium, dominado con mano de hierro por las marcas alemanas no es fácil. Y más si, siendo una marca más del Grupo PSA, DS tiene que construir su gama sobre plataformas pensadas para coches de gran volumen. Es el caso de este DS3 Crossback que usa la nueva plataforma modular de PSA para el segmento B, la misma que emplean el nuevo Peugeot 208 (video de este modelo en el pasado salón de Ginebra) y el recientemente presentado Opel Corsa (información de la versión eléctrica en este enlace) Como ambos, el DS3 Crossback tendrá muy pronto una versión 100% eléctrica llamada e-Tense que probaremos a su debido tiempo.
Estéticamente, este es un coche rompedor. Tiene una parrilla delantera grande, muy trabajada en su diseño, unos faros diurnos de LED a modo de lágrimas, al estilo de Renault o de Peugeot, un lateral en el que destacan las manecillas de las puertas emergentes, que eliminan ruidos aerodinámicos y la famosa "aleta de tiburón" heredada del DS3 existente hasta ahora y que queda menos atractiva en este caso al contar el coche con puertas traseras. Por detrás destacan los escapes dobles y el filete cromado que une ambos pilotos.
En cualquier caso, el coche tiene unas formas muy redondeadas, suaves y agradables, que no generan rechazo y no suponen ningún tipo de revolución formal. Lo cierto es que DS ha tenido que construirse una imagen a base de una estética que le permita diferenciarse del resto, una estética sofisticada, que busca trasladar al automóvil ese glamour del mercado del lujo que, dicho sea de paso, los franceses dominan como nadie.
Por cierto, los faros delanteros son de LED, se adaptan a la carretera, varían la anchura y la profundidad del haz en función de la velocidad y del tipo de vía ya que son faros inteligentes, cambian automáticamente entre cortas y largas y no deslumbran. La visibilidad nocturna es uno de los puntos fuertes de este modelo.
El DS3 Crossback ofrece numerosas posibilidades de personalización. La carrocería puede encargarse en 10 colores diferentes y existe la posibilidad de optar por un techo contrastado en tres tonos, blanco, negro o granate. Además, existen 10 diseños diferentes de llantas a elegir.
El rombo, protagonista
El rombo es el elemento más significativo del habitáculo. Lo encontramos por todas partes: en los mandos de la consola central, en el botón de puesta en marcha, en las luces de lectura del techo (de LED), en todas partes salvo en la tapicería de cuero, de muy alta calidad, que sigue un patrón diferente.
En el interior del DS3 Crossback se ha buscado calidad y diseño. La primera es evidente. Hay pocos coches de este segmento con esta calidad. El tacto de todos los materiales es muy bueno, los asientos tienen un mullido con espuma de doble densidad, muy cómoda, el cuero es fantástico y las teclas de la consola y los tiradores de las puertas son de aluminio. Por eso sorprende que la parte baja de las contrapuertas sea de un plástico algo basto.
Y luego está el tema del diseño, que condiciona en algunos casos la funcionalidad. Los elevalunas no están en las puertas. Y eso que espacio para ello, pero DS los ha colocado en la consola. No nos gustan nada ahí. Los preferimos en las puertas. Los botones para el acceso a los menús de la pantalla son un poco raros. Basta con acariciarlos, pero no tienen recorrido y a veces, no sabes si los has accionado correctamente. Todo es acostumbrarse. Además, para cosas como subir el volumen, preferimos las ruedecitas.
La pantalla central es grande y está en una posición perfecta, con menús fáciles, aunque haya que pasar por las teclas para seleccionar la funcionalidad que deseamos. Y con un toque de sofisticación en la presentación que no tienen un Peugeot o un Citroën. El navegador es de serie en este acabado como lo es la compatibilidad con Apple Car Play y Android Auto, la función Mirror Link y el cargador inalámbrico del móvil.
También es de serie la instrumentación digital, configurable, que cambia de color al accionar el modo sport y que puede parecer pequeña. Es cierto que la pantalla no es muy grande, pero… tenemos de serie un head-up display a color sobre lámina de metacrilato que será casi lo único que consultaremos porque está donde debe y ofrece la información que toca. El volante es de cuero, está achatado por debajo y tiene levas para el accionamiento del cambio. La verdad es que encontrar una buena posición de conducción es fácil y uno se siente en seguida a gusto en este coche. Pero hay un pero.
Se trata de la visibilidad. Hacia delante es justa. El parabrisas no es muy alto, el retrovisor está casi en el centro, la pantalla es alta y tenemos el head-up display que es de un tamaño muy generoso. No tenemos una visión panorámica que digamos ya que el parabrisas es estrecho y hay muchas cosas entre nuestra posición y el cristal que abultan mucho. Además, los montantes son muy anchos y eso dificulta la visibilidad de tres cuartos en los cruces y las incorporaciones.
Las plazas traseras no son muy grandes, aunque no debemos olvidar que estamos en un coche de segmento B. La distancia entre filas es correcta para un coche de su tamaño pero la anchura hace que las plazas traseras sean claramente para dos ocupantes. El espacio al techo no es enorme y la visibilidad hacia fuera, con las aletas de tiburón estrechando la superficie acristalada, no es la deseada. En definitiva, que los pasajeros traseros están peor tratados que los que viajan en las plazas delanteras.
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Por lo que respecta al maletero, no tiene apertura eléctrica. El botón de desbloqueo está situado muy abajo, encima de la matrícula, de manera que puede ensuciarse con dificultad y, una vez soltado el cierre, hay que meter la mano entre el portón y el parachoques para elevar el portón, lo que nos lleva a ensuciarnos la mano de nuevo. No parece muy práctico.
