Probamos el Audi RS7 Sportback 2020, la versión más deportiva del A7 con motor V8 biturbo de 600 CV. El Audi RS7 Sportback es una especie de punto intermedio entre las prestaciones de un RS6 y la prestancia de un S8. Ya está a la venta en España desde 148.060 euros, ahora bien con los extras esta unidad llega hasta los 204.290 euros. Un coche que llega para competir contra Mercedes-AMG GT 63 S y Porsche Panamera Turbo.

Se trata de un coupé de 4 puertas de gran formato con una capacidad interior digna de un familiar. Ya se sabe, hoy en día está de moda la cocina fusión. Y el RS7 es una especie de plato en el que se combinan cocinas de diferentes estilos.
Hace tres años tuve la ocasión de probar un RS7 Sportback Performance con escapes Akrapovic. Ofrecía una agilidad insólita para un coche de semejante tamaño y peso. Animado por un V8 biturbo de 605 CV brindaba una capacidad de empuje digna de un cohete espacial.
No pasa desapercibido
Esta segunda generación del RS7 Sportback presenta un diseño frontal mucho más llamativo que el del modelo anterior. Para mi, la primera iteración de RS7 tenía algo más. Lograba un mejor equilibrio entre elegancia y brutalidad en sus líneas. Este es algo más exagerado sin que el coche lo necesite ser tanto.
La calandra tiene unas dimensiones inconmensurables. Es lo que tienen las modas, cuando llegan sorprenden a veces para bien otras no tanto. Y hay a quien convencen nada más llegar y otras no terminan de gustar del todo.
En todo el exterior vemos detalles en carbono. Unas inserciones en la preciada fibra compuesta que evidentemente no son de serie. Estas piezas de carbono para el frontal, el lateral y la trasera suman 6.130 euros.
El color escogido para esta unidad es el azul Navarra. Todos los colores de Audi RS reciben el nombre de un circuito, en este caso hace referencia a un circuito español, el Circuito de los Arcos en Navarra.
Las aletas sobredimensionadas hacen que el RS7 sea 40 mm más ancho que un A7 convencional, llegando a los 1,95 metros. Tampoco es corto, con 5 metros de longitud y si que se mantiene bajo con 1,42 metros de altura. Sobre la báscula anuncia 2 toneladas.
De serie monta llantas de 21”, aunque esta unidad ha sido configurada con unas opcionales de 22” que añaden 3.000 euros a la factura final. Unas llantas de diseño futurista que calzan neumáticos Pirelli PZero con marcaje de fábrica con medidas 285/30-22.
A través de los radios de las llantas podemos ver el equipo de frenos carbono-cerámico. Otro extra más que añadir. Discos de 440 milímetros de diámetro con pinzas de 10 pistones que forman parte del paquete deportivo RS plus que cuesta 16.480 euros. Un paquete que también incluye diferencial trasero deportivo, dirección en el eje trasero y limitación de velocidad máxima ampliada de 250 a 305 km/h.
Como es tradición en los RS y R8 las salidas de escape son ovaladas de gran formato. Bueno, son unos embellecedores, puesto que las terminaciones reales de los escapes están ahí dentro. Al igual que en el resto de la carrocería cuenta con detalles de color negro como son los logos RS7 o los mismos cuatro aros de Audi.
4 plazas y un maletero gigante
Dentro mantiene la estética deportiva que se respira en el exterior. Las calidades a bordo son las que esperas encontrar en un coche de 150.000 euros. Materiales de primer nivel y ajustes intachables.
Todo ello combinado con la última tecnología de la mano de pantallitas de gran formato, todos los asistentes que puedas imaginar y cámaras de visión nocturna. La pantalla del salpicadero es háptica y tiene feedback acústico. Así simula el efecto de presionar un botón real.
Cuando presionas esta pantalla con el dedo te das cuenta de que acabas de seleccionar una funcionalidad. Eso sí, para terminar de dar la orden tienes que presionar la pantalla como si fuese un botón físico, de lo contrario si sólo pasas el dedo sin ejercer presión no se ejecuta.
Lo que más cambia con respecto a un A7 convencional es el botón RS Mode que hay en el volante. Con él accedemos a dos modos de conducción que tengamos previamente preseleccionados a nuestro gusto. Un botón que recuerda mucho a los botones M1 y M2 que BMW estrenó con el M5… y que siguieron en el M8…
El equipo de audio Bang&Olufsen Advanced es un extra de 6.990 euros que está formado por 19 altavoces, amplificador de 19 canales, subwoofer, sonido 3D y una potencia de 1.820 vatios.
