Honda Civic vs. Skoda Octavia

La llegada del nuevo (y cambiado) Honda Civic lo convierte en un serio rival del Skoda Octavia con motor de gasolina de 150 CV. Los dos tienen tecnología híbrida, pero mientras el Octavia es un microhíbrido, el Civic hay que considerarlo un híbrido convencional. Son dos conceptos distintos que marcan la diferencia.

El Skoda Octavia viene con tecnología microhíbrida, es decir, con un motor de gasolina y una pequeña batería de 48 voltios que ayuda al motor en los arranques y en momentos puntuales para reducir el consumo de combustible. -

Por otro lado, el nuevo Honda Civic funciona con un motor eléctrico y que utiliza un motor de gasolina básicamente para recargar la batería. En la mayoría de situaciones se mueve con el motor eléctrico.

Estas dos berlinas tienen etiqueta ECO, y por lo tanto, se presentan como una buena alternativa para los que buscáis un coche para viajar pero que a la vez vivís en entornos cercanos a grandes ciudades.-

El Honda Civic mide 4,55 metros de largo, 1’80 de ancho y 1,40 de alto. La batalla es de 2,73 metros. El Skoda Octavia mide 4,69 de largo 1,82 de ancho y 1,47 de alto. Su distancia entre ejes es de 2,68 metros. Es nada menos que 13 centímetros más largo que el japonés, aunque en realidad, su batalla es un pelín inferior.

Los dos se mueven en el segmento de las berlinas de tamaño compacto, donde están rivales como el Mazda3 sedán, el Toyota Prius o el Hyundai i30 fastback, entre otros.

El Honda Civic es la última novedad llegada al mercado. Se trata de una nueva generación del Civic, muy diferente a la anterior, construida partiendo de cero. Utiliza una nueva plataforma, una nueva carrocería con un estilo muy diferente, con menos vértices, con líneas más suaves, quizás más convencional pero también más elegante. Sus nuevas proporciones, con una línea de techo con menos caída y un portón más horizontal, lo hace ser menos hatchback y más cercano estéticamente a una berlina de tres volúmenes, sin serlo. La unidad que veis, en acabado Sport, venía en bonito color azul Cristal Premium metalizado, una de las opciones disponibles.

Si hablamos de elegancia, no hay mejor ejemplo que el Skoda Octavia. Esta berlina del fabricante checo se renovó hace unos dos años y desde entonces tiene un aspecto muy refinado, con líneas precisas y modernas, limpias y esculturales. Se trata de la cuarta generación de este modelo, que mantiene su aspecto de toda la vida, pero con un aspecto más cupé y con los toques modernos obligados, que pueden verse en el diseño de los faros o en los grafismos de las luces diurnas.

En esta prueba hemos conducido una unidad con acabado Style, el más alto de la gama por debajo de RS. Equipa de serie llantas de aleación de 17 pulgadas, aunque nuestra unidad de pruebas montaba de 18, como las del Civic.

Hay también una notable diferencia en los cambios de marcha. En el Honda Civic encontramos un cambio e-CVT, que funciona a través de una tecnología que no utiliza correas, solo engranajes, con un ratio de transmisión fijo, como en un eléctrico.

El Skoda Octavia se sirve de un cambio de doble embrague DSG, más eficaz en su funcionamiento que el del japonés.

En el Honda Civic tenemos un nuevo salpicadero, con formas muy minimalistas, con un diseño de líneas rectas, con poca botonería pero muy a la vista. Hay unas curiosas palancas, de estilo muy retro, para manejar los aireadores del climatizador

El cuadro de instrumentos es digital, de 10,2”. Tiene gráficos convincentes y fáciles de leer, aunque en comparación con la competencia, podrían ser algo más trabajados en cuanto a diseño.La pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento es de 9”, un poco pequeña.

Un punto muy positivo: las molduras en negro piano que cruzan gran parte del salpicadero tienen un barniz especial anti ralladas y marcas,algo difícil de ver en otros fabricantes.

En el Skoda Octavia la sensación de calidad percibida también es muy alta. El salpicadero también tiene un estilo muy convencional, muy germánico, construido y acabado con materiales de calidad. Hay buenos detalles, como la luz ambiental LED, los asientos con función de masaje, el volante de tres radios con teclas de función que recuerdan a las de un Audi, la cámara de visión trasera de serie en este acabado style… el equipamiento es muy completo, y de calidad.

Es destacable el Virtual Cockpit de 10,25 pulgadas con 4 configuraciones distintas. Se acompaña de una pantalla central de 10 pulgadas.

En la consola central hay una pequeña palanquita para el cambio, de tipo shift by wire, en un estilo muy parecido al del Honda Civic, aunque este funciona por pulsadores, no palanca.

La mayor longitud de batalla que tiene el Honda Civic respecto al Skoda Octavia hace que el interior de las plazas traseras del japonés sea un poco más holgado. La altura al techo es justa, prácticamente la misma que la del anterior modelo. Pero hay buena distancia entre filas. Equipa apoyabrazos con portabebidas en el respaldo central, y la posición del pasajero del centro es bastante cómoda. Equipa dos tomas USB convencionales y rejillas para la ventilación.

En el Skoda Octavia el espacio es magnífico, y encontramos detalles sorprendentes, como estas dos fundas para los smartphones en los respaldos de los asientos delanteros.

Como el compartimento con paraguas y cepillo de las puertas delanteras, soluciones Simply Clever.

Los dos tienen un enorme portón, automático en el Skoda y manual en el Honda. En el Honda no hay portón automático ni en opción.