El maletero tiene 350 litros, que es un tamaño correcto para un coche de este segmento. Correcto, sin más. No tiene doble fondo y el respaldo trasero se abate por mitades asimétricas como suele ser habitual generando un escalón una vez abatidos los asientos. Bajo el piso, encontraríamos una rueda de repuesto siempre que no hayamos encargado el equipo de audio Focal que cuesta 900 euros y que viene acompañado de un kit antipinchazos ya que usa el hueco de la rueda para el subwoofer!.
Nos ponemos en marcha
Lo que más sorprende del DS3 Crossback es la suavidad y el silencio de marcha. No es nada habitual en un coche de este tamaño y menos tratándose de un motor de tres cilindros aunque sea de gasolina. DS dice que el confort debe ser también acústico y la verdad es que lo ha conseguido. Que paz, que silencio al volante, que tranquilidad de espíritu transmite este coche. Si da apuro incluso acelerar. Lo único que no me ha convencido es el start-stop. No es que sea brusco. Hay coches más bruscos y otros menos, todo sea dicho, pero es que el DS3 Crossback es tan silencioso y filtra tan bien que la pequeña vibración del start-stop resulta incluso molesta.
El motor es el tricilíndrico de 1,2 litros de PSA que ya conocíamos en versiones turbo de 100 y 130 CV, ambas disponibles también para este coche. En nuestra unidad, sin embargo, disponemos de la última versión desarrollada con 155 CV de potencia. El motor va acoplado a una caja de cambios de 8 velocidades automática manejable con las levas tras el volante. La caja no es muy rápida y salta a la marcha superior al acercarse al corte, incluso en modo sport pero en un uso en ciudad y en autopista es un modelo de suavidad hasta el punto de que parece que no exista.
El rendimiento de motor y cambio es muy bueno para los que quieran conducir con tranquilidad. Todo es muy suave, muy silencioso, muy agradable. Si DS quiere competir en el mercado premium debe hacerlo bien en este apartado. Debe ofrecer el confort de marcha como una de sus características principales y esto, que ya sucede en el DS7 Crossback se ha trasladado de manera insólita al DS3 Crossback. Y digo insólita porque no es normal que un coche tan pequeño, con una plataforma de gran volumen, resulte tan agradable tan confortable, tan silencioso y que invite tanto a hacer kilómetros con él. La marca habla de SUV urbano, pero con este motor y este cambio, este DS3 que es ideal en ciudad por su suavidad, es también un coche de autopista con el que hacer viajes largos sin ningún tipo de problemas.
Y que pasa cuando nos metemos en una carretera de montaña. Pues que resulta también sorprendente. Los que esperábais un coche ramplón, de suspensión muy blanda, poco ágil y nada reactivo os llevaréis una pequeña sorpresa. Ojo no es un 208 GTi, por supuesto, pero tampoco tiene el comportamiento habitual en un SUV. Es más un turismo que un crossover, con un toque de deportividad inesperado, una suspensión que filtra bastante y que incluso llega a ser un poco seca en algún momento, al final del recorrido de compresión.
En los apoyos fuertes parece que la suspensión trabaje como en dos fases. Que aguante el primer apoyo y que después, ceda un poquito más, lo que te descoloca un poco, sobre todo si ya has empezado a acelerar. Tiene una dirección precisa, con algo de holgura al inicio pero que transmite un buen feeling y unos frenos no extraordinariamente potentes, que no dan síntomas de fatiga.
El coche tiene modos Eco, normal y sport pero la afectación es poca. Al no existir la suspensión pilotada, el modo elegido afecta de manera notable a la caja de cambios, que estira bastante más las marchas en modo sport y retiene mucho más en las frenadas, también al motor, algo más reactivo y con un sonido más evidente y a la dirección, que se endurece y parece que gane en precisión.
Las prestaciones no están nada mal con un 0 a 100 en 8,2 segundos, una velocidad máxima de 208 kilómetros por hora y una capacidad de recuperación más que correcta gracias a la buena disponibilidad del motor, que empuja con alegría y al cambio que, sin ser muy rápido, si tiene relaciones cortas que ayudan a sacar un buen partido al propio motor.
Por lo que respecta al consumo, otra buena noticia. En una semana de uso, conseguí, sin emplearme a fondo para ello, una media de 6,2 litros a los 100, muy buena para un coche de gasolina automático y no muy alejada de los 5,5 litros que da la marca como consumo homologado.
¿35.200 euros?
Es mucho dinero, sí, pero a todo el equipamiento que hemos citado, hay que añadirle el sistema de mantenimiento de carril, el sistema de reconocimiento de señales de tráfico, la alerta de riesgo de colisión, el sensor de ángulo muerto, la cámara de marcha atrás y las llantas de 18 pulgadas.
Hacerse un nombre en el mercado premium no es fácil, al menos en Europa, pero DS ha optado por un camino concreto y va a ir con él a muerte. Diseño, interpretación a la francesa, es decir, algo preciosista, del concepto de lujo, confort y refinamiento elevados, incluso en este segmento y un equipamiento de seguridad de primer nivel. Este DS3 Crossback, casi sin rivales en este segmento puede presumir, al menos, de ser muy coherente con la idea de la marca y de haber trasladado a un coche de pequeño formato todo lo que representa DS.
La seguridad ? NUNCA se comenta nada en los comentarios de este ni otros coches , si en lo grande o pequeña que sea una pantalla y lo bueno de no mancharse los pantalones al entrar en el coche