Buenos argumentos para convencer
El segmento B-SUV es uno de los que mayor proyección está experimentando en los últimos años, y la marca SsangYong, especializada sobre el papel en la fabricación de automóviles de tipo SUV, no podía permitirse el lujo de no contar con un todocamino de estas características.
La apuesta se llama Tivoli y aunque ya lleva unos meses en el mercado español lo probamos a fondo para comprobar si realmente merece la pena tenerlo en cuenta a la hora de decidirse a comprar un SUV pequeño. No lo tiene nada fácil, no, su larga lista de competidores incluye modelos de la talla del Nissan Juke, el Renault Captur, Opel Mokka o el Citroën C4 Cactus, por citar algunos entre los muchos otros que la componen. Así que la competencia está servida.
El Tivoli se desmarca ligeramente del resto gracias a sus mayores cotas exteriores. Es de los más grandes del segmento (mide 4,2 metros de largo). De esta forma puede sacar pecho y ofrecer uno de los habitáculos más espaciosos y aprovechables de entre todos sus rivales.
Para profundizar un poco más en todas las características del nuevo SsangYong Tivoli, la marca coreana nos ha cedido una unidad de pruebas equipada con la combinación de motor-transmisión-tracción más demandada. Es decir: con el propulsor diésel D16T de 115 CV, con el cambio manual de 6 relaciones y la tracción 4x2.
Diseño novedoso
El SsangYong Tivoli es el primer modelo que la marca coreana ha lanzado al mercado después de la adquisición de la marca por parte del Grupo Mahindra. El fabricante e inversor indio es el que pone el dinero y permite a SsangYong realizar un plan de trabajo para lanzar al mercado nuevos modelos de mayor calidad. Viene a ser lo mismo que ha ocurrido con la adquisición de las marcas Jaguar y Land Rover por el Grupo Tata Motors.
El Tivoli es el primero de una nueva generación de vehículos que se irán lanzando en los próximos años. Coches más trabajados, de mayor calidad y con un enfoque centrado en los gustos europeos que, a priori, deberían relanzar las ventas de la firma coreana en nuestro continente. Recientemente hemos asistido a la presentación del segundo lanzamiento, el del XLV, el nuevo SUV compacto de SsangYong (aquí podéis ver la toma de contacto con el SsangYong XLV).
Mide 4,2 metros de largo, 1,8 m. de ancho, 1,6 m. de alto y tiene una distancia entre ejes que alcanza los 2,6 metros. Sobre el papel unas cotas que deberían garantizar la mejor habitabilidad de entre sus rivales. Un poco más adelante lo veremos.
Hablemos primero de su estética. Es innegable que detrás de este modelo hay un buen trabajo de diseño que rompe los moldes establecidos en los últimos modelos de SsangYong. Con el Tivoli la marca ha estrenado su nuevo lenguaje de diseño sobre el que se están desarrollando nuevos automóviles con un claro parecido.
Sobre gustos no hay nada escrito y cada uno tendrá su propia opinión, pero a mi realmente no me desagrada. Al contrario. Me parece un coche simpático, curioso y diferente a todo lo visto hasta la fecha. También debo decir que me parece más acertado el frontal que la trasera, aunque hay que reconocer que este Tivoli es, cuanto menos, original.
Delante destaca un frontal potente, con una parrilla muy estrecha, el logotipo de la marca en el centro, una pequeña toma de aire inferior con los antiniebla a los lados y unos faros de considerable tamaño presididos por las luces diurnas de tipo LED.
La vista de costado nos propone una silueta con proporciones bastante cuadradas remarcadas por potentes líneas de tensión. En este caso destacan los poderosos pasos de rueda, especialmente el trasero, que añaden contundencia al conjunto.
En la zaga nos encontramos con un gran portón trasero muy limpio en cuanto a diseño con una gran superficie carrozada. La luneta trasera es un poco pequeña, y aunque la visibilidad trasera no es mala, sí resta algo de visión al conductor.
La tonalidad bicolor de la carrocería y el techo es de serie, aunque desgraciadamente no se puede configurar al gusto del consumidor. Las combinaciones ya vienen prefijadas dependiendo del color de la carrocería elegido.
Un habitáculo de los grandes
El interior es bastante agradable en cuanto al diseño pero un poco espartano si hablamos de los materiales utilizados. En este caso los plásticos duros conforman todas las piezas del salpicadero y algunos de los mandos que se han elegido da la impresión que no acabarán de soportar bien el paso de los años. Aún y así, no me parece peor que el de alguno de sus rivales.
