Desde su lanzamiento, el BMW X5 se convirtió en el patriarca de la familia X y desde entonces se han vendido más de 2,2 millones de unidades durante las tres generaciones de este modelo. La nueva entrega que hoy probamos BMW X5 xDrive 30d -que va más allá en diseño, tecnología y capacidad off road- tiene todos los números de seguir el exitoso camino de sus predecesores, aunque la competencia ahora es mayor.
El nuevo X5 es un gran coche y un coche grande. Ahora tiene una batalla 42 mm más larga que la de su predecesor, es 36 mm más largo, 66 mm más ancho y 19 mm más alto. Es decir, sus medidas son: 4,92 metros de largo, 2,00 metros de ancho y 1,74 metros de alto. Unas cotas que le proporcionan una apariencia imponente y un buen espacio interior. Está disponible con el motor 40i de gasolina de 340 cv, con el 30d, con una potencia de 265 cv y con el M 50d de 400 cv. Todos ellos de seis cilindros, cambio automático de 8 relaciones, tracción total y disponible en versión 7 plazas. Nuestra unidad disponía del propulsor 30d, cinco plazas y acabado xLine.
Imagen imponente
Estéticamente, parece que BMW ha querido dar un mensaje de poderío con esta cuarta generación pues, lo mires por donde lo mires, resulta imponente. La característica más llamativa es la gran parrilla, ahora con los “riñones” muy grandes y con entradas de aire activas. Las luces son de Led de serie, aunque opcionalmente puede ser de láser por 2.367 € y las luces antiniebla, también Led, están colocadas en horizontal.
Las entradas de aire son más grandes y las formas del parachoques ayudan a que de esa sensación de poder. Si nos vamos a la zona trasera, pasaremos por un lateral en el que destacan elementos en aluminio y -en nuestra unidad- unas llantas opcionales de 21” 275/40 21 delante y 315/35 21 detrás, que le dan un aspecto tremendo pero que cuestan 4.261 €. En la zaga, los nuevos pilotos traseros de Led más estilizados, las dos salidas de escape en aluminio y los logos por debajo de los pilotos, dan sensación de mayor anchura y son protagonistas indiscutibles de la imagen posterior del X5.
Interior de lujo, claro
En el interior pocas sorpresas porque la calidad y los detalles son excelentes como suele ser habitual. El salpicadero, de líneas suaves, alberga una pantalla central de 12,3 pulgadas, mientras el cuadro de instrumentos se ha digitalizado con una pantalla también de 12,3 pulgadas configurable, que varía según los modos de conducción elegidos. La información del cuadro se ve con claridad pero, además, un nuevo Head-Up Display -opcional- de mayores dimensiones nos dará la información sin tener que desviar la mirada.
En la pantalla táctil multimedia el nuevo sistema operativo 7.0 propone una estructura clara y gráficos rediseñados que ahora dejan suficiente espacio para una vista parcial del mapa de navegación. El menú ofrece hasta diez páginas, alberga todos los sistemas del vehículo y puede utilizarse de modo táctil, con el mando del sistema iDrive -que sigue siendo uno de los mejores (si no el mejor)- mediante reconocimiento de voz, que funciona francamente bien y es fácil acostumbrarse a él, o por control gestual para alguna funciones. El BMW Connected permite conectividad con iPhone y Apple Watch, teléfonos con sistema operativo Android, calcular el tiempo de salida optimo en función del tráfico en tiempo real y, mediante una cuenta Business Essential o Business Premium, acceder de forma segura a nuestra cuenta de correo electrónico desde el coche y gestionar citas y contactos sin necesidad de utilizar el teléfono, entre otras funciones.
Gran confort
Si hablamos de comodidad, el X5 está en pole position. Los asientos son amplios, cómodos y con regulación eléctrica de serie, aunque si los queremos con calefacción en ambas filas tendremos que pagar 947 € -de serie en el acabado de nuestra unidad- o 1.302 si los deseamos con masaje. Como es habitual, existen muchas combinaciones de tipos de cuero, colores y formato de asientos así como de decoraciones e iluminación interior. Siempre como opción. En la amplia consola central los botones ofrecen una disposición más clara y alberga el mando iDrive Touch, la palanca de cambios de diseño cristal tallado y el botón de puesta en marcha
Asimismo encontramos los mandos de los modos de conducción, los de la configuración de la suspensión neumática y los modos todo terreno del paquete xOffroad que incluye bloqueo de diferencial mecánico, diferencial deportivo y los modos Sand, Rocks, Gravel y Snow. Tanto la suspensión neumática adaptativa -que tiene un coste de 2.485 €- como el pack xOffroad, que cuesta 3.491 €, son opcionales.
