¿Un coche pequeño con 150 CV con espíritu deportivo? Los dos modelos que comparamos hoy responden a esta descripción. El Ford Fiesta 1.0 Ecoboost ST Line X de 155 CV, recién rediseñado, y el Skoda Fabia Monte Carlo de 150 CV son dos polivalentes de lo más interesantes con motores de gasolina de buen rendimiento y bajo consumo y equipamiento máximo.
Consulta todas las ofertas de Ford Fiesta nuevos, de KM0 o de segunda mano aquí
Consulta todas las ofertas de Skoda Fabia nuevos, de KM0 o de segunda mano aquí

El Ford Fiesta acaba de sufrir un lavado de cara de media vida que será el último ya Ford ha puesto fecha de caducidad al coche. En concreto se dejará de producir en junio de 2023. Tiene un morro ligeramente diferente, con faros de nuevo diseño, parachoques específicos y el logotipo de la marca ha pasado de estar sobre el capó a integrarse en la parrilla. Las parrillas de los Fiesta son distintas en función del acabado y, como en todo restyling que se precie, hay nuevos diseños de llantas y nuevos colores de carrocería. Ah, y, por cierto, ya no hay, para el mercado español Fiesta de 3 puertas.
El Skoda Fabia es nuevo. Todo él es nuevo. Es el último modelo del Grupo Volkswagen desarrollado sobre la plataforma MQB y llega años después de Polo e Ibiza. Para esta prueba hemos recurrido a una versión Monte Carlo, la más deportiva. Parrilla, inserciones del parachoques, taloneras, carcasas de los retrovisores, techo, logotipos y llantas. Todo en negro brillante. Estas son las características diferenciales del Monte Carlo. El resto, como cualquier otro Fabia, con un diseño muy Skoda en el frontal y en la trasera.
El Fabia es más grande que su rival. Mide 4,10 metros por 4,07 del Fiesta, pero donde más diferencia hay es en anchura (1,73 el Fiesta por 1,78 el Fabia). En altura, 1,46 el Fiesta por 1,48 el Fabia, aunque tiene truco ya que el Fiesta, al ser un ST-Line X está rebajado un centímetro con respecto del resto de las versiones. En la distancia entre ejes se impone el Skoda: 2,49 contra 2,56, seis cm más que, en coches así, son muchos.
El Skoda es más amplio en todas las cotas de las plazas traseras. Tiene más espacio para las piernas, aunque con menos diferencia de lo que esperábamos, ya que el Fiesta tampoco está mal en este apartado, pero, sobre todo, gana a su rival por mucho tanto en la anchura interior (nada menos que seis cm más) como en altura, donde en el Fiesta disponemos de cinco cm menos. Y eso se nota. Hoy en día es casi imposible ganar en habitabilidad a un Skoda y el Fabia vuelve a demostrarlo. Si vais a usar habitualmente las plazas traseras, el checo se impone.
Maleteros. Otra victoria del Fabia. Indiscutible, de nuevo. El Ford Fiesta tiene un maletero de 311 litros, que es pequeño para un coche de este segmento. Con los asientos abatidos, nos iremos a 1.093 litros. El del Fabia, por su parte, es de 380 litros, lo que le convierten en el mejor del segmento en este apartado y, con la segunda fila abatida y gracias a su superior distancia entre ejes, la ganancia es de 100 litros ya que homologa 1.190.
El Fabia podría tener un doble fondo (es opcional) debajo del cual podría montarse una rueda de recambio, algo que parece cada vez más difícil de encontrar en los coches actuales, mientras que en el Fiesta pasa exactamente igual; kit antipinchazos y si pasa algo, a llamar a la asistencia, que para eso la pagamos.
En las plazas delanteras, el Skoda presenta una mayor calidad percibida y un diseño más deportivo. El Fabia Monte Carlo, además de todos los detallitos en rojo en el salpicadero, las puertas, la consola central y la tapicería de tela, monta asientos deportivos, con el reposacabezas integrado, que sujetan muy bien el cuerpo, pero a los que les falta algo más de apoyo lumbar, ya que la parte baja de la espalda va muy suelta y eso fatiga en viajes largos.
