Seat tiene mucho que celebrar en este 2018, próximo a su fin. Mirando al futuro, ha puesto en marcha su nueva marca deportiva Cupra; de cara al presente, ha lanzado su primer SUV de 7 plazas, el Tarraco. Y recordando su pasado, el Seat 124 ha cumplido 50 añitos. Para celebrar su aniversario, damos un paseo por la historia de este coche tan inolvidable, “retroprueba” incluida:
Para la ocasión, pedimos Seat Coches Históricos que nos dejase probar el modelo original; pero dado que tanto ellos como nosotros somos gente de recursos, os traemos nada menos que tres unidades distintas, correspondientes a las tres épocas clave del 124: el modelo de primera serie (1968), el 124 LS (1971, unidad de 1972) y el 124 D “Pamplona” Especial 2000 (1975, unidad de 1978).
Los años sesenta, resumidos en un solo coche
El modelo original de 1968, fabricado como el resto bajo licencia Fiat, definió las dimensiones que se mantuvieron a lo largo de toda la existencia del 124 en el mercado (4,04 metros de largo por 1,61 m de ancho y 1,42 m de alto, con 2,42 m de distancia entre ejes). Lo que sí cambió con el tiempo fue su diseño exterior e interior, que en sus inicios respondía al del típico sedán compacto de los sesenta, con formas sencillas y molduras cromadas por doquier. El habitáculo, sencillo pero decentemente rematado, permitía albergar con cierta holgura a un máximo de cinco ocupantes, mientras que el maletero daba lugar a un aprovechable espacio de carga con 385 litros de volumen.
El chasis del 124 contaba con una sencilla arquitectura de motor delantero en posición longitudinal y propulsión trasera. El motor de 1.197 cc, 4 cuatro cilindros, 8 válvulas, y carburador entregaba apenas 60 CV de potencia, y venía acompañado de una caja manual de 4 marchas. La velocidad máxima era de 140 km/h. El primer 124 ya montaba discos en las 4 ruedas, detalle inusual para la época, si bien carecía de doble circuito de frenos. La suspensión traseras era de eje rígido; y la dirección, de tornillo sin fin. El peso total del conjunto era de 855 kg.
La seguridad como argumento de venta
El segundo modelo que os presentamos es el 124 LS. Se trataba de la versión “tope de gama” desarrollada sobre el 124-D de 1971; y por tanto, adoptaba todos los cambios estéticos presentados en aquella actualización: parrilla en color negro, nuevos protectores de paragolpes, líneas cromadas laterales, tiradores encastrados en las puertas y pilotos traseros más grandes.
El 124 LS trajo grandes mejoras en cuanto a seguridad: ya equipaba servofreno con doble circuito de frenos, montaba neumáticos radiales y reemplazaba la vetusta dinamo por un alternador. Además, este modelo recibía una suspensión trasera evolucionada, y la potencia del motor crecía hasta 65 CV gracias a la incorporación de un carburador más grande; aunque el peso total se elevaba hasta 890 kg.
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La invasión de los "toretes" voladores
La tercera y última unidad de nuestro reportaje es el 124 D Especial 2000, el más especial de los 124 “Pamplona” y el que lucía la imagen más provocativa. Nuestra unidad de 1978 contaba con todas las novedades incorporadas en 1975, como los faros cuadrados con intermitentes verticales, la nueva parrilla rectangular, las ópticas traseras alargadas y los nuevos paragolpes. Pero casi más llamativas eran sus exclusivas llantas de diseño deportivo y los adhesivos que recorrían los laterales del vehículo, con la leyenda '2000' adherida a las puertas y la tapa del maletero.
A medio camino entre lo gamberro y lo macarra, el Especial 2000 humillaba al resto de versiones gracias a su motor de 1.919 cc con doble árbol de levas y una potencia de 114 CV. Equipaba una caja de cambios de 5 velocidades y dirección de cremallera; presentaba importantes mejoras en el chasis y, aunque el peso del conjunto subía hasta los 960 kg, su velocidad máxima era de 180 km/h.
Haced scroll hacia arriba ahora
En el vídeo que acompaña este artículo damos un completo repaso a cada una de estas unidades, y procuramos transmitiros las sensaciones de conducción de estos tres automóviles tan parecidos como distintos entre sí. Tres aromas, tres recuerdos de una época en la que podíamos sentirnos en conexión directa con nuestro coche, sin filtros electrónicos ni gadgets tecnológicos.
Toca, pues, hacer un viajecito por la historia del 124 al volante de estos clásicos, que permanecen en perfecto estado de funcionamiento gracias a la dedicación y voluntad de de Seat Coches Históricos. Su fantástico equipo de profesionales, liderado por el maestro Isidre López, y su determinación por recuperar y restaurar modelos descatalogados ha permitido que la firma española cuente con una importante colección de automóviles de todas las épocas, preservada en la Nave A122 de la Zona Franca de Barcelona. No os perdáis la visita que realizó Joan Dalmau hace ya unas primaveras; y si os ha gustado esta videoprueba del Seat 124, podéis completar una jornada nostálgica con nuestra experiencia en la Travesía 2 Mares al volante de un Seat 600.
Mi primer coche fue un seat 124D, matriculado en 1974. Guardo muy buenos recuerdos de el.