El japonés ofrece un maletero con una cortinilla que se repliega en un lateral. Es un maletero muy profundo, aunque un poco bajo. Tiene 404 litros de capacidad, ampliables a 1187 abatiendo los respaldos de la segunda fila.Bajo el piso hay un hueco, pero es muy pequeño. Sirve para para guardar el botiquín o cosas de pequeño tamaño. Ampliado a tope, deja un piso plano.

El maletero del Honda es bueno, pero no llega a superar el del Skoda: 600 litros ampliables a 1555 litros, una diferencia considerable. Skoda siempre da prioridad a la capacidad de carga de sus coches, y se nota. El maletero del checo es profundo y tiene mayor altura que el del japonés. Cuenta con un doble fondo donde se guarda una rueda de repuesto (en el Civic tenemos un kit reparapinchazos). El punto mejorable de este maletero es que una vez ampliado a tope no deja un piso del todo plano.

La filosofía familiar, rutera, de estos dos coches se nota nada más ponerse al volante. Los dos funcionan de forma muy suave, silenciosa, cómoda, agradable para los pasajeros. Pero hay claras diferencias de comportamiento. Sus cadenas cinemáticas son diferentes, aunque buscan el mismo objetivo: eficiencia y confort. La búsqueda de prestaciones no es la prioridad en ninguno de los dos, aunque sean buenas. El Honda Civic, más potente que el Skoda Octavia, acelera unas décimas más rápido que el Skoda Octavia. El 0 a 100 lo hace en 7,8 segundos, frente a los 8,2 del checo.

La sensación es que el Honda acelera y tracciona mucho mejor que el Skoda, y luego la diferencia es mínima. Sin duda, el hecho de traccionar de forma solo eléctrica, a través de los motores eléctrico, con entrega de par instantánea, genera esa sensación. Pero después parece “morirse”, a medida que vas subiendo de régimen, y es aquí donde el Skoda puede recuperar terreno perdido.

La ventaja del motor del Civic, en realidad, está en su silencio de funcionamiento, en la linealidad de su respuesta, especialmente contundente en bajos, y en su bajo consumo: 4.7 litros a los 100, frente a los 5.3 del Octavia. Este es el consumo oficial que dan las dos marcas. En realidad, el Civic gastó en nuestra prueba 5,4 litros a los 100 de media, frente a los 6,4 litros del Octavia. El japonés siempre marcó un litro por debajo del consumo del checo. Una diferencia notable, que se explica por su funcionamiento mayoritariamente en modo eléctrico.

El motor del Octavia destaca por su finura de funcionamiento, su buena asociación con el cambio DSG, pero no se nota tan contundente en las salidas desde parado, ni tampoco se percibe tan elástico. ES un buen motor de gasolina, que a pesar de estar microhibridizado, no llega a la excelencia en la respuesta del motor del Civic. También hay que tener en cuenta que el japonés es 34 CV más potente, y esto marca la diferencia aunque no quieras.

Eso sí, su cambio de marchas es más natural, es un cambio de doble embrague de toda la vida, frente al e-CVT del Civic, que se percibe artificial en sus marchas simuladas y que, acelerando a fondo, produce la misma sensación que la de un cambio de variador continuo, sin serlo.

En cuanto a chasis, los dos cuentan con plataformas modernas, con sistemas de amortiguación de tipo McPherson delante y detrás de paralelogramo deformable en el Civic y barra de torsión en el Octavia.

Los dos ofrecen un buen equilibrio entre confort y efectividad, que es en realidad lo que buscan la mayoría de clientes de estos vehículos.

En el Skoda Octavia tenemos la posibilidad de ajustar este chasis en función de varios programas, a través del Dynamic Chassis control, que permite escoger entre los programas Eco, confort, sport, normal e individual. Se notan bastante los cambios entre uno y otro. La dirección es en general muy directa, y las suspensiones son rígidas.

Lo que no me convence en absoluto es la frenada, ya que no tiene mordiente, necesita un buen recorrido del acelerador antes de entrar a funcionar.

La frenada del Honda Civic es bastante mejor. Los japoneses han ajustado bien un defecto de la mayoría de vehículos que tienen sistemas de frenado regenerativo.

Como en el Octavia, en el Civic se puede escoger entre varios modos de conducción: Eco, Normal y Sport, más el programa Individual. Tiene un modo menos que el checo, ya que este cuenta con el programa Confort.

Las diferencias entre un programa u otro no se notan demasiado, si bien en el modo Sport encontramos una mayor reactividad del motor y un sonido más excitante en el momento de acelerar y “cambiar” de marcha. Honda ha equipado el coche con un sistema de sonido artificial, que no tiene el Skoda.

Por lo tanto, con los dos podemos buscar una conducción ecológica, buscando el menor consumo de combustible posible, o bien practicar una conducción más deportiva, sin ser en ninguno de los dos radical. Es el justo equilibrio, que en una berlina de este estilo, tiene que estar presente. Pero el Civic, con su chasis un poco más eficaz y su configuración más deportiva, por decirlo de alguna manera, de su cambio y sonido artificial, da un poco más de vidilla en carretera.

Hablemos de precios: el Skoda Octavia con motor 1.5 TSI de 150 CV y acabado Style cuesta 33.150 euros de tarifa.

El Honda Civic 2.0 con acabado Sport y 35.200 euros. En este caso resulta unos 2.000 euros más caro que el Skoda, un precio superior que se justifica en parte por su mayor tecnología y potencia, porque a nivel de equipamiento son muy similares, aunque el Skoda ofrece algo más de opciones y posibilidades de personalización.