La instrumentación es digital, la pantalla central es de 10,25 pulgadas sin navegador, aunque podemos conectar de manera inalámbrica nuestro móvil y usar Google Maps y el equipo de climatización se mantiene parcialmente debajo, lo que nos evita usar la pantalla para todo. Ésta da servicio al equipo de sonido, al teléfono y a la cámara de marcha atrás, entre otras funciones y el coche dispone de cargador para teléfonos móviles. Y del ya famosos paraguas en la puerta, por si hay chubasco inesperado.
En el Fiesta, que es como más abigarrado y menos elegante, con esas formas redondeadas un poco demodés, tenemos también una instrumentación digital configurable que cambia con el modo de conducción elegido, el climatizador separado, una pantalla central que también permite usar los teléfonos móviles y facilita la vista de la cámara de la marcha atrás y un cargador de móviles.
El Fiesta tiene un ajuste correcto, aunque el Fabia da más impresión de calidad. Los asientos del Ford no son tan aparentes ni sujetan tanto el cuerpo en las curvas, pero nos parecieron más cómodos en tiradas largas. Y ojo que hablo de los asientos, no del confort general del coche que eso será otro cantar.
Motores
El Fiesta tiene uno de los habituales motores de la familia Ecoboost de tres cilindros y un litro de cilindrada (el Fiesta solo tiene motores de 3 cilindros, incluso en su versión ST), con un sistema de hibridación ligera de 48 voltios. Ergo, tiene etiqueta Eco. El motor va acoplado, sí o sí, a una caja de cambios manual de seis velocidades. Si queremos una automática deberemos bajar a la versión de 125 CV de este mismo motor.
El Fabia, en cambio, monta un motor de cuatro cilindros con desconexión de dos de ellos en fases de baja demanda. Es un motor de 1,5 litros y 150 CV que, no obstante, no tiene ningún tipo de electrificación, como no la tiene ningún coche del segmento B del Grupo Volkswagen. La caja de cambios es sí o sí la DSG de siete velocidades y si queremos un Fabia Monte Carlo manual deberemos optar por la claramente menos prestacional versión de 110 CV que, esa sí, es de tres cilindros y un litro como el motor del Fiesta.
Vamos a ver ahora en que se traduce esa diferencia de propulsores a la hora de rendir en carretera. Lo primero es constatar la diferencia de sonido, sobre todo al ralentí y a bajas vueltas. El motor del Fiesta traquetea, como todos los tres cilindros, mientras que el del Fabia gira mucho más suave y discreto.
El motor del Skoda se muestra muy suave. Entrega la potencia desde abajo, pero de una forma muy plana sin ninguna estridencia. Va subiendo de vueltas con suavidad y hasta alcanzar la potencia máxima entre 5.000 y 6.000 vueltas. El par máximo está entre 1.500 y 3.500 vueltas y es de 250 Nm. Esas cifras se transforman en sensaciones al conducir y es en esa franja donde se nota como va aumentando la potencia.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
El motor, por lo tanto, es muy plano y, a veces, parece que no acelere tanto, pero es un coche muy eficaz que tiene respuesta en cualquier zona del cuentavueltas. Además, dispone de un cambio DSG que no es ninguna novedad y que va muy bien. Es efectivo y suave, para ciudad es comodísimo y tiende a buscar el menor consumo posible en una marcha larga, pero, por el contrario, en carreteras reviradas ese intento de gastar menos provoca ciertos desajustes, de modo que es mejor usarlo manualmente con las levas.
El motor de 3 cilindros del Fiesta tiene una potencia de 155 CV y 220 Nm de par máximo, es decir, menos que el Fabia, pero, sin embargo, da la sensación al conducirlo de que es un motor más vivo, que transmite más. A partir de 1.000 vueltas empieza a empujar, pero cuando llega a 3.000 da un empujón, se nota cómo entra la potencia y eso transmite más sensación de deportividad. Es verdad que en la parte final se estanca un poquito respecto al Fabia, pero es un muy buen motor y tiene una respuesta fantástica.
En el apartado del cambio, con el Fiesta no tenemos problemas ya que no es automático y donde esté un buen manual, sobre todo para una carretera de curvas, que se quiten los automáticos. Es menos práctico en ciudad, pero en carretera es mejor ya que tiene buen tacto y es muy preciso en la entrada de las marchas.
Para hablar del chasis hay que tener en cuenta que los Fiesta ST-Line X de 155 CV llevan un tren de rodaje deportivo sobre un bastidor muy ágil. Tienen la suspensión más firme que el resto de Fiesta, están rebajados 1 centímetro y presentan ese toque deportivo que Ford suele dar a sus productos con las siglas ST.