El diseño de los botones del climatizador me parece un poco anticuado, esto ya es algo subjetivo, pero lo que sí sorprende es la disposición de algunos botones: como el de la regulación de la dureza de la dirección en la zona del acompañante, o que los mandos del ordenador de a bordo estén situados en la consola y no en el volante o en alguna palanca. Están un poco desordenados.
Algo que sí hay que destacar es el sistema de infoentretenimiento, compuesto por una pantalla táctil de 7 pulgadas, con buena resolución, una interfaz muy intuitiva y situada en una posición elevada para mejorar su visualización sin desviar demasiado la vista de la carretera. El navegador lo firma TomTom y destaca en este caso por su rapidez de procesamiento, facilidad de uso y unos grafismos muy agradables y fácilmente comprensibles.
Si hay algo que remarcar con especial énfasis en las plazas delanteras son sin duda los excelentes asientos. De verdad, de lo mejor que podemos encontrar en este segmento. Son súper cómodos y a su vez logran envolver a la perfección tanto la espalda y los riñones, como las piernas.
El volante en un poco grande en cuanto al diámetro pero tiene un tacto muy agradable gracias a su revestimiento de cuero. Además, es multifunción, que siempre se agradece. Sin embargo carece de regulación en profundidad, sólo en altura. Para la gran mayoría de conductores esto no supondrá ningún problema, puesto que se adelanta un poco el asiento y se encontrará fácilmente la postura de conducción óptima. Sin embargo, para las personas altas, como es mi caso (1,87 m.), es un problema a la hora de acomodarnos. Si situamos el asiento de tal manera que nos quede el volante en una buena posición, las rodillas nos tocarán con la zona inferior del salpicadero, y si hacemos lo contrario el volante queda un poco lejos.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
La gran distancia entre ejes que presenta este coche se traduce en mucho espacio para los ocupantes de las plazas traseras. Una habitabilidad más propia de un vehículo de un segmento superior. Sorprende el generoso espacio para las piernas y una gran altura libre hasta el techo. En la fotografía superior podéis ver como me sobra espacio tanto por encima de la cabeza como en la zona de las rodillas.
Detrás podrán viajar dos adultos de gran estatura con un gran confort y, sorprendentemente, un tercer acompañante en la plaza central. El tercer asiento es totalmente aprovechable, no es demasiado incómodo de mullido y en ningún caso tocaremos ni con la cabeza en el techo ni con las rodillas en los respaldos delanteros.
En este caso la marca ha apostado por ofrecer más amplitud a los pasajeros traseros en vez de añadir un maletero de grandes dimensiones. Aunque homologa 423 litros de capacidad y es muy profundo le penalizan en exceso las formas irregulares de las paredes laterales. Si abatimos los respaldos delanteros lograremos una capacidad total de 1.019 litros, que no está mal, aunque nuestra unidad de pruebas no disponía del doble fondo y resulta un marcado escalón. Bajo el piso se esconde una rueda de repuesto de tipo galleta. Las versiones 4x4 equipan kit antipinchazo.
¡Este diésel sorprende!
Para el Tivoli, SsangYong sólo ofrece dos variantes mecánicas: un motor de gasolina de 128 CV y el diésel de 115 CV. La versión que probamos monta el 1.6 diésel, un motor de 4 cilindros desarrollado por la propia marca que nos propone una cifra de potencia correcta con una clara apuesta por la eficiencia.
Si echamos un vistazo rápido a su ficha técnica podemos ver que la marca ha conseguido homologar un consumo medio de sólo 4,3 litros a los 100 kilómetros para la versión con cambio manual y tracción 4x2. Aunque tras una semana de pruebas con este modelo he llegado a la conclusión que su consumo real se sitúa en torno a los 5,5 l/100 km.
Una de las cosas que más me ha sorprendido al probar este modelo ha sido sin duda su motor. Pensaba que sería simplemente uno más, pero la verdad es que va muy pero que muy bien. Es un propulsor que ofrece muy buenos bajos, es bastante elástico para tratarse de un diésel y es capaz de mover al Tivoli con muchísima soltura.
Los 300 Nm de par máximo que ofrece están disponibles a tan sólo 1.500 rpm y se mantienen constantes hasta las 2.500 vueltas. Sólo son 1.000 rpm de diferencia pero en la mayoría de los casos, ante una conducción normal, nos moveremos siempre entre esos dos valores.