En la zona delantera hay un hueco para la recarga inalámbrica del móvil y dos huecos portabebidas con frío y calefacción por 226 €. Nuestra unidad disponía de sonido Harman Kardon con 16 altavoces que tiene un coste de 1.172 €, aunque se puede optar por el sonido envolvente Bowers & Wilkins Diamond de 1508 W, 10 canales y 20 altavoces por 6.509 €.
Plazas traseras cómodas y buen maletero
Los asientos traseros mantienen la línea de los delanteros, es decir, son cómodos y el espacio trasero se beneficia de ese pequeño aumento de batalla, para ofrecer una buena distancia para las piernas y una altura al techo considerable, incluso con el techo de cristal panorámico, que cuesta 2.489 €. La plaza central es bastante amplia y cómoda. Como es habitual no llega al nivel de confort de las laterales, pero es amplia, el acolchado es bueno y el respaldo, sin ser blando, no es tan duro e incomodo como en otros vehículos. El túnel de transmisión no es muy intrusivo y no obliga a llevar las piernas muy abiertas. En los respaldos de los asientos delanteros, opcionalmente podremos disponer de dos anclajes para soportes multifuncional y dos entradas de USB.
El maletero del nuevo X5 ofrece una capacidad de 645 litros -cinco plazas- que puede aumentar hasta los 1.860 litros con la segunda fila abatida y que se puede plegar también en configuración 40/20/40. El portón tiene dos piezas. La principal se abre hacia arriba, mientras la parte inferior se abre hacia abajo ellas se abre hacia arriba y otra hacia abajo para facilitar la carga. Opcionalmente, ambas hojas pueden tener asistencia eléctrica. Con un coste de 2.950 €, dispondremos del Paquete Travel que incluye persiana solar en ventanillas laterales traseras, techo de cristal panorámico, persiana del maletero eléctrica -horizontal y vertical- red de almacenamiento de maletero, red de separación del maletero y rieles de deslizamiento y antideslizamiento. Desde el mismo maletero, se puede activar un modo que baja el vehículo 40 mm para facilitar la carga.
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Asistencia máxima
Son muchos los sistemas de asistencia a la conducción que presenta el nuevo X5, y entre ellos, los más destacables se encuentran agrupados en el Paquete Innovation y que incluye advertencia de cambio de carril, advertencia de choque y de personas con función de frenado City, advertencia de salida de trayecto, aviso de tráfico cruzado detrás y prevención de colisión trasera, control de crucero activo con función Stop&Go, asistente de cambio de carril y de emergencia, guiado de carril y de dirección, asistente de luz de carretera, cámara trasera y delantera 3D, asistente de aparcamiento, Head-Up Display, limitación de velocidad de manera automática, indicación de límites de velocidad y de prohibición de adelantamiento, BMW Display Key y control por gestos Todo ello tiene un coste de 6.125 €.
Un ejemplo del progreso en la conducción autónoma, lo encontramos en el X5 en el Asistente de Marcha Atrás. El sistema asume la dirección para maniobrar marcha atrás a lo largo de un trayecto de hasta 80 metros que haya sido recorrido previamente hacia delante, facilitándonos la vida si nos hemos metido en alguna situación en la que no sea fácil retroceder. Por otro lado, el sistema de aparcamiento ahora toma el control total del vehículo, sin necesidad que el conductor actúe sobre ningún mando.
265 cv y 2.185 kg
Nuestra unidad disponía del motor diésel 30d de 265 cv y un par máximo de 620 NM entre 2.000 y 2.500 rpm. Este propulsor, unido al cambio Steptronic de 8 velocidades, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,5” y alcanzar los 230 km/h. Es un motor ya conocido que ahora mueve al X5 de un modo holgado pero sin gran entusiasmo. Pese a que desde 2.000 rpm tenemos una respuesta contundente, no da sensación de rapidez y parece faltarle “algo” cuando está llegando al régimen máximo.