El Fabia, en cambio, por mucho Monte Carlo que se llame, no tiene nada de especial. Es igual que cualquier otro Fabia con esta mecánica; un Style, por ejemplo. No cambia la suspensión, ni los frenos. Y Skoda, cuando no coloca las siglas RS de por medio, no destaca por hacer coches de suspensiones firmes. De todos modos, ofrece, en opción, la suspensión deportiva que llevaba nuestra unidad.
El Skoda transmite una muy buena sensación en carreteras viradas porqué está bastante aplomado y tiene una dirección con muy buen tacto y bastante directa; no tanto como la de su rival, pero transmite muy buenas sensaciones y en los cambios de trayectoria la carrocería no se mueve demasiado y eso incrementa la sensación de seguridad. Es un coche que se inscribe muy bien en las curvas cerradas y en las largas transmite una sensación de conducción fácil y segura.
La frenada es efectiva y tiene un tacto de pedal bueno, aunque al inicio tiene como un pequeño salto que repercute en el pedal, pero que es una cuestión de sensación y no afecta en absoluto a la eficacia de la frenada.
Dinámicamente, el Fiesta se muestra más ágil ya que la dirección es más directa. Tiene la entrada a la curva muy rápida y precisa porque, además, tiene un volante con un grosor perfecto que ayuda a tener buenas sensaciones. En las curvas rápidas también tienen muy buena estabilidad, pero en los cambios de dirección y en las curvas largas parece más blando que el Skoda y en los cambios de trayectoria se nota algo más impreciso. El morro, sobre todo, parece que flote un poco y que oscile un poco, pero son matices.
El Fabia, en zonas más rápidas, pero con curvas, transmite un poquito más sensación de aplomo, pero el Fiesta, en carreteras viradas, es más divertido, más ágil y, a la postre, más efectivo. En el apartado de frenos hay pocas diferencias entre ambos con un tacto muy parecido de la dureza del pedal y una efectividad muy buena en ambos casos.
Nos queda por ver el consumo. El Fiesta homologa 5 litros a los 100 por 5,6 del Fabia, pero en la realidad, el checo gasta poco para ser un cuatro cilindros. En autopista, a 120 de marcador y supongo que desconectando de vez en cuando dos de los cilindros, hace 5,2 litros sin problemas. El Fiesta tampoco es que gaste mucho más. A 120 se queda en 5,4, aunque, eso sí, es más sensible al incremento del ritmo y cuanto más corres y más aceleras más se amplían las diferencias a favor del Fabia. Por cierto, que en velocidad máxima están parejos, con 225 km/h. para el Skoda y 219 para el Ford y la aceleración es mejor en el checo: 8 segundos por 8,9 del Fiesta, lastrado en este caso por el cambio manual.
Precios de venta
Hemos configurado nuestros coches en los configuradores de las marcas y antes de posibles ofertas, el Skoda Fabia tiene un precio en esta versión Monte Carlo de 26.470 euros incluyendo la pintura metalizada que es obligatoria ya que no hay ningún color gratis. El techo negro sí es una opción gratuita. En el Skoda hay muchos elementos que deben pagarse aparte, de modo que nuestra unidad se iba a 30.800 euros, que es bastante dinero.
El Fiesta vale, de precio de tarifa, 26.244 euros y viene más equipado que el Fabia de serie. Nuestra unidad, con algunas ayudas a la conducción extra y algún que otro opcional más se iba a 27.900 euros, que son 3.000 menos que el Skoda equipado a tope.
El Fabia acaba de llegar y se nota, ya que juega con la ventaja de llegar el último y de aplicar las virtudes de la marca: espacio, capacidad de maletero, buen acabado, diseño sin estridencias y con un toque deportivo y un conjunto motor cambio suave y de excelente rendimiento con un consumo aquilatado. Un coche rápido, que no deportivo, a precio no tan asequible como debería. Y el Fiesta, más veterano, con un toque más deportivo, un motor más enérgico en alta, más ruidoso, con un chasis más dinámico y con la ventaja del precio de venta más ajustado.
E
El Fabia es uno de los mejores cuatro metros del mercado, eso sí, con un acabado medio y un motor de 110 cv. Con esa configuración y con descuentos de la marca el coche se queda en menos de 19.000 euros. Lo malo?, no contempla ningún motor elétrico, una pena.