El cambio manual de 6 velocidades presenta un desarrollo un poco largo, aunque no incómodo. Sí se nota en exceso un gran salto entre la tercera y la cuarta marcha, un factor que deja caer demasiado las vueltas del motor. En este caso hay que dedicar un cierto tiempo a entender cuándo es el momento óptimo para cambiar a una marcha superior. Especialmente en las subidas.
Gran mejora en la dinámica de conducción
Atrás quedan esos modelos de SsangYong caracterizados por las suspensiones ultra-blandas, muy cómodos eso sí, con un rodar más bien torpe y pesado. La llegada del Tivoli supone toda una revolución en este aspecto. En Europa nos gustan los coches un poco más firmes de suspensiones, y precisamente esto es lo que han hecho con este modelo.
La suspensión delantera es de tipo McPherson y la trasera por barra de torsión, como en la mayoría de sus rivales. Las versiones 4x4 montan una suspensión trasera multibrazo debido a la complejidad de combinar la barra de torsión con el eje motriz. Es destacable el buen hacer de éstas, con un tarado bastante duro que mejora de forma abismal el comportamiento dinámico en comparación a un Rodius o un Rexton, por ejemplo. La carrocería balancea poco, y eso es bueno, aunque en algunos casos la amortiguación puede resultar un poco seca.
La dirección guía bastante bien al vehículo pero no he acabado de acostumbrarme a su tacto. Presenta tres grados de dureza elegibles mediante un botón situado en la consola, aunque en mi caso la más agradable me ha parecido la posición Sport. En modo Normal o Confort resulta demasiado asistida y transmite poca información sobre el estado de la calzada.
Fuera del asfalto… pues qué queréis que os diga. Se comporta como cualquier otro SUV. No es un todoterreno, obviamente, y sólo gana en una mayor altura libre al suelo respecto a un turismo convencional. Eso sí, tiene buenos ángulos de ataque y salida, por lo que la versión 4x4, con unos neumáticos mixtos, podría llegar a ser una buena opción para el que visite de forma asidua la montaña ni pisar caminos de mucha dificultad.
Equipamiento y precios
La versión que probamos lleva el grado de equipamiento Limited, el más alto con la configuración de motor, cambio y tracción de nuestra unidad de pruebas. Esta variante se factura a 21.000 euros y cuenta con una larga lista de equipamiento de serie que puedes ver en el siguiente párrafo.
De serie monta: Climatizador bi-zona con función de memoria, volante multifunción, volante calefactable, control de velocidad, navegador con pantalla táctil de 7 pulgadas, 6 altavoces, puerto USB y entrada HDMI, cámara de visión trasera, indicador de cambio de marcha GSI, alarma antirrobo e inmovilizador, sensor de luces y lluvia, elevalunas eléctricos, limpiaparabrisas Aero Blade, cierre de seguridad para niños, espejo interior fotosensible, tapicería mixta en cuero y tela, llantas de aleación de 18 pulgadas negras, retrovisores exteriores eléctricos y térmicos, cristales traseros oscurecidos, luces diurnas LED, faros antiniebla, acabado de la carrocería bi-tono, doble airbag delantero, airbags laterales, airbags de cortina, airbag de rodilla para el conductor, sistema antibloqueo de frenos ABS, distribuidor electrónico de la frenada EBD, sistema de asistencia a la frenada BAS, sistema activo antivuelco ARP, ayuda de arranque en pendiente HSA, control de tracción FTCS, control de presión de los neumáticos TPMS, asientos delanteros calefactables, volante y pomo en cuero, tomas de corriente auxiliar de 12V y anclajes Isofix, entre algunos otros que no he mencionado.
Para configurar una unidad exactamente igual a la nuestra habrá que sumar 390 € extra correspondientes a la pintura exterior y 258 € de la bandeja extensible del maletero. Nada más.
En total “nuestro” Tivoli se factura a 21.648 euros. Sin embargo, a día de hoy, la marca ofrece un descuento promocional de 1.000 euros, otros 750 euros de descuento en el caso de poder acogernos al Plan Pive y otros 1.000 euros adicionales si entregamos nuestro antiguo Ssangyong.
Si cumplimos todos los requisitos la unidad que hemos probado nos costaría 18.898 euros, un precio significativamente inferior al que proponen sus rivales de segmento a igualdad de equipamiento. Y ese es uno de los mejores argumentos del nuevo modelo coreano.
Este comentario ha sido eliminado.