Los asientos delanteros sujetan bien, pero al mismo tiempo son muy cómodos. Estos además disponen del masaje opcional, algo que agradeces a la hora de hacer largos viajes. Unos asientos que también son refrigerados y calefactados.
La segunda fila es de 2 plazas, con un asientos de corte deportivo que sujetan bien tanto a nivel de respaldo como de banqueta. Este es un coche deportivo de altas prestaciones y es de agradecer que se tenga en cuenta también a los pasajeros de las plazas traseras.
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El maletero del RS7 es idéntico al de cualquier Audi A7. En configuración estándar brinda un espacio muy amplio y largo con una capacidad a bandeja de 535 litros. Siempre que lo necesitemos podremos abatir los respaldos de la segunda fila para ampliar hasta los 1.390 litros.
Avión avión
Su motor V8 de 4 litros sobrealimentado por dos turbos declara 600 CV de 6.000 a 6.250 rpm y 800 Nm de 2.050 a 4.500 rpm. Una mecánica descomunal que ofrece una capacidad de empuje digna de un avión a reacción. Es una barbaridad.
Monta el escape opcional deportivo RS que cuesta 1.845 euros. No suena nada mal, ofrece una musicalidad agradable, una nota bastante parecida a la del Bentley Continental GT V8. No en vano estamos hablando del mismo motor…
A mi me gustaría que el sonido fuese todavía más salvaje, más macarra. Siempre existe la posibilidad de recurrir a una marca de aftermarket y montar una línea de escape de firmas especializadas como Akrapovic o Milltek.
Las prestaciones son de escándalo con un 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y una velocidad punta de 305 km/h. Lo normal en este tipo de coches es que la punta esté limitada a 250 km/h. Esta unidad al contar con el paquete deportivo RS pasa de 300 km/h. Como no podía ser de otra forma tiene Launch Control.
La caja de cambios es la ZF de 8 relaciones que en tantas ocasiones he probado. Una caja automática con convertidor de par que ofrece un comportamiento suave y confortable en modo “D” y que en modo manual es manual de verdad.
El sistema quattro en condiciones estándar reparte el par de forma tipo 40:60, aunque es capaz de mandar hasta un 85% del par al eje trasero o hasta un 70% al eje delantero. Además, cuenta con un diferencial deportivo que se encarga de gestionar el reparto entre ambas ruedas posteriores.
La hibridación ligera que equipa de serie con un sistema eléctrico de 48 voltios te permite seguir moviendo el coche con el motor térmico completamente parado, así como arrancar y parar de forma más veloz.
De serie el RS7 recurre a un sistema de suspensión neumática. Una suspensión que en posición estándar lo hace 20 mm más cerca del suelo que un A7 normal. Al pasar de 120 km/h reduce en 10 mm adicionales la altura libre para mejorar la aerodinámica.
Este RS7 no obstante recurre a la suspensión deportiva opcional llamada DRC o Dynamic Ride Control. Con respecto a la neumática reduce todavía más la altura libre al suelo en 4 milímetros adicionales.
Con esta suspensión Audi busca ofrecer una solución más enfocada a la conducción deportiva, para reducir así el balanceo de carrocería. Los amortiguadores están interconectados de forma cruzada en diagonal. El delantero izquierdo con el trasero derecho, y el delantero derecho con el trasero izquierdo. Entre estos hay una válvula que se encarga de repartir el aceite del circuito para así aportar un extra de dureza. Algo similar al sistema que equipa el McLaren 720S.
La guinda del pastel la pone el eje trasero direccional. A baja velocidad las ruedas traseras pueden girar hasta 5 grados en sentido opuesto a las delanteras. A mayor velocidad giran en el mismo sentido de giro que las del tren anterior.
Se notan mucho las inercias, por lo general tiende a querer irse de morro. No es que no sea ágil, que lo es, pero le falta un punto para mi gusto. Si lo comparo con el BMW M5 por ejemplo, el M5 es más comunicativo, entra de forma más neutra en la curva y eso que es un coche de tamaño y peso muy similar.
En resumidas cuentas
El coche debo reconocer que es espectacular. Su motor V8 anda muchísimo, el chasis es cómodo y encima el habitáculo ofrece el nivel de lujo que esperas en un coche de este nivel. Ahora bien… Más de 200.000 euros es un precio.
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Me rindo ante esta fenomenal obra de arte. No puedo decir más. La emoción me embarga.