En modo Sport la respuesta al acelerador es más inmediata y la gestión del cambio algo más viva, como suele ser habitual cuando disponemos de este modo, pero el X5 no tiene una respuesta “apasionante”. Y es que no hay que olvidar que pesa más de dos toneladas y que mide casi cinco metros y, al final, 265 cv con un peso y una envergadura así, dan para lo que dan. Por su parte, el cambio hace sus funciones correctamente, sobre todo, cuando realizamos una conducción fluida y sin maniobras radicales. Como siempre, si realizamos una conducción deportiva, en reducción el cambio es un poco lento.
Dinámicamente bien, con ayudas.
Ya hemos dicho que le nuevo X5 es un coche grande y de más de 2.000 kg y eso, dinámicamente, tiene un precio. Sin embargo, la marca lo ha dotado de un sinfín de soluciones que lo hacen bastante eficaz sobre asfalto y bastante mejor que su antecesor en off road. Es la primera vez que el X5 puede disponer de suspensión neumática adaptativa en ambos ejes, ofrece dirección asistida activa integral -que es opcional y cuesta 1.479 €- barras estabilizadoras activas y bloqueo del diferencial trasero -sólo con el paquete M o el OffRoad- que reparte más par a la rueda exterior en los giros cerrados. Con todo, el comportamiento del X5 en asfalto es ciertamente bueno si tenemos en cuenta su peso y dimensiones. En el modo Sport y con la suspensión en el modo más firme posible, se puede ir ligero en carreteras reviradas sin tener mucho balanceo de carrocería, con un agarre y buena tracción.
La dirección es precisa y bastante rápida y eso ayuda a que ofrezca sensación de agilidad, pero ojo, no es un coche rápido de movimientos. Buen trabajo de la dirección integral que no solo ayuda en maniobras y para callejear, sino que en curvas cerradas de baja velocidad colabora a “meter” el culo y hacerlo girar más rápido. Si optamos por un tarado de suspensión más suave, el confort es notable, pero entonces olvídate de ir a buen ritmo en zonas viradas, porque el peso y las inercias se notan en exceso. Buen trabajo de los frenos que tienen que encargarse de detener a este gran X5 y lo hacen con efectividad aunque, a mi gusto, con un tacto de pedal muy suave. Durante nuestra prueba el consumo rondó los 8 litros en carreteras rápidas y autopistas que, lógicamente, aumentaron en carreteras de montaña y pistas offroad.
Más off
Evidentemente no se trata de un todo terreno puro, pero el X5 ha mejorado fuera del asfalto, en parte obligado por la competencia que, desde hace tiempo, estaban por delante en este apartado. Dispone de 25,2 grados de un ángulo de ataque, 22,3 grados de salida y 20,2 ventral. Su capacidad de vadeo es de 50 centímetros a velocidades de hasta 7 km/h y la altura libre al suelo es de 21,4 centímetros. Nada del otro mundo. Pero el X5 ahora dispone de un paquete que la marca le llama xOffroad con bloqueo de diferencial mecánico y los modos Sand, Rocks, Gravel y Snow, con los que cambia la altura del coche, la respuesta del motor y el DSC, que le permiten llegar más allá que la anterior versión.
La suspensión neumática permite variar la altura y se puede hacer tanto automáticamente como a voluntad. Entre la posición más alta y más baja hay 80 mm de diferencia. Con el modo Sport activado, o la velocidad es superior a los 138 km/h, la altura del conjunto baja automáticamente 20 milímetros respecto a la altura estándar. Lógicamente la más alta resulta ideal para el off road, aunque las cualidades fuera del asfalto le llegan de la mano de una excelente electrónica, a pesar de las limitaciones de su tamaño, de unos neumáticos de asfalto y, en el caso de nuestra unidad, por unas llantas de 21”.
Lo dicho, un gran coche
Es grande en todos los sentidos. Lo es por dimensiones, pero también por calidad, seguridad y equilibrio. No tiene un motor despampanante, pero es suficiente para viajar con él con comodidad sin echar en falta prácticamente nada, si no queremos “hacer carreras”. Dinámicamente no es un coche muy ágil porque es muy grande y pesa mucho, pero ofrece un buen aplomo, una buena estabilidad y una capacidad de tracción excelente. Así que debemos decir que “va muy bien” dadas sus características. Lo que menos nos gusta es su precio de sus opciones. 76.000 € “de salida” y 102.100 con el equipamiento de nuestra unidad.
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